Una entrevista al Card. Fernández

Sodoma

En una reciente entrevista posterior a la publicación de Fiducia Supplicans (en adelante, FS), el Card. Fernández repite que

Hay que distinguir bien, y la Declaración hace esta distinción. Las parejas son bendecidas. No es bendecida la unión

Contra esto, la pareja no es pareja sin la unión. Si quitamos la unión, desaparece también la pareja. No se es una pareja por el solo hecho de ser dos personas. Tiene que haber algo más, concretamente, una relación entre esas dos personas.  La pareja no son las dos personas simplemente hablando, son las dos personas relacionadas entre sí, mediante algún tipo específico de relación, que determina de qué clase de pareja se está hablando.

Por lo que bendecir a esa pareja, es bendecir esa relación, sin la cual la pareja no sería tal.

Hablando en términos filosóficos, la relación entre los miembros de una pareja no es causa eficiente sino causa formal de la pareja misma. La causa formal constituye la esencia de la cosa, de modo que no se puede bendecir la cosa sin bendecir su causa formal.

Las personas son la materia de la pareja, la relación entre ellas es la forma, es decir, el sello, el elemento determinante que hace de esas dos personas una pareja.

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Se puede bendecir a los integrantes de, por ejemplo, un dúo musical sin bendecir la música que realizan, salvo que se bendiga al dúo musical como tal, en ese caso, la música también es bendecida, porque es lo que los hace ser un dúo.

Por eso no es lo mismo bendecir a un cuadro de fútbol que bendecir a una banda de delincuentes, aunque a cada una de esas personas se la pueda bendecir por separado (aunque no tampoco en tanto que delincuente, como diremos), porque en aquellos casos la bendición se dirige no solamente a los individuos aislados, sino al nexo específico que hay entre ellos y que los hace ser un grupo determinado.

Nadie puede pensar que bendecir al Club Peñarol de fútbol, por ejemplo, sea bendecir solamente a los integrantes de ese cuadro de fútbol y no al cuadro de fútbol mismo, o peor aún, sea bendecir al cuadro de fútbol pero no a las relaciones que mantienen los jugadores, técnicos y directivos entre sí que hace que sean, precisamente, un cuadro de fútbol. Quitadas esas relaciones, no hay cuadro de fútbol, quitada, por tanto, la bendición a esas relaciones, no hay bendición al cuadro de fútbol tampoco.

Por la misma razón, quitada la relación propia de la pareja homosexual o adúltera no hay tal pareja, de modo que quitada la bendición de esa relación, no hay tampoco bendición de esa pareja.  

Por lo que bendecir a la pareja es bendecir a la relación, y por tanto a la unión, que la constituye.

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Porque no hay distinción real en estos casos entre la relación y la unión. En efecto, la relación, por el mismo hecho de que tiene a una cosa como sujeto, y a otra como término, une en esa medida a esas dos cosas, de donde, si es una relación real, une realmente, del modo dicho, a su sujeto y a su término.

Y las une accidentalmente. La unión entre dos personas no es sustancial sino accidental, y entre los accidentes, el único que puede de algún modo unir realmente a dos sustancias distintas es la relación, por lo dicho.

No se puede entonces bendecir la pareja sin bendecir la relación que la constituye, y no se puede bendecir la relación sin bendecir la unión que no se distingue realmente de la relación misma.

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Si es claro que no se puede hacer de una banda de narcotraficantes el objeto específico, formal, de una bendición sacerdotal, la única razón para decir que no es exactamente lo mismo cuando se bendice una pareja homosexual o adúltera es que se piense que los actos homosexuales o adúlteros no son pecados.  

Por el contrario, no solamente son pecaminosos los actos homosexuales, sino también las relaciones de “pareja” de suyo destinadas a la realización de actos homosexuales, porque aquello a lo que están destinadas es intrínsecamente malo y porque esas relaciones de pareja, a diferencia de lo que a veces pueda suceder con la tendencia homosexual, dependen del libre albedrío de las personas.

Aclarando además que el término “sexuales” aplicado a las relaciones entre dos varones o dos mujeres es impropio, porque la naturaleza de la sexualidad humana implica la complementariedad entre el varón y la mujer.

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Lo cual pone también una sordina, por lo menos, a todos esos reclamos a favor de lo que habría de bueno en tales relaciones moralmente ilícitas, porque de hecho todas esas manifestaciones afectivas y benévolas son parte de esa relación moralmente ilícita y tienden naturalmente a la realización de actos intrínsecamente malos.

Y ni siquiera se restringe el pecado en materia de sexto mandamiento a los solos actos sexuales propiamente dichos.

Decir que en estos casos “el amor” prevalece sobre lo que hay de malo en esa relación es aceptar la teoría según la cual la buena intención puede justificar la realización de un acto de suyo malo, teoría que es contraria a la moral natural y católica. 

Lejos de ser en esos casos la intención la que purifica el objeto del acto, es el objeto del acto el que contamina a la intención.  

Recordar el principio fundamental: “bonum ex integra causa, malum ex quocumque defectu”. Para que el acto sea bueno, tienen que ser buenos el objeto y la intención, para que sea malo, alcanza con que lo sea uno solo de ellos.

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El Card. Fernández dice que no necesariamente el sacerdote tiene que saber si esas personas tienen relaciones sexuales entre sí o no, y que puede ser que las hayan tenido ya en el pasado, pero hayan dejado de tenerlas.

Pero todo esto lo anula él mismo cuando dice que

aunque hubiera algún tipo de relación sexual, conocida o no, la bendición hecha de esta manera no convalida ni justifica nada.”

O sea que las bendiciones aprobadas son también para parejas homosexuales que siguen teniendo relaciones sexuales entre sí, estando al tanto de ello el sacerdote que bendice.

Pero incluso si el sacerdote no sabe si hay o no relaciones “sexuales” entre esas personas, por eso mismo tampoco puede bendecir esas relaciones, pues se arriesga a bendecir lo que es contrario al plan de Dios y además, con ese gesto da la impresión de que “no importa” al fin de cuentas si lo que se bendice es o no es contrario al plan de Dios.

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Dice también el Card. Fernández que muchas veces se bendice a grandes pecadores individuales, sin problemas. Pero no dice, porque no puede, porque no es verdad, que se bendiga a esos pecadores en tanto que pecadores, en aquello que los hace ser pecadores.

No se puede bendecir a un asesino a sueldo que se presenta como tal y que dice que quiere la bendición de Dios para poder desempeñar su oficio lo más cristianamente posible, por ejemplo.

Ahora bien, bendecir a una pareja que es tal por tener relaciones sexuales moralmente ilícitas, es bendecir a esos pecadores en aquello precisamente que los hace ser pecadores.

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Dice también que

la Declaración menciona un pedido de ayuda al Espíritu Santo para que esa relación, que muchas veces el sacerdote no conoce, se purifique de todo lo que no responda al Evangelio y a la voluntad de Dios y pueda madurar en la línea del plan de Dios.”

Ese pedido de ayuda está muy bien, pero es, como dice FS, algo “ascendente”, mientras que la bendición de Dios es algo “descendente”. Una cosa es pedir a Dios el Espíritu Santo para los que se encuentran en una situación de pecado, y otra cosa es pedir que Dios bendiga la situación de pecado.

Un sacerdote que piense unos segundos acerca de si puede pedirle a Dios que bendiga una situación de pecado sólo puede llegar a la conclusión de que no puede hacerlo.

En efecto, en esos casos, como vimos, la pareja y la situación de pecado son lo mismo, porque lo que hace a la pareja ser pareja es la unión pecaminosa.

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Pero además, es una forma muy rara de maduración para una relación la que termina en la ruptura de la relación misma, como si para una manzana madurar fuese desintegrarse.  Porque en efecto, lo único que está en línea con el plan de Dios para tales relaciones es su disolución.

De hecho, la única forma posible de maduración para una unión homosexual como tal es que sea cada vez más homosexual. Y si se dice que no, que lo que se pide es una maduración de la relación homosexual en la línea de la voluntad de Dios, entonces se está pidiendo que los círculos sean cuadrados. Las relaciones homosexuales son contrarias a la voluntad de Dios.

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Por eso, al argumento basado en los motivos subjetivos de inimputabilidad, ya usado tambien en “Amoris Laetitia", se puede responder en este caso, que en la situación en que alguien está como esclavizado por una fuerte pasión, que disminuya grandemente su responsabilidad, o hay propósito de enmienda o no lo hay.

En el primer caso, lo que corresponde es el Sacramento de la Reconciliación.

En el segundo caso, no hay verdadero arrepentimiento, sino a lo sumo una “veleidad”: quisiera arrepentirme y dejar este pecado, pero de hecho no lo hago, o sea, no quiero hacerlo.

Supongamos que la persona pide en ese caso una bendición para sí misma, que le dé la gracia de Dios para salir de su pecado. Cada miembro de la “pareja”, incluso, puede hacerlo por separado. Eso es distinto de pedir una bendición para la “pareja” como tal, porque no se puede bendecir el pecado, y esa “pareja” es “pareja” por su relación pecaminosa.

Incluso si se dijese que en esos casos la responsabilidad puede disminuir hasta que el pecado sea solamente venial, el hecho es que sigue siendo un pecado y no se puede bendecir el pecado. 

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De hecho, nos enteramos de que las dificultades que en su momento la Congregación para la Doctrina de la Fe puso para que el actual Cardenal Fernández fuese en aquel tiempo nombrado Rector de una Universidad católica tuvieron precisamente que ver con un artículo suyo en el que mantenía abierta la posibilidad de bendecir a las parejas del mismo sexo.

Eso nos hace pensar que en todo el proceso que hemos venido viviendo estos años hasta desembocar en FS ha habido muy poco librado a la casualidad.

24 comentarios

  
Néstor
Agradezco a Federico Rago por sus sugerencias.

Saludos cordiales y Feliz Navidad.
27/12/23 4:32 PM
  
Federico Ma.
Muy buen post, Néstor: muchas gracias.

(Bueno, lo mío fue sugerir algún punto y coma).

Santa y feliz Navidad.

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Gracias y Feliz Navidad.
27/12/23 5:20 PM
  
Penc
Pregunta, se puede hablar de par y no de pareja? Por lo que entiendo la naturaleza de la pareja depende de la relación existente entre sus miembros. Una asamblea dominical puede tener dos asistentes homosexuales que podrían recibir la bendición de Dios siendo el objeto de esa bendición la asamblea dominical "conjunto formado por asistentes a la misa" si esos homosexuales en conjunto forman una pareja porque son simplemente hermanos de sangre estaríamos hablando de dos hermanos homosexuales que piden la bendición de Dios y que los une un vínculo fraternal de sangre, ahora ciertamente si lo que les une es una relación sexual o una afectividad o deseo sexual consentido creo que no hay forma de desvincular ese aspecto desordenado de la formación del conjunto que quieren bendecir, el nexo desordenado que determina una pareja intrínsecamente desordenada no puede ser bendecido, tendría que anularse dicho nexo verdad? Sinceramente no veo forma en que Dios pueda bendecir una pareja homosexual tal y como es en esencia, ve usted alguna forma rebuscada en la cual pueda acatarse o tan siquiera rescatar algo de este documento?

Muchas gracias por el excelente artículo.

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Gracias. Sí, es buena esa distinción entre "pareja" y "par". Podrían ambos decir a coro, casualmente "¿Me puede bendecir, Padre?" y serían par, no pareja.

El documento no creo que tenga nada rescatable, fuera de la parte en que cita al documento anterior de la Congregación para la Doctrina de la Fe y por tanto, a la doctrina católica.

Feliz Navidad.
27/12/23 6:58 PM
  
Mn. Jaime Mercant Simó
Si un día llego a ser papa (cosa muy probable, por otro lado), Néstor será el nuevo prefecto de una nueva congregación, hoy en día muy necesaria, a saber, la Congregación para la Defensa Católica de la Coherencia Lógica...
Muchísimas gracias, Néstor!!!
Es imposible decirlo más claro, y, por tanto, creo que debería ser de obligada lectura tu texto para el fray youtuber de turno, el exorcista bloguero y sor twittera, que están defendiendo lo indefendible, esto es, no sólo posturas heterodoxas, sino absurdos lógicos!

Feliz y santa Navidad.

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Jaaaa!! Esa Congregación debería tener a Chesterton de santo Patrono, para lo cual claro que habría que canonizarlo antes !! :) Bueno, en todo caso Sub Santo Patrono, después del Aquinate, claro.

Gracias y Feliz Navidad.
27/12/23 7:10 PM
  
luis
Los progres tantos años hablando de las "estructuras de pecado" y lo primero que hacen es bendecirlas.

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Cierto. Y la resistencia viene en su mayor parte de las periferias.

Saludos cordiales.
27/12/23 7:41 PM
  
Néstor
Gracias por el aviso sobre el latín.

Feliz Navidad.
27/12/23 7:54 PM
  
Birlibirloque
Donde vivo, lo único que la gente pide bendecir son imágenes religiosas, rosarios, agua, etc. No veo que la gente pida masivamente que la bendigan. Curioso este apasionamiento por los sacramentales de parte de los ""progres", desde siempre reacios a los mismos.

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En mi barrio no se hace cola para eso, tampoco. Parece que el clamor popular por esas bendiciones es más bien tenue. Ahora bien, si la religiosidad popular se la caracteriza como "libre", "espontánea", "sin normas", entonces sí que se vuelve interesante para los intentos de eludir, digamos, la doctrina católica.

Saludos cordiales y Feliz Navidad.
27/12/23 8:26 PM
  
África Marteache
La distinción entre pareja y par es muy relevante: para ser un par se necesita ser dos de la misma especie, nada más: dos manzanas, dos gatos, dos piedras. El nexo es mínimo.
En cambio la RAE dice esto de la pareja:
Conjunto de dos personas, animales o cosas que tienen entre sí alguna correlación o semejanza, y especialmente el formado por hombre y mujer.
Es decir, par y pareja son sinónimos, pero con muchos matices ya que para ser par en la especie humana basta que sean dos personas, pueden ser dos mujeres, dos hombres, un hombre y una mujer o un anciano y una niña.
Ahora bien, si un anciano y una niña solicitan una bendición para ambos tendrán que explicar la razón, que podría ser la relación familiar abuelo-nieta, de los contrario no tiene sentido pedir bendición compartida. En el caso de dos homosexuales activos la razón ya sabemos cuál es.

Feliz Navidad, Néstor.

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Gracias, África. Sí, en esos casos de "meros pares", por ejemplo, entre dos gatos o dos manzanas, el nexo es solamente de razón, que los pensamos juntos, porque los nexos reales que pueda haber en esos ejemplos no se limitan a dos individuos.

Feliz Navidad.
27/12/23 8:32 PM
  
África Marteache
El arriero y su mula evidentemente tienen una relación de trabajo pero, al no ser de la misma especie, si el arriero lleva a bendecir a la mula el día de San Antón no se le ocurre pedir bendición a su "pareja".
Cualquier bendición a dos de la misma especie conlleva la explicación del porqué porque si no carece de sentido. Un señor que pase por la calle y yo somos de la misma especie, pero jamás se nos ocurriría ir juntos a que nos bendijeran: o vamos por separado o nos bendicen comunitariamente.

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Exacto. Para que la bendición no sea simplemente individual tiene que haber un motivo que sea propio de ese grupo de personas.

Saludos cordiales.
27/12/23 8:41 PM
  
Néstor
En un sitio web llamado “Linum Fumigans” se lee:

“En todo caso, la bendición tiene una fuerza sobrenatural inferior a la del sacramento, y por eso se llama "sacramental" y no sacramento, porque mientras el sacramento resucita el alma de la muerte del pecado mortal, la bendición supone ya en gracia a la persona a bendecir, por lo cual ella se limita a reforzarle esa gracia que ya posee y tal aumento es tanto mayor cuanto mayor es el fervor espiritual de aquel que es bendecido.

Por este motivo es claro que cualquier persona que pidiera una bendición en estado de pecado mortal, sin voluntad de arrepentirse, de enmendarse o reparar su pecado y de corregirse, sino casi como para querer recibir aprobación y protección por su mala conducta, no sólo no recibiría ninguna bendición, sino que sería maldecido por Dios, lo cual es absolutamente desaconsejable.

Por ello, debe tener sumo cuidado el ministro de la bendición, como recomienda el documento elaborado por el cardenal Fernández, en verificar y en examinar con la máxima atención cuál es la situación espiritual, cuáles son las ideas, las intenciones, los entendimientos, los deseos o los propósitos de una pareja irregular que eventualmente pidiera ser bendecida, para no prestarse a avalar con una bendición inoportuna e ineficaz, su eventual convicción de que pueda ser bendecida una conducta pecaminosa, que ellos no tienen intención de abandonar o corregir. Si el ministro sospecha que existe este equívoco, hará bien, como ordena la Declaración, en aclarar que él bendice el aspecto de honestidad de su unión y que la bendición, para ser eficaz, supone en ellos la voluntad de corregirse de su pecado.”

linumfumigans.blogspot.com/2023/12/fiducia-supplicans-segun-naturaleza-y.html?m=1

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Contra esto, esas parejas consideran que su situación es pecaminosa, o no. En el segundo caso, obviamente que la consideran legítima y legitimable y verán la bendición como una legitimación, y por lo que dice el autor, no se les debe dar la bendición, no sea que se vuelva maldición.

En el primer caso, o se arrepienten de ese pecado, o no. Si no se arrepienten, entonces menos se les debe dar la bendición, porque se estaría bendiciendo la impenitencia. Si se arrepienten, entonces lo que necesitan no es la bendición, sino el Sacramento de la Reconciliación.

Si alguien dice: “Sé que estoy en una situación de pecado y quiero salirme de ella, pero veo que por el momento no tengo fuerzas para hacerlo, por tanto, pido la bendición de Dios para que me dé las fuerzas necesarias.”

Ese “no tengo las fuerzas para hacerlo” en realidad significa “no quiero hacerlo”. Porque no se trata de mover un tronco, sino de mover la propia voluntad, para lo cual basta con querer, como dice San Agustín, porque querer es justamente el movimiento propio de la voluntad. De modo que si nuestra voluntad no se mueve, es porque no queremos. Sin duda que necesitamos la gracia de Dios para poder querer y para querer, pero supuesta la gracia de Dios, podemos querer, y somos responsables si no queremos.

Y la gracia de Dios no viene solamente por la bendición. Al contrario, el autor supone que se debe estar en gracia de Dios para que la bendición sea eficaz.

Por tanto, ahí falta arrepentimiento, y entonces no puede haber bendición, por lo mismo que dice el autor del “blog”.

Pero además, FS no establece de ningún modo que si no hay voluntad de conversión y sí hay deseo de legitimar la propia situación, la bendición no se da. En el contexto de FS, la frase “no pretenden la legitimidad de su propio status” es un mero “flatus vocis”.

Eso se ve porque se establece que esas “bendiciones” no serán reglamentadas ni ritualizadas de ningún modo. Si el sacerdote, por tanto, constata la falta de disposiciones adecuadas y da igualmente la “bendición”, no pasa absolutamente nada. En realidad, FS deja a los sacerdotes exentos de la autoridad del Obispo (y de la Iglesia toda, por tanto) en este punto.

Más aún, el mismo autor deja el asunto, por lo que toca a lo que dice FS, en una mera “recomendación” al sacerdote que verifique cuidadosamente si las personas tienen las disposiciones adecuadas ¿para qué? Para que en todo caso, si sospecha (ve) que no las tienen, ¡dé la bendición igualmente, pero advirtiendo que solo será eficaz si se corrigen!

Uno pensaba que iba a decir que en ese caso el sacerdote no puede dar la bendición, porque ya dijo el autor que en esos casos en vez de bendición hay maldición. No se trata solamente entonces de que la bendición no sea eficaz si ellos no tienen voluntad de corregirse. Así como lo presenta el autor, el sacerdote constata que no hay voluntad de cambio y da la “bendición” igual, con lo cual en realidad da una maldición.

Porque además no tiene porqué tratarse de una sospecha solamente de que no quieren cambiar, porque ninguna pareja pide una bendición para poder disolverse. Es clara en esos casos la voluntad de permanecer en el pecado.

Saludos cordiales.
28/12/23 2:57 AM
  
Anónimo español
En esta imagen se explica muy bien «Fiducia supplicans» y el artículo de Néstor:

//www.flickr.com/photos/199798537@N06/53425867194

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Muy gráfico, en efecto. Saludos cordiales.
28/12/23 5:15 AM
  
Teresa
Hace treinta años mi profesor de derecho nos prohibió llamar pareja a los novios o casados.
Te presento a mi pareja

Inmediatamente pensé en las parejas de animales ( arca de Noé )

Llamar pareja puede incluir perversiones como pareja sexual de hecho, pareja de hombre con animal...etc

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Claro, "pareja" permite meter en la misma bolsa a los casados y los concubinos. Como decía Hegel de la filosofía de Schelling, creo, es como la noche, donde todos los gatos son pardos.

Saludos cordiales.
28/12/23 7:28 AM
  
Eduardo
Tres hombres se acercan al Padre Jaime Martinez:

- Padre, podría bendecirnos a los tres?
- No puedo. El documento es muy claro. Uno de ustedes debe quedar fuera, para que yo pueda bendecirlos de par en par

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Según mis cálculos, con tres bendiciones ahí se arregla todo.

Saludos cordiales.
28/12/23 8:51 AM
  
Octavio
Magnífico artículo. En el ejemplo de la banda de delincuentes había yo pensado también.
Creo que Fernández intenta demostrar que él es más listo que todos los Papas, Concilios, teólogos y Padres de la Iglesia juntos, y que nos puede dar más vueltas que Sócrates con sus sofismas.

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Gracias y saludos cordiales.
28/12/23 2:50 PM
  
Federico Ma.
Néstor, esa página "Linum fumigans", por lo que dice de la FS, es bien mala. Una muestra: cita a un "teólogo", diciendo que la FS ""huele verdaderamente a Evangelio", como ha dicho oportunamente el teólogo Alberto Maggi".

Ahora bien, este "teólogo" compara la homosexualidad al ser zurdo (físicamente), lo cual, si bien antes se "reprimía", ahora se acepta y hasta se puede llegar a ver como algo bueno. ¿Lo mismo vale para la homosexualidad? Lamentable. Aquí está el video en el que lo dice: www.youtube.com/watch?v=hSJ48JnZH18&ab_channel=studibiblici.

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El tema del olfato da para mucho.

Chesterton tiene un poema que dice "They haven't got no noses, the fallen sons of Eve".

Se llama "La canción de Quoodle":

They haven’t got no noses,
The fallen sons of Eve;
Even the smell of roses
Is not what they supposes;
But more than mind discloses
And more than men believe.

They haven’t got no noses,
They cannot even tell
When door and darkness closes
The park a Jew encloses,
Where even the law of Moses
Will let you steal a smell.

The brilliant smell of water,
The brave smell of a stone,
The smell of dew and thunder,
The old bones buried under,
Are things in which they blunder
And err, if left alone.

The wind from winter forests,
The scent of scentless flowers,
The breath of brides’ adorning,
The smell of snare and warning,
The smell of Sunday morning,
God gave to us for ours

* * * * *

And Quoodle here discloses
All things that Quoodle can,
They haven’t got no noses,
They haven’t got no noses,
And goodness only knowses
The Noselessness of Man.

El último verso es notable: "Sólo Dios conoce la falta de narices del hombre".

Todo parece indicar que Quoodle es un perro, experto por tanto en cuestiones olfativas.

Saludos cordiales.
28/12/23 7:56 PM
  
Néstor
Se suele argumentar en estos casos por el lado de los motivos subjetivos de inimputabilidad, como ya se hizo en "Amoris Laetitia".

Pero en la situación en que alguien está como esclavizado por una fuerte pasión, que disminuya grandemente su responsabilidad, o hay propósito de enmienda o no lo hay. En el segundo caso, no hay verdadero arrepentimiento, sino a lo sumo una “veleidad”: quisiera arrepentirme y dejar este pecado, pero de hecho no lo hago, o sea, no quiero hacerlo. Supongamos que la persona pide en ese caso una bendición para sí misma, que le dé la gracia de Dios para salir de su pecado. Cada miembro de la “pareja”, incluso, puede hacerlo por separado. Eso es distinto de pedir una bendición para la “pareja” como tal, porque no se puede bendecir el pecado, y esa “pareja” es “pareja” por su relación pecaminosa.

Saludos cordiales.
29/12/23 2:28 PM
  
Penc
Otra cosa, de forma solapada se ha pervertido el uso que solíamos dar a la palabra pareja, normalmente unos padres con un niño buscaban la pareja teniendo una niña y siempre se entendio pareja como hombre y mujer, pero vino Tucho a querer meternos ese gol sin darnos cuenta. En otros idiomas la palabra que se usa es aún más clara, como el caso portugués "casal".

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En efecto, los secuestros de palabras son muy frecuentes, también.

Feliz Navidad.
29/12/23 5:42 PM
  
claudio
Estimado Néstor.
Consultado Monseñor Casalotodo propone un Dicasterio Para la aplicación práctica-teórica-ecuménica del Principio de No Contradicción.

Servirá para discernir si se trata de pareja o despareja, si debe percibirse pareja aunque sea trío, si la existencia de la parejidad requiere determinados estándares antropológicos.

Especialmente la determinación de la funcionalidad o disfuncionalidad de la pareja en orden al estudio de sus fines y si esos fines se llevan a cabo por medio de actos prácticos voluntarios.

En definitiva expedirse con firmeza si se puede bendecir la nada o se requiere materia con capacidad esencial de poder recibir una bendición. Partiendo de la afirmación de Cristo (Mateo 10) 12. Al entrar en la casa, saludadla. 13.Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; más si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros.

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Esa propuesta me suena un tanto revolucionaria. A Chesterton lo calificaron de "paradojista" porque aplicaba el principio de no contradicción. Mucho cuidado :)

Feliz Navidad.
29/12/23 5:47 PM
  
maru
Muy bien explicado Néstor! Es necesario que este artículo lo leyera más de uno (los que están de acuerdo), a ver si se enteran de lo que va Fiducia o no se quieren enterar. Porque cuando se habla de "una pareja" es que hay una relación sexual, sino, no sería una pareja, serían dos amigos. A ver si hay que enseñar al prefecto algo tan evidente.

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Muchas gracias y feliz Navidad.
29/12/23 7:42 PM
  
claudio
Estimado Néstor.
Agradece Monseñor Casalotodo que se valore su Dicasterio. Admite, sin embargo que el término paradojista reintroduce la cuestión lógica.
En el diccionario aparecen "paradojo y paradoja" como situaciones contrarias a la lógica.
Lo que admitiría la posibilidad que el paradojo se "perciba" paradoja y viceversa.
En una opinión primaria podría admitirse una bendición de una pareja integrada por un paradojo y una paradoja pero no entre paradojas y paradojos entre sí.
Monseñor quisiera conocer la opinión del entrevistado sobre este tema...
29/12/23 8:42 PM
  
Eduardo
en "IGLESIA EN EUROPA" , el Papa San Juan Pablo II criticó “los intentos… de aceptar una definición de pareja en la que la diferencia de sexo no se considera esencial”. En un discurso de 2008, el Papa Benedicto XVI lamentó que “están proliferando las llamadas 'parejas de hecho'”. En la medida en que Fiducia Supplicans utiliza “parejas” para referirse a relaciones entre personas del mismo sexo y otras relaciones irregulares, se adapta al uso que estos Papas anteriores condenaron. También en este sentido la nueva Declaración entra en conflicto con las enseñanzas anteriores.
30/12/23 8:34 AM
  
Una
Gracias por la paciencia.
Parece mentira que se tenga que aclarar esto.
¿Pretenden tomarnos el pelo? ESTÁ CLARO QUE SÍ.
30/12/23 11:34 AM
  
Pensamiento serio
Muy bien argumentado en verdad.
Diego Garcia.

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Gracias y saludos cordiales.
30/12/23 9:10 PM
  
Eduardo
“la Declaración menciona un pedido de ayuda al Espíritu Santo para que esa relación, que muchas veces el sacerdote no conoce, se purifique de todo lo que no responda al Evangelio y a la voluntad de Dios y pueda madurar en la línea del plan de Dios.”

De frente, esta diciendo que la bendicion es para la relacion ( que el mismo Fernandez admite que puede incluir relaciones sexuales).

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Cierto, otra contradicción más.

Gracias y saludos cordiales.
31/12/23 3:37 AM

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