InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Categoría: Moral

24.06.18

¿Hay un calentamiento global antropogénico catastrófico? ¿Qué debemos hacer?

El título de esta ponencia contiene dos preguntas. La primera (¿Hay un calentamiento global antropogénico catastrófico?) es una cuestión científica. La segunda (¿Qué debemos hacer?) es una cuestión moral. Nótese que la cuestión moral depende absolutamente de la cuestión científica, no al revés. La cuestión moral viene en segundo lugar porque, como decían los escolásticos, “el obrar sigue al ser”. Por lo tanto, en primer lugar trataré de dar respuesta a la primera pregunta. En otras palabras, intentaré determinar si la teoría científica del calentamiento global antropogénico catastrófico es verdadera o falsa.

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14.06.17

La pirámide de la riqueza mundial

Hay muchos estudios que demuestran que la pobreza, y sobre todo la pobreza extrema, ha disminuido notablemente en el mundo en las últimas décadas. Véase por ejemplo este artículo del Banco Mundial. Allí se dice que la población afectada por la pobreza extrema, definida como las personas que viven con menos de US$ 1,90 por día, disminuyó de 1.990 millones de personas (44 % de la población mundial) en 1981 a 896 millones (12,7 % de la población mundial) en 2011. O sea que en esos 30 años (1981-2011) unos 1.000 millones de personas salieron de la pobreza extrema. Por otra parte, la población afectada por la pobreza, definida como las personas que viven con menos de US$ 3,10 por día, disminuyó de 2.590 millones de personas en 1981 a 2.200 millones en 2011. O sea que casi 400 millones de personas salieron de la pobreza en ese período. Esta disminución es más notable expresada en términos relativos: los pobres bajaron del 57 % al 31 % de la población mundial. No profundizaré aquí en el análisis de las causas de este fenómeno, pero dejo constancia de que los procesos de reforma económica en China y en India (en el sentido de una marcha hacia una mayor libertad económica) han influido mucho en esta disminución de la pobreza.

Debido a datos como éstos, yo solía discrepar de quienes (muchas autoridades eclesiásticas incluidas) denuncian que “los ricos se vuelven cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres”. Yo pensaba que sólo la primera mitad de esa denuncia era verdadera: ciertamente, en general los ricos se vuelven cada vez más ricos, pero en general –pensaba yo– no es verdad que los pobres se vuelven cada vez más pobres. Y, si se define la pobreza en términos de ingresos, es evidente que yo tenía razón. En ese sentido la pobreza está disminuyendo significativamente en el mundo y la erradicación de la pobreza extrema ya no parece un objetivo inalcanzable. Ahora bien, en economía hay otra forma de definir la pobreza que es tan importante o más que la definición basada en los ingresos: la definición basada en el patrimonio o riqueza neta. En esta otra perspectiva el panorama se muestra más complejo y preocupante, y la denuncia citada (tanto en su primera como en su segunda parte) da justo en el blanco.

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14.03.17

¿Qué está pasando en Roma?

Últimamente las “malas noticias” eclesiales parecen sucederse a un ritmo cada vez más rápido. En muchos casos no se trata de simples “malas noticias”, sino de cosas casi inconcebibles hasta hace pocos años. A continuación, a título ilustrativo, presentaré brevemente diez hechos sintomáticos ocurridos en Roma o alrededores, y elegidos entre cientos de hechos semejantes (o miles, si consideráramos el mundo entero).

1)   El 13 de octubre de 2016, 99° aniversario del milagro del sol en Fátima, en ocasión de una peregrinación luterana a la Ciudad Santa, el Papa Francisco recibió un ejemplar de las 95 tesis de Lutero, se exhibió en el Vaticano una estatua de Lutero y el Papa dijo que no es legítimo convencer a otros acerca de la fe de uno y que el proselitismo es el peor veneno del ecumenismo. Más información sobre este punto aquí.

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12.03.17

Libros recomendados

4.03.17

Veinte reflexiones sobre la exhortación apostólica Amoris Laetitia

Quizás alguno de ustedes haya notado que nunca publiqué en este blog ningún comentario mío sobre la exhortación apostólica Amoris Laetitia del Papa Francisco. El año pasado no me sentí en condiciones de hacerlo correctamente, pero apoyé de todo corazón la gran obra de discernimiento y de defensa de la doctrina católica realizada por InfoCatólica y sus blogueros. Ahora, casi un año después de la publicación de ese importante y problemático documento pontificio, deseo aportar mis propios comentarios sobre algunos puntos salientes de la mencionada exhortación apostólica. No se trata de un análisis exhaustivo. Presentaré veinte reflexiones breves en el orden en que se suscitan al leer la Amoris Laetitia, a la que citaré como AL. 

1. “A pesar de las numerosas señales de crisis del matrimonio, «el deseo de familia permanece vivo, especialmente entre los jóvenes, y esto motiva a la Iglesia»” (AL, n. 1). Sólo en este primer numeral de la larguísima AL se habla de la “crisis del matrimonio”, pero ni allí ni en el resto del documento hay ninguna referencia explícita a la caída dramática del número de los matrimonios sacramentales en muchos países, una caída tan grande que cabe hablar de una tendencia a la cuasi-desaparición del matrimonio sacramental. La familia cristiana está basada en el matrimonio cristiano (el matrimonio sacramental), por lo que una cuasi-desaparición del matrimonio cristiano equivale a una cuasi-desaparición de la familia cristiana. Es muy curioso y hasta chocante que este hecho evidente e importantísimo no sea objeto de una reflexión atenta y esmerada. Por otra parte, considerando la mentada crisis del matrimonio y el gran auge del concubinato, ¿es totalmente cierto que “el deseo de familia permanece vivo, especialmente entre los jóvenes”?¿No es verdad que ese deseo de familia, especialmente entre los jóvenes, es hoy a menudo atenuado, distorsionado o sofocado por la mentalidad individualista, y que eso, en vez de ser un signo de esperanza, es una de las grandes causas de la actual crisis del matrimonio? Por último, decir que “el deseo de familia permanece vivo… y esto motiva a la Iglesia” ¿no es una descripción muy insuficiente y demasiado “horizontalista” de la motivación de la Iglesia para anunciar el Evangelio de la familia?

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