Barcelona y los NERONES
Mientras pasaban los últimos calores veraniegos y por lo tanto mis breves días de vacaciones -que siempre me gusta guardar para estas épocas y entre los que acostumbro a retirarme en oración y silencio en algún lugar de mundo mundial-, la mano gracias a Dios ha vuelto a la normalidad y las ganas de reencontrarnos y de reemprender la marcha coloquial en las Ramblas bajo el fuerte chaparrón de esta tarde, me lanza a compartiros algo que no sabía y es sobre el apelativo que alguien se ha inventado sobre ciertas fuerzas que deberían ser vivas de nuestra ciudad.
Hace tres o cuatro días alguien me saludo efusivamente: “¡Hola bienvenido de nuevo al barrio de los Nerones!”
Por mi parte estupefacción y silencio por unos segundos mientras pensaba a ver si encontraba por donde iban los tiros y a que hacía referencia este habitual contertulio.
Pero no. Ni remota idea de a qué se refería, y tuve que preguntar: “¿Por qué dices esto? ¿A qué te refieres?” Y confesé: “Me perdí, chico".
Risas por su parte, “¿que no lo sabes? A ver, ¿a quiénes tenemos cerca de las Ramblas?”
“¡Que no caigo hombre!”
“Pues a los Nerones”
“¿Pero quiénes son?”
Otra risita irónica. Pues fácil: “Hereu, Montilla y Sistach".
“¿Pero por qué Nerones?”
“Pues porque cada uno a su gusto y por capricho van destruyendo Barcelona".
Me le quedé observando, y con tristeza, porque no se me ocurría ningún argumento para ejercer de abogado defensor.
5 comentarios
Y ahora la parte mala. No sé qué es peor: que los Nerones estén arrasando la ciudad porque, a fin de centas, siempre quedará el solar y puede construirse de nuevo (piense en el oportuno incendio del Liceo, aprovechado para construir una nueva Domus Aurea) o tener que escuchar a los Nerones cantar y tocar la lira mientras todo arde (esto es francamente insoportable y sin consolación posible, sobre todo para los que además tienen que poner buena cara, como imagino es su caso). Lo siento por usted.
Un aviso: después del incendio, los Nerones comenzarán a buscar culpables... No me gustaría estar en su pellejo, en manos de esos artistas.
Cuídese.
Seguramente debido a mi poquísima fe y a que me lo monto bastante a mi manera, como en el autoservicio cargando la bolsa, que voy seleccionando estrictamente de las estanterías lo que me gusta y puedo pagar.
En cuanto a lo que dices de los mártires, estoy de acuerdo, con una matización respecto a la distinción que haces entre mártir y víctima, me parece que por humildad. Estimo que desde hace unas décadas, todo ordenado (no sólo de presbítero) es un auténtico mártir:
1º. Si a pesar de una formación cultural y/o medios materiales suficientes, decide recibir el Orden, renunciando a un tipo de vida más cómoda a la que por su cultura podría haber accedido.
2º. En todo caso, si habiendo sido ordenado, desgasta su vida viviéndola oscuramente al servicio de -y entre- los más desgraciados e incluso desagradecidos.
3º. Por supuesto, si es asesinado después por causa de la fe.
Todo eso, que es vida, ha sido sacrificado, es decir, hecho sagrado, ofrecido a Dios. Ha dado testimonio con su vida de que lo que predica es la verdad. No hace falta morir: también esa víctima es mártir si da testimonio, a lo que -por cierto- es exhortado cuando se le ordena.
En mi poco autorizada opinión, esto es lo único que ha mantenido y mantiene vivo el cristianismo: porque mantiene vivo a Cristo resucitado, que vive en sus testigos. Es la única manera de mostrar que el sacrificio vale la pena y lo que hace valiosa esa vida. Lo único que sirve como instrumento para evangelizar.
Fíjate en la fuerza que tienen estos mártires, aunque sean muy pocos, los maten o no, que ni siquiera los numerosísimos y escandalosos contraejemplos del propio clero, ni las indigeribles toneladas de documentos oficiales emitidos han conseguido sepultar del todo la existencia, sofocar, ahogar la vida misma. Tanta palabrería no consigue acabar del todo con la Palabra, con la vida.
Es que la vida logra al final escabullirse entre las rendijas y siempre acaba saliéndose con la suya, como esas briznas de hierba que acaban brotando entre las grietecillas de la capa de asfalto más espesa.
La vida se caracteriza, principalmente, porque quiere seguir viviendo, como la vida de las Ramblas, a la que a pesar de que cada día están más envilecidas (y, por eso, son más inhumanas), sigues amando (y, por eso, pretendes humanizar).
"Sólo" eso, pero "todo" eso. También es martirio.
los motivos por los que se compara
a mn sistach con neron
atte.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.