Un silogismo para católicos en tiempos electorales
En este breve artículo presentaré un silogismo que busca orientar el voto de los ciudadanos católicos.
Parto de la siguiente premisa mayor: un ciudadano católico no puede lícitamente votar a favor de un candidato, sector o partido político que promueve la legalización del aborto.
Es cierto que tampoco los ciudadanos no católicos pueden lícitamente emitir un voto semejante; pero eso, pese a ser verdad, queda fuera del ámbito de consideración de mi artículo. Si ningún ciudadano puede lícitamente votar de esa manera, con mayor razón aún tampoco puede hacerlo ningún ciudadano católico.
Me refiero aquí a la licitud moral del voto, no a su licitud jurídica. Esta premisa mayor puede ser demostrada tanto filosóficamente (es decir, apelando a la razón humana natural) como teológicamente (es decir, apelando a la razón iluminada por la fe sobrenatural). Para mayor brevedad, me atendré aquí a la vía teológica, apelando a la autoridad del Magisterio de la Iglesia Católica:
“Cuando en ámbitos y realidades que remiten a exigencias éticas fundamentales se proponen o se toman decisiones legislativas y políticas contrarias a los principios y valores cristianos, el Magisterio enseña que «la conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral».” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 570).
De esta doctrina católica se deduce fácilmente la premisa mayor referida, puesto que el respeto del derecho humano a la vida es un contenido fundamental de la moral.