Darwinismo, Diseño Inteligente y fe cristiana

1. Introducción

Mi anterior post (“Creacionismo y Diseño Inteligente”) motivó una interesante contribución de Francisco José Soler Gil (”Darwinismo y ateísmo“), que ha sido publicada en InfoCatólica. Allí el Dr. Soler, a quien mucho agradezco su valioso aporte a la actual discusión, sostiene las siguientes dos tesis principales:

• El darwinismo no es una teoría esencialmente atea ni una teoría que resulte más fácil de conjugar con una cosmovisión atea que el Diseño Inteligente.
• El Diseño Inteligente no constituye una alternativa más favorable al teísmo que el darwinismo.

2. Puntos de acuerdo

Comenzaré mi réplica enumerando mis siete principales puntos de acuerdo con el Dr. Soler en esta materia (tal como yo los veo):

• Nuestra común fe cristiana exige creer que Dios es el inteligentísimo Diseñador y el omnipotente Creador del universo y de todos los seres que hay en él: vivos o inertes, racionales o irracionales.
• En principio no existen dificultades teológicas para que el cristiano acepte la noción general de evolución, es decir la idea de que las especies proceden unas de otras, a partir de un origen común.
• Más aún, aunque la fe cristiana (en sí misma, es decir independientemente del conocimiento científico) es tan compatible con el fijismo como con el evolucionismo, podría llegar a decirse que la teoría de la evolución (en el sentido amplio ya expuesto) manifiesta más claramente la infinita inteligencia del Creador que las concepciones fijistas del origen de las especies.
• Empero, la fe cristiana es obviamente incompatible con cualquier evolucionismo materialista o naturalista; y también con cualquier teoría de la evolución que niegue la realidad del diseño inteligente de los seres vivos por parte de Dios.
• La evidencia científica disponible apoya decididamente la hipótesis de la evolución en sentido amplio: las especies han surgido las unas de las otras a través de un proceso evolutivo de miles de millones de años, que comenzó probablemente con una sola especie unicelular.
• La teoría darwinista ortodoxa (o neodarwinismo), que pretende que las mutaciones genéticas aleatorias y la selección natural dan cuenta de la complejidad y diversidad de los seres vivos, presenta importantes dificultades o puntos débiles.
• Se debe dar crédito a los principales representantes del movimiento DI (Diseño Inteligente) por plantear vigorosamente dichas dificultades, reabriendo un debate científico que muchos pretenden dar por cerrado.

3. Darwinismo y cristianismo: la cuestión histórica

A partir de nuestra base común, analicemos ahora las principales áreas de desacuerdo. El Dr. Soler sostiene que, en el fondo, el conflicto entre el darwinismo y el teísmo no es un problema de principios (o sea, de oposición sustancial entre ambos), sino que es un accidente histórico, producto de un malentendido entre ambas partes. Soler parece incluso sugerir que la responsabilidad principal de ese malentendido fue de los cristianos, por su supuestamente errónea adhesión a la “teología física” de William Paley y otros autores. En cambio, yo sostengo que el problema de fondo no es histórico sino filosófico. La tendencia manifiestamente atea de la gran mayoría de los darwinistas no es un mero accidente histórico, ni el producto de un malentendido casual, fácilmente evitable.

En primer lugar consideraré esta cuestión desde el punto de vista histórico.

El famoso argumento de Paley no es otra cosa que una reformulación de la “quinta vía” de Santo Tomás de Aquino (llamada por Kant “prueba físico-teológica” de la existencia de Dios). La quinta vía, plenamente asumida por la filosofía y la teología católicas, prueba la existencia de Dios a partir del orden del mundo o a partir de la finalidad en la naturaleza. (1)

La tesis de la mayor culpabilidad cristiana en el supuesto malentendido entre darwinismo y cristianismo omite considerar muchos hechos fundamentales, entre ellos los siguientes.

Ante todo conviene recordar la postura religiosa del propio Charles Darwin: “Los años de estudio en Cambridge fueron también el comienzo de serias y profundas dudas religiosas… Pasada la madurez acabaría siendo un completo agnóstico, incapaz ya de creer en la existencia de Dios… Cuando en octubre de 1836 regresó Darwin de su periplo a casa…, para él habían perdido toda su vigencia tanto el dogma científico-natural (constancia de las especies) como el teológico (creación). Alrededor de los cuarenta años se describía personalmente como un agnóstico… Por su hijo Francis sabemos que en la familia de Darwin jamás se habló una sola palabra sobre religión… En noviembre de 1859 (es decir, el mismo mes de la aparición de la obra de Darwin) escribía Engels a Marx: “Por lo demás, Darwin, a quien precisamente estoy leyendo, es un hombre muy famoso… La teleología (finalidad) todavía no estaba destruida. Y eso es lo que ha ocurrido ahora”.” (Adolf Haas, Darwin, en: Karl-Heinz Weger, La crítica religiosa en los tres últimos siglos. Diccionario de autores y escuelas, Editorial Herder, Barcelona 1986, pp. 78-80).

Los principales divulgadores tempranos de la obra de Darwin fueron pensadores ateos, agnósticos, deístas o panteístas caracterizados por su militancia contra el dogma cristiano, es decir contra el cristianismo ortodoxo. Piénsese por ejemplo en Thomas Huxley, “el bulldog de Darwin”, en los nueve miembros del X Club que él fundó, o en Ernst Haeckel, “el bulldog de Darwin en el Continente”.

En los siglos XX y XXI los principales representantes o divulgadores del darwinismo han sido ateos, y a menudo ateos militantes. Piénsese por ejemplo en Julian Huxley, Jacques Monod, Stephen Gould, Richard Dawkins, Daniel Dennett, etc. Las implicaciones anti-teístas de la teoría de Darwin son muy probablemente la razón principal por la que estos y otros autores (como los antes nombrados) apreciaron y respaldaron esa teoría con tanto ardor.

El neodarwinismo “metafísicamente modesto” (compatible con el teísmo) es prácticamente inexistente. De hecho casi ninguna de las versiones existentes del neodarwinismo satisface esa condición. El neodarwinismo real (el que se afirma o se sugiere en la inmensa mayoría de los libros de texto o de divulgación sobre la evolución) no tiene nada de metafísicamente modesto. Un neodarwinismo metafísicamente modesto sería una teoría tan diferente del neodarwinismo existente, que no tendría derecho a llevar el mismo nombre que él.

En el mundo real, la perspectiva darwinista es la de una evolución ciega, no planificada ni guiada por inteligencia alguna. Esta perspectiva, predominante hoy en los medios científicos más influyentes, sobre todo en América del Norte, excluye terminantemente la idea de un diseño inteligente, tanto de la vida como del universo en general.

Más aún, la perspectiva darwinista se ha convertido en una completa cosmovisión, obviamente anticristiana, por medio de una doble extrapolación, “hacia arriba” y “hacia abajo”, por así decir.

Mediante la extrapolación hacia abajo, la evolución darwinista se extiende también a la evolución prebiológica (origen de la vida por medio de reacciones químicas aleatorias en la “sopa primordial”) e incluso a la evolución cósmica (múltiples o infinitos universos que evolucionan en una especie de lucha darwinista por la supervivencia del más apto).

Y mediante la extrapolación hacia arriba, la evolución darwinista se convierte en darwinismo social: el ser humano toma el control de su propia evolución, utilizando la eugenesia para eliminar a los hombres menos aptos y obtener un mejoramiento de la especie humana, al modo de los criadores de perros o caballos. La conexión entre el darwinismo y el darwinismo social no es accidental. Charles Darwin expresó ideas racistas y eugenésicas en su libro “La descendencia del hombre”. La Sociedad Eugenésica británica se inspiró en las ideas de Darwin. Un primo y amigo de Darwin (Francis Galton) fue el fundador y el primer presidente de esa Sociedad; y su segundo presidente fue Leonard Darwin, hijo de Charles Darwin.

4. Darwinismo y cristianismo: la cuestión filosófica

Según el neodarwinismo, de los dos factores determinantes de la evolución biológica (2), sólo uno de ellos (las mutaciones genéticas aleatorias) tiene un rol activo, creativo o positivo, mientras que el otro (la selección natural) tiene un rol meramente pasivo, destructivo o negativo. Es decir que todas las variantes biológicas son generadas mediante mutaciones genéticas aleatorias. La selección natural no hace avanzar la evolución; no crea ninguna variante biológica, sino que sólo elimina las menos aptas, dejando en pie las más aptas. Esto significa que el azar es el único motor de la evolución, siendo la selección natural solamente su freno o su timón (según la metáfora que adoptemos). (3)

Consideremos ahora la cuestión de la compatibilidad o incompatibilidad entre esta teoría y el monoteísmo cristiano. Uno podría imaginar un darwinismo “metafísicamente modesto” que admitiera la noción de un Dios que es el Diseñador y Creador de todo lo que existe, pero que produce la evolución biológica a través del “mecanismo darwinista”: mutaciones genéticas aleatorias más selección natural. En el lenguaje de la filosofía clásica, Dios sería la Causa Primera y el azar y la selección natural serían las causas segundas de la evolución. Pero, como ya vimos, según el neodarwinismo en el fondo el único motor de la evolución es el azar, por lo cual éste sería en verdad la única causa segunda de la evolución.

Ahora bien, el azar no es una explicación, sino una ausencia de explicación. Decir que el azar es la causa de la evolución equivale a decir que la evolución no tiene ninguna causa, lo cual, además de ser absurdo, conduce a la gran mayoría de los darwinistas a concebir la evolución como un proceso sin un propósito o causa final, no planificado ni guiado por inteligencia alguna.

En rigor lógico, la noción de “neodarwinismo metafísicamente modesto” es auto-contradictoria. El verdadero neodarwinismo no sólo prescinde metodológicamente de la existencia de la finalidad en la naturaleza, sino que la niega desde el mismo punto de partida. El materialismo o el naturalismo constituyen sus premisas. No es extraño que, partiendo de esas premisas, sea imposible reconciliar sus resultados con la fe cristiana. Éstos se encuentran en una oposición radical e in-eliminable con la fe cristiana.

Un neodarwinismo “metafísicamente modesto” debería mantenerse abierto a la posibilidad de que Dios guíe la evolución biológica a través de las causas segundas. Pero el rol explicativo asignado al azar en el neodarwinismo es absoluto por definición. Esta entronización neodarwinista del azar como una explicación última (a la manera de un ídolo o falsa deidad) excluye totalmente la noción de una evolución planificada y guiada por Dios. Siendo esto así, entonces el “neodarwinismo metafísicamente modesto” puede ser sostenido sólo verbalmente, no lógicamente.

La mente humana rechaza toda contradicción. Por lo tanto, si, por un lado, por medio de vías filosóficas (como por ejemplo las clásicas “cinco vías” tomistas) uno llega a demostrar con certeza la existencia de Dios, y, por otro lado, se encuentra con un neodarwinismo que, al negar la existencia de toda finalidad en el universo, niega explícita o implícitamente la existencia de Dios, uno se ve obligado a rechazar ese neodarwinismo. No hay una “doble verdad” en el sentido averroísta. Una misma proposición no puede ser verdadera según la ciencia y falsa según la filosofía y la teología.

Ni los partidarios del DI ni yo negamos la existencia del “mecanismo darwinista” ni de su capacidad de producir micro-evolución (evolución dentro de las fronteras de la especie). Negamos que ese mecanismo sea capaz de producir macro-evolución, es decir la evolución de las especies mismas, dando cuenta de la complejidad y diversidad de la vida. Admitimos que el azar juega un rol dentro de la evolución, pero pensamos que ese rol ha de ser muy modesto.

El azar (como el desorden) es un concepto relativo. Así como el desorden supone un orden subyacente (como demuestra la moderna “teoría del caos”), el azar supone un diseño subyacente. Ahora bien, nótese que, si concebimos rectamente la evolución como el despliegue gradual en el tiempo de un plan magníficamente concebido por la inteligencia infinita y eterna de Dios, necesariamente debemos admitir que el rol (mayor o menor) del azar dentro de ese plan debe ser en el fondo modesto. O, en otras palabras, que ese azar (ausencia de designio o de propósito) no puede ser más que un azar aparente. Esto contradice rotundamente el núcleo del pensamiento darwinista; porque ese pensamiento es mucho más ideológico que científico, y su ideología es materialista o naturalista. El azar darwinista es un azar absoluto, un sustituto de Dios.

La evidencia científica disponible apoya la teoría de la evolución, pero no apoya la teoría darwinista de la evolución. La fuerza de esta última tiene otras raíces. Parte de la premisa de que Dios no existe o no tiene ninguna influencia real en este mundo. Habiendo eliminado así la principal alternativa (el diseño inteligente), el darwinismo es la explicación más lógica de la evolución que queda en pie, o quizás la única.

Según Soler, la auténtica cuestión en torno al darwinismo es estrictamente científica y no tiene relevancia alguna para la teología. Teniendo en cuenta todo lo dicho hasta aquí, se comprenderá que esto es muy difícil de aceptar. Pero además, debemos tomar en cuenta que el darwinismo tiende fortísimamente a afirmar el origen del hombre a partir de un primate por la mera evolución biológica. El hombre sería sólo un animal, aunque más evolucionado e inteligente que otros. Entre el hombre y los animales no habría más que una diferencia de grado, no sustancial. Todo esto es evidentemente incompatible con la fe cristiana. (4)

5. Críticas al Diseño Inteligente

Las críticas de Soler al Diseño Inteligente (DI) parecen confundir el debate entre darwinismo y DI con el debate entre evolucionismo y fijismo. Citaré tres ejemplos de esto.

Primer ejemplo. Escribe Soler: “Sin embargo, a estas alturas, me parece obvio que deberíamos estar en condiciones de reconocer que una cosa es postular una inteligencia fundante de la naturaleza, y que le imprime a la misma un orden racional y tendente a unos fines (entre otros, la generación de criaturas racionales) −lo que implica que la naturaleza posee un diseño global−, y otra muy distinta es postular un Dios relojero que diseña y crea las especies una a una, a mano, por decirlo de algún modo. Lo primero es necesario para el teísmo cristiano, mientras que lo segundo no… Por lo que a la teología respecta, el marco darwinista es perfectamente asumible, y hasta preferible a algunas versiones populares del DI que circulan por ahí, y que siguen presentando a Dios como una especie de demiurgo que continuamente tiene que estar interviniendo para que de la materia se pueda sacar algo interesante. Una imagen muy pobre de la inteligencia de Dios, según creo.”

Según la fe cristiana, Dios es el Diseñador y el Creador de todo lo que existe, incluso de cada especie viviente. Esto no implica que Dios haya creado cada especie “directamente” mediante un milagro o una intervención especial. La fe cristiana no implica el fijismo, pero sí el diseño inteligente del mundo, de la vida y del hombre. Toda teoría de la evolución que niegue el diseño inteligente es anticristiana. Pero tampoco el movimiento DI propone una teoría de la evolución que requiere continuos milagros o intervenciones especiales de Dios. Me parece que afirmar lo contrario supone una completa tergiversación de las tesis fundamentales del DI.

Segundo ejemplo. Soler escribe: “De manera que el enfoque darwinista resulta, como mínimo, tan atractivo para el teísmo como puedan serlo las alternativas que proponen los autores del llamado (y quizás mal llamado) “diseño inteligente”… Si Leibniz levantara de nuevo la cabeza, diría sin lugar a dudas que el mundo que proponen los valedores del Intelligent Design es la obra de un mal relojero.”

¿Por qué “mal llamado”? El movimiento DI no propone ningún modelo común acerca del mecanismo detallado mediante el cual se ha desplegado en el tiempo la evolución inteligentemente diseñada por Dios. Se limita a inferir el diseño inteligente de los seres vivos a partir de los datos de la ciencia. Por otra parte, el diseño inteligente, como la creación, no es un componente opcional de la fe cristiana, sino algo exigido por ella.

Tercer ejemplo. Soler cita aprobatoriamente una comparación del profesor Juan Arana. Una empresa fabrica dos modelos de paracaídas, uno para listos y otro para tontos. El modelo para listos requiere que el paracaidista, durante su caída, realice con precisión una serie de complicados ajustes. El modelo para tontos se ajusta solo durante la caída. El argumento de Arana es que el diseño del paracaídas para tontos (la selección natural, que opera sola) requiere más inteligencia que el diseño del paracaídas para listos (el DI, que requeriría continuas intervenciones de Dios).

En la comparación de Arana una misma empresa diseña y fabrica los dos modelos de paracaídas. Esta comparación podría servir en el debate entre fijismo y evolucionismo, pero es sumamente inadecuada en el debate entre darwinismo y DI. El símil de la evolución darwinista no es un paracaídas para tontos fabricado por la misma empresa que puede fabricar un paracaídas para listos, sino un paracaídas para tontos que no necesita fabricante, puesto que surge del espontáneo y azaroso movimiento de las fuerzas y los elementos naturales. Parafraseando a Fred Hoyle, podríamos decir que se trata de un modelo de paracaídas que es ensamblado aleatoriamente por un tornado que pasa sobre un depósito de materiales y es perfeccionado luego por sucesivos tornados. Sólo la costumbre y el prestigio del interlocutor evitan la espontánea reacción de incredulidad (o incluso hilaridad) que naturalmente suscitan hipótesis como ésta, cuando son expuestas claramente y sin tapujos.

6. El valor científico del darwinismo

Soler parece pensar que el darwinismo es una teoría científica muy buena e incluso admirable, que a lo sumo podría tener que ser un poco modificada o completada. En cambio yo pienso que el darwinismo es una pseudo-ciencia, producto de la ideología naturalista del ambiente científico de la Inglaterra victoriana. Sostengo que la cuestión sobre el sustento empírico de la teoría darwinista de la evolución puede ser resumida correctamente así: en lo referente a la macro-evolución (que es lo que entendemos por “evolución” cuando discutimos sobre la “teoría de la evolución”) la teoría darwinista de la evolución no sólo no tiene ningún sustento empírico válido, sino que es refutada de un modo abrumador por la evidencia matemática, paleontológica, molecular, etc. El único apoyo de esa teoría es una extrapolación completamente infundada desde la micro-evolución (evolución dentro de las fronteras de la especie) hasta la macro-evolución (evolución de las especies mismas).

Me atrevo a afirmar que el próximo paradigma de la evolución biológica (que yo veo ya en génesis en la corriente del DI) reducirá drásticamente el rol de las mutaciones genéticas aleatorias en la macro-evolución, considerando a aquellas a lo sumo como meras ocasiones (no causas) para la manifestación de transformaciones biológicas pre-programadas en la información genética.

Daniel Iglesias Grèzes

Notas

(1) El argumento principal de Paley, lejos de haber perdido validez, se agiganta con el paso del tiempo, a medida que la ciencia contemporánea descubre cada vez más y comprende cada vez mejor la intricada complejidad y la exquisita armonía de cada especie viviente, de cada órgano y de cada célula. No nos engañamos cuando, al ver un reloj, llegamos de un modo inmediato e intuitivo a la completa certeza de que es el producto de un diseño inteligente y debe existir un relojero. Ni nos engañamos cuando, al ver un libro, no tenemos ninguna duda de que ha sido escrito por un agente inteligente (aunque a veces no tanto) :-)). Con mayor razón aún deberíamos admitir el diseño inteligente de la información genética de los seres vivos, de los maravillosos sistemas bioquímicos que conforman cada célula, etc. Esas realidades proclaman a gritos que han sido diseñadas. Sólo quien se ha hecho sordo a esos gritos a fuerza de prejuicios materialistas puede dejar de escucharlos.

(2) Si bien a menudo los darwinistas admiten que en la evolución biológica puede haber otros factores determinantes, además de las mutaciones genéticas aleatorias y la selección natural, en la práctica ellos tienen una fortísima tendencia a asumir que esos dos factores bastan para explicar la complejidad y diversidad de la vida, de tal modo que los otros factores, si es que existen, tienen relativamente poca importancia.

(3) Algunos autores sostienen que también la selección natural está regida por el azar, dado que los cambios de las condiciones ambientales que determinan dicha selección no tienen una correlación discernible con las características de las especies antes de su adaptación a esos cambios. Más aún, actualmente se da un debate científico entre los “seleccionistas” (los darwinistas más estrictos) y los “neutralistas”, o sea los partidarios de la teoría de Kimura sobre la selección neutral. Según Kimura, la selección natural no favorece a las variantes más aptas (como propuso Darwin), sino a variantes cualesquiera, “elegidas” al azar. Si finalmente los neutralistas prevalecieran en este debate, el resultado sería que también el factor pasivo de la evolución darwinista está regido por el azar. Pero a los efectos de mi argumento se puede prescindir de todo esto. Basta tener en cuenta que el único factor activo de la evolución darwinista está regido por el azar.

(4) Recomiendo la lectura del siguiente artículo, donde se hace una buena crítica filosófica al neodarwinismo, en tanto y en cuanto éste niega la existencia de una finalidad en la naturaleza: Cardenal Christoph Schönborn, The Designs of Science, publicado originalmente en la excelente First Things Magazine (January 2006). El Cardenal Schönborn es Arzobispo de Viena y fue el editor general del Catecismo de la Iglesia Católica. Véase: http://www.unav.es/cryf/designsscience.html

41 comentarios

  
María de las Nieves
La fe cristiana la encontramos en lo revelado por Dios, en las Sagradas Escrituras,la Tradición y el Magisterio de la Iglesia,la celebramos en los sacramentos y en el amor de la comunidad.

La Revelación se hace plena con Jesucristo que nos muestra quién es el Padre y los cristianos creemos en EL,ya que vive resucitado,pero a la vez la Biblia es un libro de fe, no de ciencia y nosotros creemos por lo que unos testigos nos dijeron:Que aquél que ellos enterraron vive y nos lo testimonian dando su vida con el martirio.

Por ser La Biblia un libro de fe, ella misma es la que nos cuenta sobre su inspirador y revelador:Los cristianos le llamamos Padre y Creador,afirmamos que solo existe un Dios y Jesús nos dice que es uno con el Padre y SP"Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos" (Efesios 4:6) pero la naturaleza de este Dios es según San Juan de naturaleza espiritual."Dios es Espíritu..." ( Jn 4:24)
Y también que es Uno y Trino."La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén" (2 Cor 13:14)

Un Dios que nos revela Su nombre "Yo Soy el que SOY" (Ex 3,14) y que Jesús lo hace suyo en varios textos del NT,nos enseña el carácter de este Dios"El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor"(1Jn:4,8)

El problema que se puede plantear con la ciencias que estudian al hombre y su naturaleza es que muchas veces queda en la explicación de como funciona el cuerpo desde el origen, su formación y todos sus sistemas,conocer el cuerpo hoy es fácil.

Pero el verdadero planteamiento es quién es la persona y es muy díficil explicarla desde la biología,sino recurrimos a un Creador inteligente,aparte de un zigoto con su ADN, ahí hay una persona única e irrepetible,nosotros esta especie humana.La biología lo observa pero ahí hay un sujeto titular.
01/01/12 6:42 PM
Otro excelente artículo, felicitaciones Daniel y feliz año nuevo.

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DIG: Muchas gracias, Miguel. ¡Feliz Año nuevo para ti y para todos los lectores de este blog!
01/01/12 6:52 PM
  
Raul
Las partículas elementales de las que está constituída toda materia (protones, neutrones, electrones, etc.) jamás han evolucionado. Estas partículas son hoy igual que eran en el mismo comienzo del Universo, hace 14.000 o 15.000 millones de años.

Podrán ciertamente evolucionar los seres mas complejos compuestos por estas partículas elementales, pero dichas partículas nunca han variado ni experimentado evolución, modificación ni cambio alguno.

Son la parte fija, invariable e inmutable del Universo material a lo largo de toda su historia. Podrán variar y evolucionar ciertos seres vegetales y animales, pero jamás las partículas elementales de las que en última instancia están compuestos.

Por tanto, si los elementos más primarios y básicos de la materia no evolucionan, sino que son algo que permanece fijo e inmutable a pesar de todos los cambios, no basta con las teorías evolucionistas para explicar integralmente la realidad, sino que hay que explicar también a qué se debe que en medio de tanto cambio y evolución algo material, como las mismas partículas, permanezcan inmunes a toda evolución y cambio.



01/01/12 9:04 PM
  
Francisco José Soler Gil
Estimado Daniel:

Muchas gracias por haberse tomado la molestia de replicar tan rápida y ampliamente a mi artículo. Como le escribí esta tarde a propósito de su comentario, creo que es muy positivo que el lector de InfoCatólica tenga ocasiones, como ésta, de comprobar que el compromiso con la fe católica no equivale a adquirir un paquete de posiciones determinadas para toda discusión intelectual.

Sin querer entrar en un debate sobre la mayor bondad o maldad de nuestros respectivos planteamientos (algo que prefiero dejar al juicio de cada lector), le resumo simplemente algunos de los puntos centrales de nuestra discrepancia:

(1) Darwinismo como teoría biológica, y darwinismo como filosofía materialista.
Creo que sería muy necesario distinguir estas dos cosas. El darwinismo como teoría biológica es lo que he tratado de resumir en mi artículo. Y considero que no es incompatible, ni mucho menos, con la fe cristiana. Otra cosa es la filosofía materialista que muchos autores, desde el siglo XIX para acá han construido colonizando el darwinismo, y haciéndole decir mucho más de lo que la teoría biológica dice.
Los autores que usted cita constituyen una buena muestra de este “darwinismo filosófico”. Pero también hay notables ejemplos de que se puede sostener el darwinismo biológico sin caer en esa filosofía. Entre nuestros contemporáneos, se me ocurre citar, por ejemplo, a biólogos del prestigio de Francisco José Ayala y Francis S. Collins, sin ir más lejos, que son ambos darwinistas y creyentes. Y un buen ejemplo de que cabe este planteamiento lo podemos encontrar en la obra de Collins “¿Cómo habla Dios?”. Un libro muy recomendable.
De hecho, buena parte de los profesores de biología y bioquímica con los que he tenido ocasión de tratar de estos asuntos, sostienen posiciones semejantes.

(2) El papel del AZAR
Este asunto es un ejemplo claro de hasta qué punto el “darwinismo filosófico” va mucho más allá de lo que el mero “darwinismo biológico” dice. En sentido estricto, en ciencia se dice que una variable es aleatoria si no tenemos ninguna teoría que nos permita predecir, del modo que sea, los valores que va a adoptar. Esto no tiene ninguna implicación ontológica, ni equivale a negar la racionalidad, ni una ausencia de plan o finalidad en el objeto que se estudie, ni nada por el estilo. Añadir esto último, es comprometerse comprometerse con una interpretación muy particular, y que no se sigue de lo primero. Es lo que hacen autores como los darwinistas materialistas que usted menciona. Pero tal cosa no dice nada contra la teoría biológica en sí.
En computación, sin ir más lejos, se diseñan con frecuencia escenarios en los que se simula la un proceso evolutivo darwinista. Esto incluye variaciones regidas por variable descritas por medio algoritmos aleatorios. Sin embargo, es evidente que la simulación tiene un diseñador.
Bien, se podría decir mucho más sobre el error de oponer generalmente azar a finalidad, pero no quiero extenderme.

(3) Metodología
Concluyo con una breve reflexión metodológica. Yo he defendido en numerosas ocasiones que no existe incompatibilidad entre los resultados de la ciencia y los contenidos de la fe. Pero, para estudiar este asunto, creo que lo mejor que uno puede hacer es partir de las teorías científicas que los científicos asumen de hecho como más verosímiles en cada momento, no las que a uno le parecerían mejor. A fecha de hoy, la gran mayoría de los biólogos y los bioquímicos están convencidos de la corrección de la hipótesis de Darwin. Y no tengo ninguna constancia de que todo se deba a una intoxicación ideológica (... al contrario, he conocido ya a un buen número de científicos muy inteligentes que compatibilizaban su fe con su confianza en la teoría darwinista de la evolución). Por este motivo, creo que el filósofo que quiera estudiar la compatibilidad de la fe con la ciencia actual, debe reflexionar, en biología, suponiendo que la hipótesis más verosímil es la darwinista.

De lo contrario, se corre el grave riesgo de que, en vez de ofrecer una reflexión útil y convincente sobre la compatibilidad entre la fe y la ciencia, lo que se ofrezca sea un ejemplo de todo lo contrario. Cosa que será utilizada por los materialistas con mucho gusto, para mostrar el supuesto “oscurantismo” de la fe cristiana.

Esta advertencia vale, claro está, para el filósofo. Si uno es biólogo, puede apostar por intentar demostrar que el darwinismo biológico es falso, lo mismo que el filosófico. Pero si uno no es biólogo, sino filósofo, creo que lo mejor es no meterse en discusiones que no son de nuestra competencia.

Un cordial saludo, y disculpe que no pueda detenerme más en responder a su amable e interesante artículo. Estos días tengo algunos problemas en casa, y no puedo dedicar más tiempo a la filosofía.


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DIG:

1) Consideremos primero el darwinismo de Francisco José Ayala.

Según la Wikipedia: "En Darwin y el diseño inteligente (2007) Ayala afirma que el evolucionismo y el catolicismo son compatibles, pero no el creacionismo, que haría de Dios el primero y mayor abortista, ya que el evolucionismo explica el problema del mal en el mundo como imperfección en busca de perfección, mientras que el creacionismo parte del principio opuesto, de la idea de que el ser humano ya es perfecto de por sí y diseñado por el Creador, aun cuando más de 20 millones de abortos espontáneos ocurren cada año, debido al diseño deficiente del sistema reproductivo humano."

Esto demuestra claramente que la teología natural de Ayala es sumamente defectuosa, e incompatible con la filosofía cristiana.

Veamos ahora otra cita, esta vez del blog de un vehemente antidarwinista: "Su fanatismo darwinista le lleva (a Ayala) a afirmaciones ridículas como que Dios ama más a los pulpos y calamares que a los hombres porque el ojo de estos no tiene punto ciego como el nuestro. No hay nada bien diseñado en el cuerpo humano, afirma el sujeto, pero no nos dice cómo lo habría hecho él. Afirma que la evolución darwinista es compatible con Dios y la religión pero no con el diseño inteligente. Teólogo profesional (fue fraile en su juventud), este trilero intelectual no explica que si Dios lo ha hecho todo mal, da igual que sea de un modo darwinista o con un "programa vida"."

Dejando de lado las expresiones poco respetuosas, el vehemente bloguero tiene razón. Una evolución "darwinista-cristiana" supondría que Dios ha implementado su diseño inteligente a través del mecanismo darwinista, no que no ha usado su inteligencia al crear los seres vivos. Sencillamente, una evolución sin diseño inteligente no puede ser cristiana.

Así que Ayala no es de ningún modo un ejemplo de compatibilidad entre el darwinismo y el cristianismo ortodoxo.

El caso de Francis Collins es diferente, pero en definitiva su propuesta es a la vez mala ciencia y mala teología: Dios crea muchísimos o infinitos universos y en cada uno de ellos las cosas evolucionan sin intervención de Dios de tal modo que en uno de ellos, por puro azar, se produce una evolución biológica darwinista que da lugar a la existencia del ser humano. Esto es mala ciencia porque no hay ninguna evidencia científica de los muchos o infinitos universos. Y es mala teología porque Dios no necesita crear infinitos universos para ver si, en ese "juego de dados", sale por casualidad algún universo que sirva a sus propósitos. Para una buena reseña de un importante libro de Collins sobre la evolución como lenguaje de Dios, véase: http://www.rtforum.org/lt/lt124.html

2) Oponer azar a finalidad es un error, pero no es mi error. Es el error de los darwinistas.

3) Sobre metodología.

A) El darwinismo no es "un resultado de la ciencia" que los creyentes debamos asumir sin chistar. Existe un disenso científico legítimo sobre el valor científico del darwinismo.

B) No estoy de acuerdo con la distinción real entre dos darwinismos, uno biológico y otro filosófico, separables entre sí. Hay un solo darwinismo, una teoría biológica con raíces y consecuencias filosóficas.

C) Tampoco estoy de acuerdo con la afirmación de que los no-biólogos no deberíamos escribir sobre el darwinismo biológico. Es claro que nuestros aportes, en general, no versarán sobre los detalles científicos muy especializados de la teoría biológica. Pero sí podemos y en ciertos casos debemos informarnos e informar sobre la visión general (la big picture, como dirían los anglo-parlantes) del debate en curso sobre el valor científico del darwinismo. Y eso precisamente en virtud de los aspectos filosóficos y teológicos del darwinismo, que no parece posible separar completamente de sus aspectos científicos.
01/01/12 10:02 PM
  
Felipe
Aquí tiene a un profesor de biólogía desmontando toda la farsa darwiniana:

http://www.gloria.tv/?media=218579
01/01/12 11:16 PM
  
Ricardo de Argentina
Benditas las chispas que se sacan estos expertos, que tanto nos enseñan a los legos.

Me ha llamado particularmente la atención lo expresado por el Dr. Soler en la parte de su comentario subtitulado "El papel del azar", donde pone en claro que tal palabra denomina a posibilidades no predecibles por la ciencia humana actual, por lo cual lo siguiente es FALSO:

a) Que no haya leyes que los rijan. (Puede haber leyes desconocidas ahora para nosotros ahora, pero que llegado el caso pueden conocerse.)
b) Que no tengan una finalidad.

El azar pues, no excluye la existencia de leyes ni la existencia de una finalidad. No sería admisible entonces, decir que los hechos al azar sean "ciegos".
01/01/12 11:48 PM
  
Ricardo de Argentina
Finalmeente me permitiré hacer una interpretación más que suscinta de lo que (yo entendí que ) ha expresado el Dr Soler:

La teoría biológica del darwinismo ha sido hábilmente secuestrada por el ateísmo filosófico, quien la ha hecho su rehén y le han hecho decir forzadamente lo que a ellos les interesa.
Sin embargo la teoría en sí es filosófica y teológicamente neutra, es más, bien interpretada pone de manifiesto las perfecciones exquisitas de la Creación.


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DIG: Estoy convencido de que esa tesis es falsa desde el punto de vista histórico. El ateísmo filosófico no ha secuestrado al darwinismo, sino que el darwinismo se originó a partir de prejuicios ateos (naturalistas) y fue apoyado y divulgado por pensadores ateos en razón de sus implicaciones ateas. Del mismo modo en que hoy, la terrible censura y persecución contra los científicos que apoyan al Diseño Inteligente no es una costumbre académica inocente, sino la expresión de la guerra cultural de una élite anticristiana contra el cristianismo dogmático (el verdadero).
01/01/12 11:53 PM
  
Raul
Las partículas mas elementales de las que se compone toda materia (neutrones, protones, electrones, etc.), es evidente que por ser las mas elementales no pueden proceder de ninguna otra materia, pues toda materia las presupone en su misma estructura para ser materia.

Por tanto, si tales partículas son lo más primitivo de la realidad material, no pueden haber sido causadas por ninguna otra materia; por consiguiente sólo una causa no material puede haberlas causado.

Esa causa inmaterial, productora de las partículas elementales, no puede haberlas causado por generación ni por evolución ni por emanación, pues estas causaciones requieren materia previa; luego sólo pudo causarlas por acción intelectual y volitiva, es decir, por diseño inteligente y voluntad
innovadora o creadora que hace existir en la realidad lo diseñado por la inteligencia.
02/01/12 12:21 AM
  
Francisco José Soler Gil
Estimado Ricardo de Argentina:

Ha resumido usted perfectamente mi opinión.

Más aún, creo que, desde el siglo XVIII se viene haciendo, por parte del pensamiento materialista, una reinterpretación de la ciencia en general, para ajustarla a esta filosofía. Siendo así que, en su origen, el proyecto científico se encuentra íntimamente ligado a la idea, de raíz teológica, de la racionalidad del mundo y la capacidad humana para reconocer esta racionalidad del mundo, derivada de la condición del hombre como "imago dei".

No resulta exagerado afirmar que la ciencia moderna nació como un desarrollo de la doctrina teológica cristiana sobre la creación. (Como que por eso nació en el occidente cristiano, y no en ninguna otra civilización). Y es una ironía que la reinterpretación materialista del programa científico haya conseguido que, en la opinión de muchos, ciencia y fe cristiana sean dos términos incompatibles.

Pero, para justificar todas estas afirmaciones, habría que argumentar mucho. Y no se puede hacer esto en un comentario.
Algunos de los puntos indicados los desarrollé con cierta extensión en un libro que se llama "Dios o la materia?". Pero lo mejor es leer los estudios de Stanley Jaki sobre el origen de la ciencia.
02/01/12 8:17 AM
  
Jordi
Lo de "darwinismo metafísicamente moderado" me recuerda lo de "socialismo científico metafísicamente moderado" de la URSS.

Es muy difícil que una teoría, que tiene como Creador el azar y su moderador la selección natural como su núcleo irreductible, sin tener en cuenta ningún criterio de falsabilidad, sea posible que pueda moderarse.

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DIG: Estuve a punto de escribir algo parecido pero luego olvidé hacerlo. El intento de edificar un darwinismo cristiano me recuerda el malhadado intento de edificar un cristianismo marxista. Los teólogos de la liberación solían decir: "No somos marxistas. Sólo adoptamos el análisis marxista de la realidad, no todo el sistema marxista". No se daban cuenta de que quien analiza la realidad con los conceptos marxistas piensa como un marxista y así fácilmente termina siendo un marxista. Pues mucho me temo que algo así suceda a los cristianos que adopten el "análisis darwinista de la realidad".
02/01/12 9:12 AM
  
CCCP
Muchas gracias a Francisco Soler y Daniel Iglesias por ofrecernos un debate de esta altura, y felicitaciones a Infocatólica por alojarlo.

Se me ocurre que la clave está en esto que decía Soler: "en ciencia se dice que una variable es aleatoria si no tenemos ninguna teoría que nos permita predecir, del modo que sea, los valores que va a adoptar. Esto no tiene ninguna implicación ontológica, ni equivale a negar la racionalidad, ni una ausencia de plan o finalidad en el objeto que se estudie [...]".

Bueno, yo diría que, dado que lo aleatorio, según el darwinismo, son las mutaciones que dan lugar a la aparición de nuevas especies ... la cosa SÍ parece tener implicaciones ontológicas: significa que la vida es una carambola de la materia ciega, y no el producto de un Plan inteligente. No es de extrañar que los ateo-materialistas -como ha argumentado Daniel Iglesias- hayan estado desde el principio entusiasmados con el darwinismo.

La única forma de reconciliar el darwinismo con el teísmo, creo, consistiría en afirmar que lo que nos parece aleatorio A NOSOTROS no lo es en realidad: que Dios ajustó finísimamente todos los factores para que se produjeran precisamente esas mutaciones, y no otras (también, para que impactara sobre la Tierra el gran meteorito que exterminó a los dinosaurios, abriendo así el nicho ecológico para el desarrollo de los mamíferos, y finalmente la aparición del hombre).

El darwinista teísta tiene que creer que Dios sabía y quería desde un principio que todas esas cosas (aparición "casual" de nuevas especies, extinciones masivas, etc.) ocurrirían. Supongo que para una Mente infinita no es un problema. Lo contrario implicaría una visión de la creación/evolución que me parece inaceptable desde la perspectiva cristiana: Dios tiraría los dados de la bioquímica, "y a ver qué sale". Pero ya dijo Einstein (perdón por el topicazo) que Dios no juega a los dados.

Coincido con Iglesias en que Ayala no es un modelo de "darwinista cristiano" que nos ofrezca muchas garantías. POr cierto, el argumento de Ayala según el cual el darwinismo tiene la ventaja de exculpar a Dios de los horrores de la biología (enfermedades, peces grandes comiéndose a los chicos, abortos naturales, etc.) resulta insostenible desde la versión del darwinismo cristiano que expuse en el párrafo anterior: Dios sólo quedaría "exculpado" si realmente "tira los dados" (entonces no tiene culpa de que salga una combinación imperfecta -con abortos naturales, enfermedades, etc.). Pero si "tira los dados", no es realmente creador. Lo que predica Ayala no me parece en modo alguno "darwinismo cristiano". La solución al problema de la teodicea debe ser buscada en otra dirección (no diciendo que Dios no tiene culpa de los fallos del diseño, pues la culpa es del azar).

02/01/12 10:40 AM
  
Daniel Iglesias
El tema de este post es un debate intra-cristiano, así que pido a los no cristianos que se abstengan de hacer comentarios en esta ocasión.
02/01/12 10:43 AM
  
Ricardo de Argentina
Dr. Soler, me alegro mucho de haber podido interpretarlo bien, mérito suyo más que nada por la gran claridad conque hace entendibles las cuestiones difíciles.

No obstante le confieso que participo de la opinión de Daniel, quien hace hincapié en la génesis histórica de esta teoría, criada en un caldo de cultivo que padecía una intencionalidad naturalista manifiesta y arraigada. Comparto su oposición a "cristianizar" teorías "genéticamente contaminadas", tal como lo grafica con el ejemplo del análisis marxista de la realidad.

Su libro "Dios o la materia", ¿está disponible solamente en papel? ¿Y el libro de Jaki?

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DIG: Stanley Jaki fue un autor muy prolífico y (también en esto coincido con el Dr. Soler) de gran valía. Muchos de sus libros se pueden comprar en: http://www.realviewbooks.com/. Real View Books es una editorial fundada por el mismo Jaki.
02/01/12 12:16 PM
  
Francisco José Soler Gil
Perdonen que vuelva a comentar por última vez, pero es que no me gustaría que se malinterpretaran algunas de las cosas que he escrito en mis dos comentarios anteriores:

(1) Acerca de la teodicea de Ayala:
Yo no he dicho en ningún momento que el argumento de Ayala para defender a Dios de la autoría del mal en el mundo sea bueno. La teodicea de Ayala tiene mucho de discutible. Pero lo que me parece evidente es que Ayala no se define como ateo, sino como teísta. Y que argumenta en estos temas como tal. Otra cosa es si sus argumentos filosóficos están mejor o peor logrados. Pero no creo que haya que exigir a un excelente biólogo el que sea también un excelente teólogo. Creí que lo que se trataba era de poner ejemplos de darwinistas creyentes. Y Ayala es uno.

(DIG: Yo daba por sobreentendido que lo que estábamos discutiendo es si existe compatibilidad objetiva, no subjetiva, entre darwinismo y cristianismo. O sea, que no discutíamos acerca de si en la mente de algunos sujetos conviven yuxtapuestas, más o menos pacíficamente, la doctrina darwinista y la doctrina cristiana, sino si esas dos doctrinas son objetivamente compatibles entre sí. Para apoyar su tesis, el ejemplo de Ayala no sirve, porque, muy sencillamente, la teología de Ayala no es cristiana. Y digo esto último con toda mi responsabilidad de bautizado, de catequista, de maestro en ciencias religiosas, de bachiller en teología, de apologista católico... A mi juicio usted debería aportar el ejemplo de alguien en cuya obra intelectual se integren armoniosamente las dos doctrinas en cuestión, sin deformar sustancialmente a ninguna de ambas. Desde ya descarto el caso de Teilhard de Chardin por la misma razón que descarto el caso de Ayala: su teología es completamente heterodoxa).

(2) Acerca del origen de la teoría de Darwin, escribe Daniel:
“el darwinismo se originó a partir de prejuicios ateos (naturalistas) y fue apoyado y divulgado por pensadores ateos en razón de sus implicaciones ateas.”
El caso es que creo que una parte de razón sí que lleva. En el sentido de que los científicos, como todo el mundo, no están libres de ideologías, y en el ambiente intelectual en el que Darwin estaba imbuido, había ya bastante ateísmo, y la argumentación de Paley y otros “teólogos físicos” se veía como un reto al que había que intentar responder. Estos factores ambientales tuvieron que ejercer una influencia como motivadora de algunos de los principales difusores del darwinismo. (Pondría objeciones por lo que se refiere al propio Darwin. Pues, por abundantes testimonios, incluyendo muchas declaraciones del propio autor, se sabe que su deriva hacia el agnosticismo fue muy gradual, y que mantuvo toda su vida una postura abierta hacia el teísmo, y no intentó, desde un primer momento, buscar una teoría que apoyara el ateísmo).

(DIG: Mi fuente ya citada dice algo bastante distinto: "Pasada la madurez acabaría siendo un completo agnóstico, incapaz ya de creer en la existencia de Dios... Alrededor de los cuarenta años se describía personalmente como agnóstico." Es decir que Darwin perdió la fe cristiana mucho antes de publicar "El origen de las especies". Admito que su agnosticismo es menos militante que el de T. H. Huxley, su gran divulgador. Pero no debemos dejarnos engañar por una frase sobre el Creador que Darwin pone al final de "El origen de las especies". La explicación más plausible de esa frase es la de un intento hipócrita para congraciarse con el gran público inglés, mayormente cristiano en esa época. No olvidemos que hasta el día de hoy Inglaterra es una nación oficialmente cristiana).

Pero, lo que contribuyó a difundir de verdad la teoría, es su enorme capacidad explicativa en el plano biológico. Una capacidad explicativa que atrae por igual a biólogos ateos y creyentes.

(DIG: El azar no explica nada. No es explicación sino ausencia de explicación).

Que, sobre este contenido estrictamente biológico de la teoría, se ha acumulado una enorme carga ideológica ajena a lo científico, me parece indudable. Pero esta carga resulta perfectamente separable del contenido biológico del darwinismo.

(DIG: Si esa separación es tan fácil, ¿dónde está su realización histórica? Más concretamente, ¿cuál es el pensador que ha integrado exitosamente darwinismo y cristianismo, permaneciendo sustancialmente fiel a ambos? En un comentario anterior descarté los ejemplos de Ayala y Collins. ¿Hay ejemplos mejores?)


Y creo que, no reconocer esto, es hacerle el juego a los que tratan de apoyarse en la ciencia para sostener un pensamiento materialista que no se deriva de ella.

En general, me parece que es difícil entender la dinámica de las teorías científicas, y sobre todo el éxito de las más influyentes, desde supuestos de luchas ideológicas. Este análisis olvida algo decisivo, a saber, la pasión por la verdad y el rigor argumentativo que es uno de los valores más atractivos de la mayoría de los científicos,... al menos cuando están trabajando en el terreno que conocen.

(DIG: ¿Se puede hablar de "rigor argumentativo" en el caso de Charles Darwin? ¿O sea, en el de un autor que usa la analogía con la selección artificial (inteligentemente guiada) para probar la plausibilidad de la selección natural, no guiada por inteligencia alguna? ¿Un autor que se permite hacer audaces conjeturas sin base en la evidencia? ¿Se puede hablar del "rigor argumentativo" de la escuela neodarwinista, que pretende borrar la obvia distinción entre microevolución y macroevolución, salta por encima del brutal desmentido del registro fósil a su teoría y pretende rellenar sus innumerables huecos con retórica, hipótesis ad hoc, etc.? ¿Una escuela que teme el debate abierto, por lo que censura tajantemente a los disidentes?)

Y, al escribir esto, no puedo dejar de recordar que también ha habido bastantes “creyentes” del ateísmo que han tratado de desacreditar la cosmología actual, y sobre todo el modelo del “big bang” con el argumento de que fue el producto de un cura, que buscaba reformular el relato del Génesis. Pero las virtudes científicas del modelo se imponen por sí mismas, a científicos teístas y ateos, y estas acusaciones no van a ninguna parte. Ahora bien, si en el caso de la cosmología las consideramos inadmisibles, en el caso de la biología deberíamos hacer lo mismo.

(DIG: El Big Bang es una teoría científica sólida, con muy buena base experimental. El darwinismo se apoya en una base experimental mínima (microevolución), extrapolada sin rigor lógico alguno en varias direcciones: macroevolución, origen del alma humana, origen de la vida, origen de nuestro universo, eugenesia...)

(3) El azar.
Yo creo que el punto en el que la ideología atea ha enturbiado más el contenido estrictamente científico del darwinismo es el de la referencia al azar. Por eso, entiendo perfectamente la insistencia de CCCP en este punto. Y es que el azar se nos presenta por estos autores como una especie de Dios, sólo que ciego y demente. Con lo que resulta que somos hijos de la casualidad, y estamos, por decirla así, arrojados al mundo, sin sentido ni esperanza.
Pero, insisto, esto es ideología, o, si se quiere “darwinismo filosófico”. Y no se deduce de ningún modo del contenido estricto de la teoría biológica.
Escribe CCCP:

“Bueno, yo diría que, dado que lo aleatorio, según el darwinismo, son las mutaciones que dan lugar a la aparición de nuevas especies ... la cosa SÍ parece tener implicaciones ontológicas: significa que la vida es una carambola de la materia ciega, y no el producto de un Plan inteligente. No es de extrañar que los ateo-materialistas -como ha argumentado Daniel Iglesias- hayan estado desde el principio entusiasmados con el darwinismo.”

Pero, en realidad, el decir que las mutaciones son aleatorias, lo único que significa es que no tenemos ningún medio de predecir qué mutaciones ocurren, ni cuando. El azar, en rigor, lo único que señala siempre es el límite de nuestro poder explicativo. Todo lo demás, se añade dependiendo de la cosmovisión que ya lleva uno dentro.

Termino, y dejo estos comentarios. Porque creo que, lo que tenía que decir sobre este tema, ya lo he dicho.

Pero no quiero terminar sin hacer una advertencia final sobre la “controversia” acerca del valor científico del darwinismo. Y es la siguiente: En todas las ramas de la ciencia en las que hay una teoría estándar, no deja de haber un cierto número de especialistas que la cuestionan. Ocurre esto en cosmología, en física de partículas, en lo que se refiere a las teorías de la relatividad, a la mecánica cuántica, etc... y también al darwinismo.
Esta situación es inevitable, y es incluso buena, pues de vez en cuando los críticos ponen en pie argumentos interesantes, que evitan que se tenga una confianza desmedida en las teorías establecidas. Pero lo cierto es que, a fecha de hoy, el neodarwinismo es una teoría tan estándar, y que cuenta con el apoyo de tantos especialistas en su terreno, como lo es el modelo del big bang en cosmología, o la física cuántica entre los físicos. Los críticos apenas han convencido a una fracción ínfima de especialistas, y entre los biólogos que rechazan los argumentos del DI se encuentran lo mismo ateos que creyentes. Porque los argumentos que se discuten no son teológicos, sino científicos. Es una discusión puramente técnica.

Advierto con eso que, una de dos, o consideramos que ninguna teoría científica es fiable, porque en ninguna se alcanza nunca un consenso absoluto, o bien nos fiamos del criterio ampliamente mayoritario de los especialistas de cada campo... aunque mantengamos el oído atento a las críticas interesantes que los heterodoxos sugieran. Si, en lugar de eso, seleccionamos en qué terreno vamos a hacer caso al cuasi-consenso de la comunidad científica, y en qué terreno vamos a rechazar ese cuasi-consenso, por motivos ideológicos, entonces nos estamos situando en una posición desde la que luego será muy difícil argumentar que tomamos la ciencia en serio.

Y nada más, por mi parte. Salvo agradecer a Daniel Iglesias y a los comentaristas sus aportaciones y su paciencia.

Saludos cordiales
02/01/12 1:23 PM
  
Leonardo R.
señor Daniel,

Me llama mucho la atención el intento de deslindar tan cándidamente entre lo que llaman darwinismo biológico y darwinismo filosófico. Según esto habría un legítimo darwinismo respaldado enteramente por la más sólida biología actual y que sería filosóficamente estéril, ideológicamente neutro, casi infantilmente inocente. A partir del cual algunos extraños y advenedizos sacarían conclusiones filosóficas que en sí nada tendrían que ver con el darwinismo biológico, tergiversando, falsificando, adulterando, extrapolando el inocente darwinismo biológico.

Esto recuerda mucho la distinción que hace años hiciera Dalbiez entre freudismo y psicoanálisis, (distinción errónea que curiosamente siguió alguien de la talla de Maritain), según este autor todas las degradaciones morales que algunos malintencionados deducían de la obra de Freud no eran propiamente hablando hijas de la obra del doctor Vienés sino sólo adulteraciones o extrapolaciones de unos cuantos aprovechados. Y buscaba exculpar al psicoanálisis para ponerlo a cubierto de toda crítica que le pudiera llegar desde la teología y la moral. Entonces decían: está muy bien que critiquen al “freudismo”, ese engendro de unos cuantos, pero dejen al psicoanálisis en paz porque él no tiene la culpa de nada, es moralmente, teológicamente, filosóficamente neutro.

La exposición que hace Daniel del asunto histórico es contundente. No es casual, ni accidental, ni circunstancial, que el darwinismo sirva a los intereses del ateísmo, de la cosmovisión atea, al contrario, para una mente que no rehúye sacar las consecuencias de las premisas que asume como punto de partida, es natural la conexión entre Darwin y Dawkins. En este punto hay que reconocer la radical coherencia de autores como este último.

¿Que hay autores que sostienen una visión “teísta” del universo y aun así no descartan el darwinismo? Seguro que los debe haber, y esto por dos razones fundamentales: a) porque poseen una visión “teísta” sui generis, incompatible con la sana teología y filosofía, perfectamente acomodaticia. B) por la también radical incoherencia del corazón humano. Que muchas veces se detiene ante las horrendas consecuencias de los principios que admira, (característica que el célebre Cardenal Billot señalaba como propia de los liberales).

El punto es el siguiente: ¿a quién o a qué sirvo cuando me convierto en escudero de un sistema del cual “otros”, siendo coherentes, sí se atreven a sacar todas las obvias consecuencias, no siendo la menor de las cuales, una cosmovisión atea y materialista de la realidad? disculpen la expresión pero en mi país a eso se le llama ser un “tonto útil”.

A mí me parece que en el fondo de todo esto late una soberbia larvada, nada inocente, causada por el cientificismo moderno. Lo nota uno en expresiones como “los filósofos a callar”, “esto es ciencia y no filosofía”, etc. expresiones que obviamente pueden tener un sentido legítimo pero que las más de las veces son trasunto fiel de una actitud positivista de desprecio hacia toda metafísica, por considerarla una mera ensoñación para desocupados.

La exposición del señor Daniel es clara, demasiado clara para los tiempos que corren. Quizá ello juegue en su contra. Si hay algo que hoy se estima en poco es la claridad que es hermana del sentido común. Se prefieren las filosofías a lo alemán, nebulosas y complejas, casi iniciáticas. (Al decir del gran Jaime Balmes).

Personas como yo agradecemos el esfuerzo de los danieles, que ponen un poquito de luz en medio de tanta confusión.

Laus Deo Virginique Matri
02/01/12 2:21 PM
  
Ricardo de Argentina
Muchas gracias por su clarísima explicación, Dr. Soler.

Yendo al campo estrictamente biológico, tal como usted propone, yo me pregunto: ¿cómo expliacan los defensores de la macroevolución el hecho de que desaparezcan casi diariamente infinidad de especies, sin que sea posible comprobar UN SOLO CASO de macroevolución, o sea, la aparición de al menos UNA especie heredera o sustituta de las que desaparecen?
No me parece verosímil que ese mecanismo se hubiese suspendido precisamente en el momento en que el hombre está en condiciones de observar la realidad de manera metódica. Ni mucho menos parece verosímil que tal mecanismo, destinado supuestamente a perpetuar la VIDA en otras especies sucesoras de las que deben desaparecer (decretado ésto por la "selección natural"), deje de funcionar precisamente en el momento en que tantísimas especies desaparecen a carradas del universo mundo.
02/01/12 2:33 PM
  
Koko
Magnifico es el artículo de Nestor Martinez titulado "Acerca de la evolución". Aborda desde un punto de vista estrictamente filosófico, la posibilidad metafísica de la "evolución" de las especies. Para ello parte, como buen tomista, de la teoría hilemórfica (que abarca todos los entes corpóreos mutables), y por tanto de la inmutabilidad interna absoluta de las esencias. A pesar de tratarse de un trabajo algo complejo para el profano en la materia, debemos apuntar que para entenderlo solo hace falta conocer los principios básicos de la filosofía: primeros principios e hilemorfismo.

El enlace aquí: http://www.corazoncatolico.blogspot.com/2010/11/acerca-de-la-evolucion.html
02/01/12 3:52 PM
  
Jordi
En mi opinión, los consagrados (obispos, sacerdotes, religiosos) y teólogos que acepten el neodarwinismo, deberán de aceptar lo siguiente:

- Génesis 1 a 11: es un libro con tramas, personajes y situaciones de ficción encuadrados en la categoría de mito de una mentalidad semítica precientífica (o mentira fundamental de sacerdotes manipuladores).

- Deberán aceptar que ha sido una manipulación el considerar verdadero el Génesis 1-11 en nuestra fe y en nuestras oraciones, celebraciones litúrgicas y en los modelos de vida (Abel, prototipo de justo y primer mártir, Enoch, arrebatado con Elías).

- Deberán ser ficción San Adán, santa Eva, san Abel (y su hermano asesino Caín), san Enoc (arrebatado en vida al cielo por Dios), el diablo tentador y el ángel del Paraíso, con lo cual la Iglesia se equivocó al santificar o describir a personajes inexistentes. También serán ficción el Edén, el Diluvio y Babel y, sobre todo, el Protoevangelio que anuncia Jesús y María.

- Deberá considerar un error todo el magisterio y la tradición, así como las obras de místicos, santos, videntes y teólogos que consideran en sus escritos como cierto lo descrito en Génesis 1-11; también deberá decir que son falsas todas las referencias contenidas en el Antiguo Testamento, en los evangelios y en las epístolas de Pablo y otros, que hacen referencia expresa a lo descrito en Génesis 1-11.

- Deberá considerar un imposible el pecado original, dado que sólo se transmite la genética de generación en generación, la cual podrá ser sanada en el futuro gracias a la ingeniería genética.

- Deberá decir que es imposible a Dios el poder crear el hombre de la nada y de forma inmediata, con un cuerpo y un alma perfectas en todo.

- Deberá eliminar el orden de progreso humano cristiano: Adán y Eva son creados perfectos natural y sobrenaturalmente, sin muerte ni sufrimiento, en gracia original, caen en pecado original que propagan a su descendencia, viene la degradación desde Caín hasta los hijos de Dios y las hijas de los hombres de Génesis 6 y el Diluvio, empieza la historia de la salvación con Abraham y Moisés, nacen los segundos Adán y Eva, Jesús y María, y al final, el último estado de perfección, la resurrección en cuerpo glorioso.

- Deberán aceptar el progreso neodarwiniano, empieza con un hombre nacido de un animal homínido, que evoluciona por sus propios esfuerzos hasta el nivel actual, y que en el futuro, mediante la ingeniería genética y la selección artificial, podrá llegar a evolucionar hasta el superhombre, con una consciencia expandida y cósmica, con un cuerpo de juventud y vida eternas. El orgullo y la soberbia del superhombre sin Dios.

- Deberán aceptar que Jesús y María proceden de animales homínidos evolucionados a hombre; por lo tanto, tienen imperfecciones en la mente y en el cuerpo.

- Deberán negar que el hombre fue creado directamente por Dios, que tiene un alma eterna y un cuerpo que resucitará, que podrá ir al cielo, al purgatorio o al infierno según su tipo de vida en la tierra, y que intervino en su caida el demonio.

- Deberán afirmar “Mi Padre fue un animal homínido”, “Yo soy Dios de mi mismo” y “Seremos superhombres”: su primer padre fue un animal homínido, no existe Dios ni espíritu, y que el hombre es dios de sí mismo, autorrealizado, que llegará por sí a la superhumanidad.

- Deberá aceptar una teoría neodarwiniana pseudocientífica, propia de una religión cientifista decimonónica, que carece de pruebas empíricas de laboratorio, que carece de formulación matemática y físico-química y que carece de toda predictibilidad.

- Deberá no plantear dudas frente a una serie de incongruencias del neodarwinismo basado en el azar y la selección:

a) Por qué Dios debe de esperar que se dé un improbable azar en un animal homínido que lo convierta en humano para darle el alma; va contra la perfección de Dios y las criaturas.

b) Cómo puede Dios dar el alma libre, perfecta, inteligente, eterna y moral a un animal homínido sin que éste sufra grandes cambios en su mente y en su cuerpo para adecuarlo a las necesidades intelectuales: desplazamiento, construcción...

c) Por qué un animal homínido puede transmitir cosas de que carece: una mente humana y un alma espiritual; la libertad, la voluntad, la inteligencia, la moralidad y la consciencia.

d) Cómo fue la vida de los primeros hijos humanos con sus padres animales homínidos; cómo fue su educación, sus valores morales, la transmisión de cultura, los afectos y emociones.

e) Por qué no existen diversas especies humanas procedentes de diversos homínidos, si es que la evolución funcionó por azar; al existir una herencia genética universal, entonces esto indica un origen común en una pareja primigenia; por qué no sufren involución o separación genética los grupos humanos separados entre sí por mucho tiempo.

f) Por qué los científicos no pueden hacer evolucionar un animal homínido al estado humano; sería fácil: seleccionar artificialmente las mejores generaciones de los sucesivos cruces de una pareja inicial de homínidos.

g) Por qué no pueden hacer retroceder el gen humano al homínido primigenio, ni pueden cruzar hombre con homínido para crear un hombre, ni crear o clonar gen humano, si es que venimos por azar.

h) Deberá aceptar la tesis filosófica absurda de que de la nada puede surgir el todo, de que lo imperfecto surge lo perfecto, que de una cosa caótica inicial se deriva el todo pleno y perfecto.


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DIG: Si nos atenemos al magisterio de la Iglesia, en principio la fe cristiana no es incompatible con una teoría de la evolución que no implique el materialismo o el naturalismo, aunque incluya una posible explicación del origen del cuerpo humano por evolución a partir de otra especie. Es cierto que los teólogos que sostienen tal teoría deben abordar y resolver de algún modo los problemas que planteas. Creo que algunos de esos problemas están más o menos resueltos. Pero otros de los problemas de tu lista proceden de una visión materialista de la evolución y son por lo tanto insolubles desde la perspectiva cristiana (por ejemplo, el punto h).
02/01/12 3:59 PM
  
Koko
Estoy fundamentalmente de acuerdo con su artículo Daniel Iglesias. Da en el clavo.

Creo sinceramente que la teoría neodarwiniana que cree que la evolución procede de un absurdo azar en el que todos procedemos de un tronco común que comienza en los organismos unicelulares, esponjas, amebas, etc, no es más que un cuento de hadas ridículo.

Lo que si existe y se puede probar con el método experimental y científico es la microevolución, ya que en todos los seres vivos vemos que existen variabilidades que hacen que cambien el color, el tamaño, etc de su fisonomía, cuando son expuestos a diferentes ambientes, o son mezclados con otras razas de su especie, pero la macroevolución nunca será posible demostrarla. Ya que nunca se ha dado, y la ciencia no podrá mostrarla con experimentos, ya que los que se han realizado hasta ahora, por poner un ejemplo, con mutaciones han sido un fracaso rotundo. Sólo es preciso recordar el intento fallido de la mosca drosophila . Por no hablar de la falsedad de la datación en millones de años, tan usada para probar la necesidad de un periodo largo de tiempo para poder transformarse unas especies en otras; la sedimentología ya ha demostrado que el carbono 14 falló en sus cálculos, y que no es posible hablar de millones de años, sino sólo de MILES. Increíble, pero cierto.

Saludos cordiales.

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DIG: La teoría de la Tierra joven carece de toda credibilidad científica. El cristiano no tiene necesidad alguna de defender tesis como ésa.
02/01/12 4:23 PM
  
Ricardo de Argentina
Koko, muchas gracias por el enlace, está genial. Néstor ha demostrado la imposibilidad metafísica del cambio gradual propuesto por Darwin, ¡¡Nada menos!! Y lo ha hecho con un rigor científico-lógico brillante.

A partir de se trabajo de Néstor, el darwinismo deberá refugiarse necesariamente en la irracionalidad antifilosófica.

Y a propósito de esto es interesante señalar que la observación de la génesis histórica del darwinismo, que le hace sospechar a Daniel que se trate de una seudociencia pergreñada para confrontar con el cristianismo, también puede utilizarse en otro sentido, a saber:
El darwinismo se crió en un caldo de cultivo ANTIMETAFISICO, lo sea, antifilosófico. Que es el marco del actual Pensamiento Unico vigente e imperante. Por eso ha prosperado. Por eso aparenta dar lúcidas explicaciones de la historia biológica. Porque es bien cierto que los darwinistas tienen explicación para todo. ¡Y más también!!!.
Pero en cuanto sus argumentos son iluminados por la luz de la vera filosofía, se caen a pedazos.
Así que una de dos : o la Filosofía Eterna es un embuste, o bien el darwinismo lo es.
A elegir pues.
(Néstor, ¡mil gracias!)
02/01/12 5:59 PM
  
Ricardo de Argentina
Lo anterior tiene una yapa interesante : explica el porqué del rechazo sistemático del tomismo. Porque quienes piensen como ha enseñado el Aquinate jamás se van a tragar los mitos modernos tan al uso, esos que están tan arraigados en las masas votantes y que hacen posible aberraciones varias, como el aborto, la eutanasia o la "teoría de género".
02/01/12 6:32 PM
  
Raul
Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de Jordi, en el que señala una amplia y acertada lista de incongruencias que para todo católico, y especialmente para los consagrados y teólogos, supone admitir el neodarwinismo, especialmente con la incongruencia señalada en la letra d):

-Cómo fué la vida de los primeros hijos humanos con sus padres animales homínidos; cómo fué su educación, sus valores morales, la transmisión de cultura, los afectos y emociones.

Desde mi punto de vista, el padre del primer hombre, sería un animal sin alma espiritual e inmortal, pues si la tuviese no sería un mero homínido sino un verdadero hombre, mientras que el primer hombre estaría dotado de alma espiritual e inmortal infundida directamente por Dios.

Esta diferencia ontológica esencial y no meramente accidental entre el primer hombre y sus padres, imposibilitaria, entre otras cosas, que el primer hombre pudiese amar sus padres como a sí mismo, pues es metafísicamente imposible amar a simples seres animales sin alma espiritual como el hombre con alma espiritual e inmortal se ama a sí mismo.

Lo mismo ocurriría al primer hombre respecto a los demás hijos habidos por sus padres animales, que serían hermanos del hombre pero sin alma inmortal.

En resumen, el primer hombre no podría cumplir, respecto a sus parientes animales mas cercanos, con uno de los preceptos fundamentales de Dios: el del amor al prójimo como a sí mismo, pues no se puede amar como a nosotros mismos a lo que no es esencialmente como nosotros mismos.

Y sería absurdo que Dios hiciese al primer hombre de tal forma que fuese imposible a éste el cumplimiento del mandamiento del amor al prójimo, el cual incluye los padres y parientes más cercanos, como a sí mismo.
02/01/12 10:35 PM
  
María de las Nieves
A veces pedimos a la ciencia lo que ella misma no puede dar,la ciencias estudian parcelas de realidad con su método cientifico que ya conocemos,fundado en la observación, la hipótesis,la experimentación y las conclusiones.

Un ej,la ciencia que estudia el cuerpo del hombre,no es todo el hombre,la persona que es cuerpo, alma y espiritu,necesita recurrir a varias disciplinas para comprenderse a si mismo.

Todas las ciencias que nos ayudan a entendernos con nuestra fenomenología propia son válidas y así para estudiar el cuerpo de este hombre concreto hoy, debemos partir de varias ciencias,genética,embriologia,medicina con su fisiologia.pero aparte de las neurociencias que nos explican el funcionamiento del cerebro y su relación como director del resto del organismo y su relación con el entorno,Se necesita la biofisica, la bioquímica y otras disciplinas.

Cuando hablamos de un ser inteligente y racional estamos dando un salto de nivel,hablamos de este hombre, pero en su relación concreta que conocemos
hablamos del alma o del ánima o de la vida,pero ahí necesitamos dar un paso mas alla de la biología o la medicina ,necesitamos modelos de referencia de ser hombre, la filosofía,la teología,ayudan, pero el hombre ¿cómo se encuentra a si mismo?,¿quién le da la razón de su ser de ser creado?

Las ciencias nos explican el proceso y desarrollo de ser hombre, pero no nos crean y nosotros tampoco.
03/01/12 12:03 AM
  
Koko
Expongo escuetamente las principales tesis de la teoría evolucionista aceptados por la inmensa mayoría de la comunidad científica.

1. Las células son estructuras simples.

2. Las especies se formaron de modo gradual en el tiempo desde las más simples hasta las más complejas.

3. Las especies que lentamente van dando origen a otras, van dejando formas intermedias en el registro fósil.

4. Los caracteres homólogos dan como resultado un origen común. (Ej: el ala de un ave y el brazo de un ser humano son caracteres homólogos). Es decir, ambos tendrían un antepasado común.

5. Toda la vida en la Tierra se integra en un sólo árbol o rama genealógico, lo que comúnmente se conoce como Monofilia.

6. La formación de las distintas especies, desde esponjas a vertebrados se produjo en un periodo de varios cientos de de millones de años. (Ej: La aparición de los dinosaurios se cree convencionalmente que surgieron hace aproximadamente unos 65 millones de años).

7. El ser humano desciende por evolución directamente de los monos o simios.

Sin embargo todos estos supuestos de la teoría evolutiva se han DEMOSTRADO CIENTÍFICAMENTE como FALSOS, INCOHERENTES o CONTRADICTORIOS con otras disciplinas de la propia ciencia:

1. Las células se ha demostrado por la biología molecular y la bioquímica que son estructuras sumamente complejas, incluso las mismas procrariotas. Negar lo contrario, es cerrar los ojos a la ciencia y a la realidad de las cosas.

2. La explosión biológica del Cámbrico da cuenta de un origen mayoritario de especies en un estrecho margen de tiempo, con distinto grado de complejidad entre ellas. Por tanto es preciso sostener que no fue posible el gradualismo que afirma taxativamente la teoría de la evolución en casi todas sus versiones.

3. Ha quedado corroborado en las distintas disciplinas, especialmente en la Paleontología, la ausencia total y completa de formas intermedias en el registro fósil que tendría que ser de una cantidad inconmensurable al suponer que trascurrieron millones de años. No hay conocimiento de nada objetivo y real. Todo son suposiciones, y hasta para intentar probar la existencia de supuestos eslabones perdidos se llegó a recurrir a bochornosos fraudes como el conocidísimo engaño del "Hombre de Piltdown", el mayor fraude en toda la historia de la ciencia. Se llegaron a escribir tesis doctorales en Universidades sobre este "hallazgo" tan "relevante" para las tesis evolucionistas, aunque finalmente se descubrió el escándalo.

4. Los caracteres homólogos entre grupos provienen de planes de desarrollo embrionario distinto, lo cual echa por tierra y en ningún caso avala el origen en común de los seres vivos.

5. La evidencia científica registra muchos árboles o ramas con distinto origen, lo que se denomina como Polifilia.


6. La sedimentología determina que la escala temporal de la datación de la Tierra, sería miles de años, pero nunca de millones de años.

7. La ciencia en sus diversos campos no sustenta bajo ningún concepto la descendencia humana a través de los monos o simios. (Ej: Ni la Paleontología, ni la Biología entre otras se atreven a aseverar tal cosa, ante la falta de pruebas de rigor científico).

En definitiva, si se sigue manteniendo la teoría evolutiva en el campo de la ciencia, a pesar de argumentos tan rotundos y firmes en contra, es por razones puramentes filosóficas (por no decir ateas).

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DIG:

1) Los darwinistas del siglo XIX creían que la célula era muy simple, algo parecido a un pequeño trozo de materia gelatinosa; pero los darwinistas actuales conocen muy bien la inmensa complejidad de la célula.

2) Lo que se originó en la explosión cámbrica no fue la mayoría de las especies, sino la mayoría de los phyla, o sea de los planes corporales básicos.

3) Para el darwinismo, el problema fósil no es la ausencia de formas intermedias, sino su extrema escasez. El registro fósil invalida a un evolucionismo gradualista (como el darwinismo) pero apoya a la evolución en sentido amplio.

6) La teoría de la Tierra joven es científicamente insostenible. Los dinosaurios se formaron hace 230 millones de años y se extinguieron hace 65 millones de años.

7) El posible origen del cuerpo humano por evolución es un legítimo campo de estudio de la ciencia. Lo que creo necesario rechazar es que esa evolución haya ocurrido principal o exclusivamente a través del "mecanismo darwinista" (y también, obviamente, que la mente humana haya surgido espontáneamente por la mera fuerza de esa evolución).

03/01/12 12:03 AM
  
Raul
Los que por su modo de pensar materialista y ateo piensan que el hombre no es más un ser viviente corporeo y material, no tienen problema alguno desde su óptica materialista en aceptar que el ser humano proceda por simple evolución de una especie animal. Es comprensble su postura.

Pero deberían comprender que los que pensamos que el hombre, además de ser viviente corpóreo, es tambien un ser dotado de alma espiritual e inmortal, tengamos nuestra problemática particular en lo que respecta al origen del hombre, que para nosotros no es tan sencillo como para ellos, pues el alma espiritual e inmortal no puede proceder por evolución ni causación alguna de la materia ni tampoco por evolución de un ser vivo meramente material.

Está bien que traten de impugnar con argumentos nuestra afirmación de que existe un alma humana espiritual e inmmortal, pero creo que dan una mala imagen de sí mismos, que en el fondo ellos mismos cuando se calmen lamentarán, si proceden a proferir insultos y meras descalificaciones personales gratuitas contra los que tenemos nuestras buenas razones, aunque ellos no las compartan, para afirmar la existencia del alma humana entendida como una entidad espiritual e inmortal.

Deberían limitarse a dejar constancia de su negativa a aceptar la existencia de lo que nosotros llamamos alma espiritual e inmortal y dar los argumentos que, a su parecer, hacen absurda nuestra afirmación, pero de una manera civilizada, sin proferir insultos ni descalificaciones personales gratuitas.

En este post no estamos tratando ahora del tema concreto de la existencia del alma humana (se podría hacer otro post con tal problemática) y por ello debieran respetar el debate particular y específico que traemos entre los que sí aceptamos la existencia del alma. Ellos al no aceptar la existencia del alma no pueden aportar nada positivo en este debate particular, pero no porque queramos arbitrariamente excluirles del mismo, sino porque lo único que pueden aportar es un sistemático no a todo lo que digamos.

Pero decir sí o no a la existencia del alma humana sería cuestión de otro debate y no de este.

Compréndanlo, cada debate tiene sus presupuestos particulares.
03/01/12 12:32 AM
  
Ricardo de Argentina
100% de acuerdo, Padre.
Al darwinismo ya se le pasaron sus 15 minutos de gloria; ahora debe afrontar una triste decrepitud. Día a día aparecen más y mejores impugnadores que se atreven a desafiar las imposiciones del Pensamiento Unico.
Pero el golpe de gracia le será propinado solamente cuando la filosofía realista consiga desplazar a la sofística nominalista-idealista, que es la que impera actualmente en el discurso social y científico.
03/01/12 12:45 AM
  
Ricardo de Argentina
(mi comentario anterior está dirigido a Koko)
03/01/12 12:46 AM
  
Koko
Sobre el fraude científico que se sostuvo durante la friolera de 45 años (1908-1953) y conocido como el "hombre de Piltdown" puede verse el interesante documental del canal Odisea, en el siguiente enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=KQEkNPKTi-Q

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Ricardo estoy de acuerdo con lo que dices, aunque pienso que no solo la filosofía realista tiene la solución a esta cuestión, sino que desde la misma ciencia experimental es posible refutar con argumentos de peso la teoría evolutiva aún prescindiendo de la reflexión filosófica. Aunque lógicamente ambas ramas del saber son complementarias.
03/01/12 1:37 AM
  
JuanArgento
Ya que se menciona a Paley, sugiero leer estos tres articulos del filosofo tomista catolico Edward Feser. El segundo y el tercero son bien breves.

http://edwardfeser.blogspot.com/2010/05/deus-ex-machina.html

http://edwardfeser.blogspot.com/2009/11/greek-atomists-and-god-of-paley.html

http://edwardfeser.blogspot.com/2009/11/trouble-with-william-paley.html

Cito el parrafo final del primer articulo:

As Kant famously held, the “physico-theological” or “design” argument for God’s existence really doesn’t get you to God at all, but only to a grand but finite cosmic architect – something like the Ralph Richardson Supreme Being character from Time Bandits, as I pointed out in a previous post. The same is true of any argument that proceeds, as Paley and his successors have done, by portraying God as a tinkerer who cobbles together a mechanistic universe. And the point, as I cannot repeat too often, is not that such arguments don’t get you all the way to the God of classical theism, but that they get you positively away from the God of classical theism. You can get a god from a machine, but never the God.

Traduzco las ultimas dos oraciones:

Y el punto, que no puedo repetir demasiado a menudo, no es que tales argumentos no lo llevan a uno todo el camino al Dios del teismo clasico, sino que lo llevan a uno positivamente MAS LEJOS del Dios del teismo clasico. Uno puedo obtener un dios de la máquina, pero nunca EL Dios.
03/01/12 3:54 AM
  
Raul
elquesea:

No nos estorba la evolución si ésta se mantiene en sus propios límites racionales, pero sí que encontramos en ella, en lo referente a explicar el origen del hombre, grandes dificultades por cuanto que por sólo ella no se alcanza a explicar la existencia del alma humana espiritual e inmortal, la cual para nosotros existe y es imposible que haya procedido por simple evolución o causación de ninguna materia ni especie animal.

Para nosotros cabe la evolución, pero no hasta el extremo de explicar por ella el origen mismo del hombre, ya que éste para nosotros no es simplemente un mero animal evolucionado, como lo es para Vds.

Partimos de concepciones distintas y opuestas del hombre: Vds. piensan que el hombre solo es un complejo ente material viviente pero sin alma espiritual e inmortal y portadora de valores trascendentes, mientras que nosotros pensamos que el hombre es un animal pero además, y esto es lo que le distingue de los demás animales, compuesto de una entidad superior a la materia a la que llamamos alma.

Es lógico que desde concepciones antropológicas divergentes, no lleguemos nunca a entendernos. Sólo es posible la total discrepancia, aunque no por ello la discrepancia tenga que dejar de ser civilizada y cordial.
03/01/12 11:46 AM
  
Koko
La fórmula más corta que tenemos de explicar la teoría de la evolución sería la siguiente:

Materia inanimada + Tiempo = Millones de complejas especies de seres vivientes.

Los evolucionistas creen que las colecciones inanimadas e inconscientes de átomos y moléculas se juntaron y se organizaron a lo largo del tiempo, para finalmente tomar vida y convertirse en millones de seres vivos excesivamente complejos y perfectos.

Sin embargo, esta hipótesis no está secundada por ninguna ley física o química. Mas bien al contrario, las leyes de la física y la química muestran que el tiempo tiene un efecto "desorganizador, destructivo", no precisamente "organizador" (El que diga lo contrario está negando la Segunda Ley de la Termodinámica).

En realidad, el factor "tiempo" no es más que una excusa que muchos evolucionistas utilizan para sacar su teoría del campo de la observación. Ya que en la naturaleza no se observa ningún "proceso evolutivo" que cree nuevos seres vivos.

Los evolucionistas intentan superar este escollo diciendo: "Sí, es cierto que la evolución no se puede observar, pero debe haber tenido lugar a lo largo de los últimos millones de años".

Además, esta teoría tampoco recibe apoyo del registro fósil, que muestra que nunca hubo tal evolución, entendida lógicamente como macroevolución.

El registro fósil ha mostrado claramente que las distintas especies no aparecieron evolucionando las unas a partir de las otras, sino independiente y repentinamente con todas sus estructuras individuales.

La realidad es esta, no hay ni una sola prueba científica de especies que se conviertan en otras.
03/01/12 3:33 PM
  
Kallaikoi
Y el problema por el que muchos creyentes se resisten al darwinismo es, como bien comentan algunos, el alma. En cuántica les da igual que exista el azar, en el lanzamiento de dados también. Pero se nombra al azar en cuestiones biológicas, y entonces saltan todas las alarmas.

Yo creo que Soler lo ha explicado perfectamente: que exista azar es realmente una forma de hablar científica que no compromete ontológicamente.
03/01/12 7:42 PM
  
Daniel Riquelme
Kallaikoi:

El quid de la cuestión es el papel del azar. En el darwinismo su papel es fundamental y la razón de ser de que la materia inerte haya empezado a evolucionar. Es el 'por accidente' que dice Dawkins en el Relojero Ciego. Esto, para un creyente, es inadmisible, pues el azar en este caso ocupa el lugar de Dios. En este sentido, el azar compromete ontológicamente.

Para un creyente, el azar actuando como fenómeno no es un problema. El azar no es más que una creatura del Creador haciendo lo que tiene que hacer en el devenir del mundo. En este sentido, el azar NO compromete ontológicamente.

Saludos.
03/01/12 8:00 PM
  
Kallaikoi
Da igual el papel del azar, lo que importa en todo caso es si ese azar es total o es simplemente como decía Soler "que no tenemos ningún medio de predecir qué mutaciones ocurren, ni cuando"

¿Podemos predecir realmente, conociendo todos los meteoritos del Sistema Solar, por ejemplo, cuando chocará uno con la Tierra? No, sabemos que hay perturbaciones infinitesimales que dentro de miles de años pueden hacer que uno de ellos choque. Las leyes de Newton de la gravitación universal son insuficientes para ese caso. Y entonces unmteorito chocará con nosotros por azar, lo mismo que por azar otros se desvían.

¿Por qué el azar de lanzar los dados os da realmente igual y el biológico no? Ambos pueden ser "falsos azares", en el sentido que Dios conocería todas las variables.
03/01/12 8:37 PM
  
Kallaikoi
Es decir, que yo en ambos casos veo compatible el "azar" con la teología cristiana, ya que en ambos casos son falsos azares para Dios, que conocería supuestamente todo.

¿O acaso Dios no sabe, según el cristianismo, el resultado de lo que va a salir en los dados?
Si lo sabe, y nosotros decimos que es un juego de azar, no veo a ningún creyente molestándose por el uso de esa palabra. En cambio en biología parece que debería estar prohibida. No veo por qué, cuando se usa en cuántica, en desintegraciones nucleares, en procesos atomosféricos, etc, etc...
03/01/12 8:43 PM
  
María de las Nieves
La ciencia está basada en el método cientifico, pero en sí misma explica una pequeña realidad,pero carece de algo importante,la ciencia no tiene en cuenta al sujeto,al experimentador,en realidad a nosotros los seres humanos,es método y debe ser objetiva al máximo.

Con los datos que se han experimentado se puede hacer ideología,se puede hacer filosofía, se puede pensar en materialismo o en espiritualidad y ¿eso qué? si eso a cada uno le vale para su cosmovisión,esta no será inmovilista, lo que hoy piensa es posible que mañana lo cambie.

Aunque explicaramos el origen del Universo desde la fisica mas pura, desde la luz,los fotones,estaríamos explicando,siempre explicando.
Pero no podemos olvidar que para saber el origen del hombre,hay una observación hermosa desde el embrión primer viviente,hasta la muerte, y en esa observación podemos hacer la hipótesis que queramos, pero el microscopio, la ecografia, nos aporta datos valiosisimos, pero no nos dice quién es ese sujeto que tenemos delante, primero empieza siendo una célula si,lo que si sabemos es que es el primer esbozo de nuestro cuerpo humano.

Y sabemos que ahí hay un sujeto ¿Y veo al sujeto? No,¿Pero está o no está? No sé que nos dirían los evolucionistas.
Ese programa que veo desarrollándose ¿Es inteligente? Si.La inteligencia o Dios creándonos o ¿acaso nos hacemos a nosotros mismos?

La bioquimica nos habló del DNA,pero la biofísica nos tendrá que hablar de qué está hecha esa inteligencia que forma al sujeto y no son solo genes.
El hombre tiene un momento en la existencia humana y es bien conocido somos una célula con un maravilloso programa genético,digamos que lo material, esos genes engarzados en la doble hélice del DNA,

Pero ¿Es que no hay una inteligencia-Conciencia que lleva a cabo el hermoso programa? Ese que posteriormente y ya desde dentro dice "yo soy fulanito...Ese que es nuestra identidad mas profunda no tendrá algo que ver con el que dijo en la Biblia "Yo Soy" y ese es mi nombre,pues claro que es el mismo,pero es el que el creyente reconoce.

La Iglesia lo llama alma, vida en el momento de la concepción, pero ese programa es una llamada personal. Dice la Biblia Dios es luz y amor.Y nos habla a través de la física, de la quimica, de la palabra, de las imágenes, de los simbolos,pero esto es otra ciencia ,la teología nos acerca más,
03/01/12 9:41 PM
  
Claudio
Kallaikoi: no te esfuerces, el autor del blog eliminará tus comentarios en cualquier momento, como lo ha hecho con los míos y de otros que hicieron criticas. Saludos
03/01/12 11:46 PM
  
Raul
Pero ¿realmente existe el azar? ¿Qué es o qué entendemos por azar?

¿Es acaso el azar algo real en sí mismo o sólo es nuestra ignorancia mental respecto a causas realmente operantes pero a las que no alcanzamos conocer?

¿El azar es algo que se da en la realidad objetiva o sólo un estado de ignorancia de nuestra mente acerca de las causas de lo real?

03/01/12 11:51 PM
  
Koko
El que quiera escuchar en audiolibro la obra de Phillip E. Johnson, "Juicio a Darwin", comentada por Daniel Iglesias en su larga serie de post puede hacerlo accediendo al siguiente enlace:

http://www.ivoox.com/podcast-juicio-a-darwin_sq_f15794_1.html
04/01/12 2:35 AM
  
Ricardo de Argentina
He releído los comentarios del dr. Soler Gil y me he encontrado con este sofisma de manual:
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"Advierto con eso que, una de dos, o consideramos que ninguna teoría científica es fiable, porque en ninguna se alcanza nunca un consenso absoluto, o bien nos fiamos del criterio ampliamente mayoritario de los especialistas de cada campo... aunque mantengamos el oído atento a las críticas interesantes que los heterodoxos sugieran. Si, en lugar de eso, seleccionamos en qué terreno vamos a hacer caso al cuasi-consenso de la comunidad científica, y en qué terreno vamos a rechazar ese cuasi-consenso, por motivos ideológicos, entonces nos estamos situando en una posición desde la que luego será muy difícil argumentar que tomamos la ciencia en serio."02/01/12 1:23 PM
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Es un sofisma por lo siguiente:
Afirma:
O aceptamos la opinión mayoritaria (darwinista)
O de lo contrario no aceptamos ninguna teoría.
Esto es FALSO.
Porque podemos perfectamente aceptar una teoría alternativa, no mayoritaria y que obviamente tampoco ha de tener concenso absoluto.

Pero hay más: Soler presupone que el darwinismo sólo puede rechazarse por "motivos ideológicos". Y lo dice taxativamente, agregando que los disidentes "ideológicos" no seríamos "científicamente serios".
Entiendo que se equivoca, porque como muy bien lo explica Daniel Iglesias, hay multitud de razones de peso que mueven a rechazar la Macro-evolución sin necesidad de apelar a ninguna ideología.
Al contrario, Daniel ha dejado bien en claro que muchas veces es la ideología atea la que fogonea la imposición de esta teoría, a despecho de las grandes (¿grandísimas?) lagunas que presenta.

La ideología está, sí, pero no adonde el dr. Soler la supone.
04/01/12 5:34 AM
  
Daniel Iglesias
Sintetizo aquí mi posición sobre la principal "cuestión disputada" en este post.

La fe cristiana supone el diseño inteligente de los seres vivos por parte de Dios. El darwinismo (tal como se ha dado históricamente) niega el diseño inteligente, por lo que es incompatible con la fe cristiana.

Se puede imaginar una teoría de la evolución que admita el diseño inteligente y postule como causa segunda al "mecanismo darwinista". No estoy seguro de que esa teoría se haya formulado históricamente con un mínimo de detalle. Pero una tal teoría sería gravemente incompleta o incoherente desde los puntos de vista científico y filosófico (porque el plan inteligente de Dios requiere otras causas segundas además del azar). Y sería engañoso llamarla "darwinismo", ya que contradiría el núcleo esencial del darwinismo histórico.
04/01/12 10:42 AM

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