Cuestionario del documento preparatorio del Sínodo sobre la Familia –Pregunta 1b

Dios mediante, a lo largo de una serie de artículos iré planteando las preguntas del cuestionario del documento preparatorio del próximo Sínodo de los Obispos y ofreciendo mis respuestas personales, como un modesto aporte a nuestra reflexión colectiva.

Pregunta

1 - Sobre la difusión de la Sagrada Escritura y del Magisterio de la Iglesia en relación a la familia

(…)

b) Allí donde se conocen las enseñanzas de la Iglesia ¿son éstas integralmente aceptadas? ¿Se verifican dificultades para ponerlas en práctica? ¿Cuáles?

Respuesta

1) Situación religiosa

En mi respuesta a la pregunta 1a sostuve que muchos católicos tienen un nivel de formación doctrinal muy inferior al correspondiente a su cultura general. Ahora agrego que, incluso entre quienes conocen las enseñanzas de la Iglesia, hoy es muy común que no las acepten integralmente.

Muchos católicos están alejados de la Iglesia porque:
• No creen en dogmas fundamentales de la fe cristiana (religión verdadera, Divina Revelación, Encarnación, existencia e inmortalidad del alma, existencia del Cielo, existencia del pecado, del diablo y del infierno, infalibilidad papal, etc.). Lamentablemente, estos católicos “a la carta” existen incluso entre los católicos practicantes.
• O tienen opiniones contrarias a la doctrina moral católica en puntos tales como el divorcio, la anticoncepción, la reproducción humana artificial, el aborto, las relaciones sexuales “prematrimoniales”, la necesidad de la formación religiosa en las escuelas públicas, etc.
• O no practican el culto católico. En algunos países o regiones de tradición católica el grado de práctica sacramental disminuyó mucho en las últimas décadas y actualmente es muy bajo. Sobre todo han descendido los números de las confirmaciones y de los matrimonios sacramentales. Sin embargo, en Iberoamérica muchos católicos no practicantes participan en expresiones de religiosidad popular católica. La mayoría de los católicos opina que se puede ser buen católico sin ir a Misa todos los domingos y que no hay necesidad de los sacerdotes para la reconciliación con Dios. Muchos católicos han perdido en gran parte su identidad católica y no se consideran vinculados a la Iglesia Católica. No son pocos los católicos que no rezan nunca.

Hoy la influencia del secularismo, el materialismo, el relativismo y el individualismo alcanza incluso a muchos católicos. Además, el ateísmo, el agnosticismo y el deísmo son posturas cada vez más difundidas, sobre todo entre los poderosos, los intelectuales y los jóvenes. Ha crecido el número de las personas indiferentes hacia la religión. Muchos cristianos recurren a su religión sólo en los momentos difíciles.

Por otra parte, en las últimas décadas muchas sectas y nuevos movimientos religiosos han arraigado y crecido en países de tradición católica, ofreciendo respuestas a las cuestiones religiosas a quienes ya no las buscan o encuentran en la Iglesia Católica. En gran parte de Iberoamérica han crecido mucho recientemente las comunidades eclesiales evangélicas y pentecostales. Se puede decir que en Iberoamérica la Iglesia Católica optó por los pobres, pero muchos pobres optaron por las comunidades evangélicas o pentecostales. En las zonas más secularizadas, crece la influencia de la espiritualidad New Age (creencia en la reencarnación, etc.). También crece la creencia en supersticiones, cábalas y prácticas adivinatorias y la propensión al ocultismo.

2) Dificultades propias del contexto social

En muchos países de tradición católica, hoy la sociedad está fuertemente secularizada. En nuestra cultura predomina un secularismo radical, que pretende excluir totalmente a la religión del espacio público. En este contexto los cristianos, aunque a veces seamos una mayoría cuantitativa, vivimos como una minoría cualitativa, sin una influencia predominante en la sociedad. Los cristianos que quieren permanecer fieles al Evangelio en su integridad por motivos sobrenaturales son una minoría y por ello las leyes, las instituciones, las mentalidades y las costumbres dominantes en nuestra sociedad en general no son cristianas y a veces son anticristianas. Ser coherentemente cristiano en esta situación no es fácil ni ventajoso.

La post-modernidad ha traído consigo un auge del relativismo, ideología que cada vez más tiende a ser considerada erróneamente como un requisito básico para la convivencia democrática. Quien tiene la certeza de conocer la verdad acerca de asuntos religiosos, filosóficos o morales es fácilmente tachado de fundamentalista e intolerante. La mayoría de los medios de comunicación social contribuyen a difundir la mentalidad relativista.

Todo esto ha contribuido al crecimiento de la llamada “cultura de la muerte”, que desconoce el derecho humano a la vida y los demás derechos naturales de la familia y procura destruir la concepción cristiana del matrimonio y la familia.

3) Dificultades propias de la situación eclesial

Después de la finalización del Concilio Vaticano II (pero no a causa del Concilio) creció notablemente el influjo del secularismo dentro de muchas Iglesias locales. En particular, en Iberoamérica la teología de la liberación de inclinación marxista tendió a secularizar la esperanza cristiana, asignando al sistema socialista la virtud salvífica que corresponde al Reino de los Cielos.

Esto condujo, sobre todo durante el período 1965-1985, a una excesiva priorización de los aspectos socio-políticos del cristianismo y a una falsa oposición entre espiritualidad y compromiso social, que impulsó a muchos católicos a descuidar el cultivo de su vida espiritual y a alejarse de la oración. Con frecuencia se olvidó que la conversión individual tiene una prioridad ontológica frente a la conversión de la sociedad. Todo esto produjo en la Iglesia conflictos y hasta divisiones que aún no han terminado de sanar. En algunos ámbitos eclesiales se contesta abiertamente al Magisterio de la Iglesia; en otros ámbitos eclesiales, aunque no se lo contesta abiertamente, no se lo asume íntegramente con lealtad. Con frecuencia en esos ámbitos se tiende hacia una “hermenéutica de la discontinuidad”, considerando al último Concilio casi como un nuevo comienzo absoluto. Con demasiada frecuencia se tolera en la práctica la existencia y la difusión de todo tipo de desviaciones doctrinales (incluso heréticas) dentro de la Iglesia.

En muchos países de Occidente los problemas se multiplican: muchas organizaciones católicas (por ejemplo, escuelas, asociaciones caritativas, etc.) enfrentan una crisis de su identidad católica. Escasean las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa y abundan las deserciones. La grave amenaza de la “cultura de la muerte” no es enfrentada adecuadamente debido a la división y la debilidad política de los católicos.

4) Propuestas

Ante esta difícil situación, resulta necesario asumir como primera prioridad pastoral la vocación universal a la santidad (cf. Juan Pablo II, carta apostólica Novo Millennio Ineunte, nn. 30-31). Debemos recomenzar nuestra labor desde la comunión con Cristo en la Eucaristía, fuente y cumbre de la vida cristiana. La comunión con Cristo nos abre a la comunión con los hermanos. Debemos esforzarnos por vivir cotidianamente la espiritualidad de la Iglesia-comunión, dejando de lado viejos prejuicios y recelos y abriéndonos cordialmente al diálogo intra-católico (prerrequisito de un auténtico diálogo ecuménico). En particular, se necesita una mayor apertura de las parroquias hacia los nuevos movimientos eclesiales y una mayor disposición de éstos a colaborar con aquéllas.

En segundo lugar, es necesario renovar el impulso misionero de nuestra Iglesia (muy alicaído en las últimas décadas). El Beato Papa Juan Pablo II llamó a toda la Iglesia a una evangelización nueva en su ardor, en sus métodos y en su expresión. La comunión con Cristo conduce a la misión. Lo fundamental es el nuevo ardor evangelizador: dado esto, los nuevos métodos y expresiones vendrán por añadidura. Debemos recuperar la alegría de la fe y sentir la urgencia de testimoniar y anunciar explícitamente el Evangelio de Jesucristo ante todos nuestros conciudadanos, a tiempo y a destiempo, por todos los medios disponibles, incluyendo los medios de comunicación de masas. La promoción de los valores humanos debe ser fundamentada en la fe cristiana. Debemos recordar constantemente que “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4,4). “Se debe rechazar la tentación de una espiritualidad oculta e individualista que poco tiene que ver con las exigencias de la caridad” (Arquidiócesis de Montevideo, Plan Pastoral San Felipe y Santiago Siglo XXI, n. 4).

En tercer lugar, se requiere que toda la acción pastoral de la Iglesia tome en cuenta debidamente las relaciones familiares de cada ser humano alcanzado por ella.

Por último, como subrayé en mi respuesta a la pregunta 1a, es imprescindible realizar un gran esfuerzo para mejorar la formación doctrinal de los católicos, en plena sintonía con el Magisterio de la Iglesia.

Daniel Iglesias Grèzes


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6 comentarios

  
Scout
Disculpe, pero yo no creo en la doctrina del alma inmortal. Eso no es católico. El alma subsiste por la misericordia de Dios, no per se, eso es griego. Lo católico es la resurrección de la carne...En eso sí que nos cuesta creer un poquito, pero es nuestra fe: ver a Dios con los ojos, no sólo del alma, sino del cuerpo. Saludos.

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DIG: Dios creó al hombre como unidad de cuerpo material y alma espiritual. El alma espiritual del hombre es inmortal por naturaleza, es decir en virtud de la creación. Ésa es una doctrina católica que todo católico debe creer, no una "doctrina griega" infiltrada en el cristianismo de la que se podría o debería prescindir. Obviamente, en este contexto que el alma sea "inmortal" no significa que no pueda pasar por el trance de la muerte (separación del alma y del cuerpo) sino que el alma no desaparece en la muerte.
07/12/13 10:26 AM
  
Juan Argento
La posicion expresada por Scout es similar a la que algunos teologos, por ejemplo el teologo español Ruiz de la Peña, sostuvieron en los años 70. Al respecto, es importante notar que Ruiz de la Peña sostenia tambien una posicion de "emergentismo fuerte" sobre el alma humana, segun la cual la sustancia espiritual (no tan solo las facultades o propiedades espirituales) procede de la materia por la via de "auto-trascendencia" de ésta (el alma, "materia que se autotrasciende"). De lo cual resulta logicamente que, al perder la materia su organizacion funcional (muerte), el alma espiritual tiende naturalmente a desaparecer. Lo que no es lógico es que una sustancia espiritual pueda aparecer como resultado de un proceso de "auto-trascendencia" de lo material.

Esta posicion, al igual que el "emergentismo debil" de Bunge, segun el cual no hay sustancia espiritual sino tan solo facultades o propiedades espirituales que emergen de la materia, es contraria al Magisterio de la Iglesia, segun el cual el hombre posee un alma espiritual creada directamente por Dios, no emergente de la materia.

La diferencia entre el emergentismo fuerte y el debil es que el fuerte (el de Ruiz de la Peña), ademas de heretico, es racionalmente ridiculo ya a primera vista.

Del teologo ortodoxo José Antonio Sayés hay una exposicion de la doctrina ortodoxa sobre el tema, incluyendo su contraste con las posiciones heterodoxas. La pagina en mercaba.org puede encontrarse googleando el texto:

"Probablemente ningún concepto de la tradición filosófica de inspiración cristiana ha sufrido más en los últimos años que el concepto del alma espiritual e inmortal"

(Cuando digo "ortodoxo" lo hago en sentido propio, no en sentido convencional de ortodoxos griegos, rusos, etc. Por supuesto que los griegos creen que ellos son ortodoxos en sentido propio.)
07/12/13 5:02 PM
  
Juan Argento
Ademas del Catecismo, otra referencia de la doctrina ortodoxa sobre el tema es el documento de la CDF "Carta sobre algunas cuestiones referentes a la escatología" del 17 de mayo de 1979. (*)

El cardenal Ratzinger, entonces arzobispo de Munich, escribio en 1980 un buen comentario sobre este documento, titulado "Entre muerte y resurrección". Una traduccion resumida se puede hallar en el sitio sobre Ratzinger de unav.es, con nombre de archivo 081_ratzinger.pdf.


(*) Este documento es magisterial, ya que dice que "El Sumo Pontífice Juan Pablo II, durante la Audiencia concedida al infrascrito Prefecto, ha aprobado esta Carta, cuya preparación fue decidida en la asamblea ordinaria de esta S. Congregación, y ha ordenado que sea publicada." No debe ser confundido con el documento de la Comision Teológica Internacional "Algunas cuestiones actuales de escatología" de 1990, que no es magisterial.

07/12/13 5:33 PM
  
Ricardo de Argentina
Scout, si bien Daniel te ha respondido debidamente, me permito señalarte que tu argumentación en sí misma no se sostiene. Dices que "el alma subsiste por la Misericordia de Dios", pero acaso ¿qué cosa es lo que subsiste prescidiendo de esa Midericordia?

Y una vez que admites que el alma subsiste eternamente (sea por la causa que fuere), luego debes admitir que el alma es inmortal.
Lo hayan sabido o no lo hayan sabido los griegos, cosa que no viene al caso.
07/12/13 5:35 PM
  
JacinTonio, desde Madrid
Acontecimientos atrayentes que interpelen, enganchen y conciencien a los católicos del requerimiento evangélico a participar en la Vida de la Iglesia. Bien traídos pueden ser interesantes. (Algunas confesiones no católicas organizan actos para su causa). Nosotros tenemos acontecimientos como las Jornadas Mundiales de la Juventud, o los Congresos Eucarísticos, etc., etc., pero yo me refiero a un nivel local, más fáciles de organizar y menos costosos. Debe haber más movimiento en las Iglesias locales.

Pueden ser acontecimientos culturales, “temáticos”, que inviten a la participación, litúrgicos, sacramentales, etc., dedicados a la comunión, a la conciencia, a la confesión, la oración, etc., etc. …, que logren inquietar e impulsar a la participación. Pueden ser sobre la historia de la Iglesia, los Libros Sagrados, la Tradición, la Autoridad y Magisterio de la Iglesia… o aquellos temas que se discuten normalmente entre católicos o entre no católicos, (Galileo, Cruzadas, la colonización de América, las “Edades del Hombre” –como las que se han venido organizando en España-, el respeto a la vida del no nacido y un largo etcétera, incluso temas tan espinosos como “Iglesia y política”, algo que habría que abordar con especial prudencia, lo mismo que el tema de las sectas). Y hacer una buena y acertada publicidad de ello, pero teniendo en cuenta las resistencias en contrario que provendrían de diversos colectivos, ya fueran políticos o religiosos, muchas veces “para llevar el agua a su molino” o, simplemente, para entorpecer.

Si tenemos los pies en el suelo, nos daremos cuenta de que para todo se necesita dinero y medios, coberturas, ocasiones…, y ¡como no!, la Iglesia también tiene esas necesidades, pero con la particularidad de que somos peregrinos en tierra extraña, una tierra dominada por los poderes de este mundo, de ahí que tantas veces el mundo le dispute a la Iglesia protagonismo sobre las gentes, un protagonismo del mundo que con frecuencia resulta nefasto, pero hay campos propios del mundo que hay que respetar. No obstante, el protagonismo de la Iglesia sobre las gentes individualmente consideradas, sobre la sociedad civil y sobre la historia, ha de ser tan benéfico como requiere el Mensaje Cristiano que trata de predicar.

Pero también puede haber problema con los presupuestos espirituales necesarios; el Espíritu se manifiesta donde y como quiere, pero necesitamos de los pies y de las palabras de enviados, como vanguardia, y sobre todo, del ejemplo de los ya concienciados e involucrados, ya que también es necesaria la retaguardia donde está la mayoría del pueblo. El que todos estemos llamados a evangelizar no ha de ser óbice para que de entre los cristianos concienciados, se discierna a las personas que deban estar más directamente implicados, pues la vocación de cada cual ha de ser respetada en un ambiente de santa libertad de los hijos de Dios: no todos valen para líderes, los cuales son muy, pero muy necesarios: las gentes se mueven normalmente guiados por líderes. Y los que no lo son, a dar buen ejemplo. La Iglesia puede fracasar allá donde se equivoque el cumplimiento de las exigencias propias de cada cual: a cada cual su misión, sin que se intercambien indebidamente los carismas.

Pero parece lógico e inevitable que se deba comenzar por los ya comprometidos en una misión concreta, los cuales han de procurar ser capaces de involucrar a otros, como buen fermento de la masa, si no con la palabra como oficio y encargo de la Iglesia, sí con el ejemplo y la palabra del cristiano corriente. Movimientos y Parroquias no deben sólo llevarse bien, sino en el respeto a los carismas, colaborar en esta tarea común como si fueran una sola institución. Pero cualquier liderazgo necesita el apoyo y la aprobación de la Iglesia, y ningún cristiano corriente se libra de problemas, por lo que han de tener siempre a su disposición sacerdotes y personas bien formados e interesados en una buena dirección espiritual. Pero, en cualquier caso, la figura del Obispo es central e insustituible y ha de ser el primer líder de su pueblo, junto con los sacerdotes, diáconos y laicos comprometidos de su diócesis.

Siempre con el Señor Jesús, saludos.
13/12/13 4:50 PM
  
carlos
"Carta apostólica Novo Millennio Ineunte, nn. 30-31). Debemos recomenzar nuestra labor desde la comunión con Cristo en la Eucaristía, fuente y cumbre de la vida cristiana. La comunión con Cristo nos abre a la comunión con los hermanos."Estimado Daniel, el que suscribe es miembro seglar del Carmén Observante, el que sigue a Santa Maravillas de Jesús.En esa carta juan pablo II, expone , para mí es el Espiritu Santo, El señor que nos habla a través del Magisterio.
He hecho oración hace mucho tiempo siguiendo a mi madre Santa Teresa, sin interpretes, sigo a san Juan de la Cruz,Fiel a Dios Nuestro Señor desde 1978,Seguir a la persona Santisisma del señor, donde está, en los Santos Padres, en la Tradición Viva de la Iglesia, en el Magisterio extraordinario y ordinario.
En la oración experimental se constata la presencia del alma, es una sorpresa, el alma Existe!!!!!!Dios existe!!!!!!La Iglesia tiene razón, si bien ese fue el comienzo.Seguir a san Juan de la Cruz, mi padre ayer asistí a su fiesta, con la oración contemplas la fiesta en el cielo.Apostolado Sin Cristo, sin caer que progresivamente el Señor, que somos unas mentira total.Que aplausos!!!!!!Si tenemos algún exito misa de acción de gracias, pedir oración a los carmelos observantes.Buscar al señor no con pelagianismos, sino con la espiritualidad del carmén, que le pega a todo, lo que es heterodoxo que anda dando vueltas, pelagianismos, no existe el pecado original, somos buenos, palmaditas, sonrisitas, que perfectos que somos, asistencialistas,bonachones.... eso no es el amor al prójimo que nace la Cruz del Señor en cada Misa, y sin EL, somos unas migajas que caén de la mesa del señor.una Migaja sin Dios que te levanta, que puede hacer, que puede ver.?La bondad natural de una persona, como dice Juan Pablo II, no es contemplar el Rostro Divino del Señor, y transmitirlo.
Los sacramentos son muy serios, requieren una preparación intelectual y ESPIRITUAL, muy grandes.
A Cristo por Maria y con el papa.
Lo de benedicto XVI es excelente, es un Grande.Muchas gracias.
15/12/13 2:48 PM

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