(NCRegister/InfoCatólica) La polémica se ha ampliado más allá de las restricciones a la Misa Tradicional en Latín después de que se revelara que el obispo local también había planeado prohibir el uso del latín, los comulgatorios y otras prácticas tradicionales en todas las liturgias diocesanas, un desarrollo con implicaciones que van más allá de las fronteras del estado.
Mons. Michael Martin, obispo de Charlotte propuso estas restricciones en un borrador filtrado de nuevas normas litúrgicas, publicado por primera vez por el blog Rorate Caeli el 28 de mayo y confirmado por el Register. El obispo escribió que el propósito de las nuevas normas, que también incluían la prohibición del culto ad orientem y las oraciones tradicionales al pie del altar, como la Oración a San Miguel, se hicieron con la intención de «purificar y unificar la celebración de la Misa» en la diócesis. El prelado también indicó que las normas propuestas vienen exigidas por Sacrosanctum Concilium, la constitución pastoral sobre la liturgia del Concilio Vaticano II, algo que evidentemente no se correspone con la realidad.
Restricción de la Misa Tradicional
La filtración del borrador se produce tras la decisión del obispo de Charlotte del 23 de mayo de restringir la Misa Tradicional en Latín (MTL) en su diócesis, pasando de cuatro parroquias a un único sitio no parroquial. Esta medida, que entrará en vigor el 8 de julio, según el obispo Martin, es conforme con Traditionis Custodes, el motu proprio del Papa Francisco de 2021 que restringe la MTL, y busca promover «la concordia y la unidad».
Los críticos han cuestionado el momento de la decisión, dado que la diócesis tenía una exención de Traditionis Custodes por varios meses más y que el Papa León XIV podría indicar un enfoque diferente al de Francisco respecto a la MTL. La polémica en Charlotte se considera un banco de pruebas para observar las posibles indicaciones de León XIV sobre el futuro de la MTL y la enseñanza del Vaticano II sobre la liturgia en general.
La Diócesis de Charlotte declaró al Register que el documento de normas litúrgicas era «un borrador inicial que ha sufrido cambios importantes durante varios meses» y sigue siendo discutido. Dada las referencias al Papa Francisco, el documento parece haber sido redactado antes del fallecimiento del pontífice el 21 de abril. Liz Chandler, directora de comunicaciones diocesanas, añadió que las normas serán «revisadas a fondo» de acuerdo con la enseñanza del Concilio Vaticano II y la Instrucción General del Misal Romano (IGMR).
Concilio Vaticano II y Liturgia
En el borrador, el obispo Martin escribió que las normas propuestas emanan de la llamada del Concilio Vaticano II a una participación laica en la Misa «plena, consciente y activa». «Estas tres palabras juntas son el corazón y el fundamento de mis siguientes reflexiones e instrucciones sobre la sagrada liturgia en nuestra diócesis», afirmó.
Sin embargo, varios analistas han reclamado que las normas propuestas sean exigidas por el Vaticano II. Mientras que el obispo Martin asegura que la Iglesia no «pide que el idioma latín se use ampliamente en la liturgia», existe una guía de 2007 de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. (USCCB), refiriéndose a Sacrosanctum Concilium, en la que se insta a «tener cuidado en fomentar el papel del latín en la liturgia, particularmente en el canto litúrgico». «Los pastores deben velar para que "los fieles sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del Ordinario de la Misa que les corresponden"», afirman los obispos, citando el Vaticano II y refiriéndose a partes litúrgicas como el Agnus Dei y el Sanctus.
Matthew Hazell, liturgista británico, comentó que la perspectiva del obispo Martin era consistente con lo que Benedicto XVI describió como una «hermenéutica de discontinuidad y ruptura». «En lugar de permitir que el Novus Ordo se celebre de una manera acorde con sus propias rúbricas y con la tradición de la Iglesia, el obispo Martin parece considerarlo como una creación completamente nueva», dijo Hazell.
Más reacciones
Otros analistas consideran algunas normas propuestas como excesivamente específicas, como la prohibición de que las mujeres usen velo mientras sirven como lectoras, cantoras o monaguillas, criticándola como «clericalismo» y «control excesivo». «¿Está realmente el obispo Martin de Charlotte diciendo a las mujeres que asisten a la Misa qué pueden y qué no pueden usar en la cabeza?», escribió la historiadora de la Iglesia Bronwen McShea.
También se cuestiona la descripción desalentadora de las vestimentas sacerdotales tradicionales, dado que el Papa León XIV ha usado algunas de ellas. El padre Paul Hedman, de la Archidiócesis de St. Paul y Minneapolis, calificó la restricción propuesta de las oraciones tradicionales que los sacerdotes dicen al revestirse como «tiránica». Incluso Mike Lewis, conocido crítico de los tradicionalistas, admitió que había elementos en el documento que le «hacían rascarse la cabeza», como la prohibición de velas en el altar.
Resulta notable que el enfoque del obispo Martin difiera de otros prelados que, al restringir la MTL, como el Cardenal Blase Cupich en Chicago, instaron a incluir elementos tradicionales como el latín y el canto gregoriano para acompañar a los fieles de inclinación tradicional.
Futuro Incierto
Los católicos en Charlotte, aunque aliviados porque las normas no se hayan implementado, temen por el futuro. Amy Jay, feligresa en Boone, Carolina del Norte, quien ha enseñado a sus hijos formas tradicionales de oración inspirada por el ejemplo del Papa León XIV, expresó su consternación:
«La idea de decirles que los reclinatorios portátiles en nuestra parroquia van a desaparecer, que no habrá más cantos antiguos, o tener que explicarles por qué ya no se me permite usar velo mientras canto, es más que descorazonadora».
Por ahora, no hay un calendario para la implementación de nuevas normas litúrgicas en la Diócesis de Charlotte.