25.01.15

(59) Que sólo el Señor puede enderezar nuestros pasos, y no los maestros del error.

 ¡De cuánta incapacidad, espesa como bosque oscurecido, nos libra el auxilio de Dios, estremeciendo la espesura como sendero de plata, hacia el fulgor indiviso!

La red de la alabanza, y la oración litúrgica de la Iglesia, sondean las profundidades de la Redención, y emerge repleta de tesoros: gratuidades sin cuento y condescendencias sin fin, para los miembros de Cristo.

Señor, es indecible tu delicadeza. El alma asiente a tu salvación llevada por ti tan inefablemente…

Oh Madre, cuán hermoso es tu Hijo.

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22.01.15

(58) Catálogo de Vicios, II: Síndrome Fundacional, o del protagonismo insatisfecho

I. EN QUE SE PRESENTA EL SÍNDROME FUNDACIONAL COMO AFÁN NOMINALISTA DE PROTAGONISMO.

A menudo se habla por aquí y por allá, en diversos ámbitos eclesiales, de liderazgo. Pero de lo que apenas se habla es de los males que lo pueden viciar y pervertir. En concreto, un síndrome vicioso que procede del nominalismo.

En este post  analizaremos algunos aspectos de este vicio,  propio tanto de no-líderes que anhelan serlo, como de líderes depuestos; tanto de adictos a los puestos de responsabilidad, como de anhelantes de ellos.

A este vicio lo llamaremos síndrome fundacional, o del protagonista insatisfecho.

Pudiera ser que, en los tiempos difíciles del postconcilio, el síndrome fundacional fuera abundante como pandemia, y podía afectar a cualquier miembro de la Iglesia en puestos de responsabilidad: sacerdotes, laicos, religiosos…  

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19.01.15

(57) Catálogo de Vicios, I: la Gula de sí mismo

EN QUE SE DEFINE ESTE VICIO DE LA GULA DE SÍ MISMO COMO APETITO INSACIABLE DE LA PROPIA VOLUNTAD 

1.- Algunos tienen tanto apetito de autonomía, que no cesan nunca de saborearse y repetir el plato de la propia voluntad. Andan siempre trasteando sus apegos, aliñándose opiniones suyas y solamente suyas, condimentando prejuicios de entretiempo, sirviéndose su propio interés una y otra vez, como un pescado que nunca fue fresco.

Cocineros de sí mismos, a toda la Iglesia universal quisieran invitar a cenar sus propios platos, pero a cuenta ajena: que siempre pagan la cuenta los mismos: Arrio y Pelagio, Lutero y Melanchton…

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17.01.15

(56) De nuevo sobre el avestruz pelagiano, mascota de Arrio

Siendo el avestruz un gorrión casi tan grande como un camello, creo conveniente al menos veinte aforismos más para retratar el optimismo ciego que simboliza.

No deja de ser muy práctico para mostrar la impostura del irrealismo pelagiano, tan querido por el relativismo y sus antecedentes y secuaces varios.

Mi respeto, no obstante, para struthio camelus. El pobre y bello avestruz no tiene culpa de nada.

Ruego buena voluntad al leer esta nueva serie de máximas avestrúcicas, si es posible. Creed que es por buena causa, y siempre con caridad y buen humor, también con el dramatismo que emerge de esta época.

En este post reflexionamos, una vez más, sobre síntomas de descomposición, saltando de uno a otro con soltura y libertad, con una idea motriz de fondo: no podemos cerrar los ojos a los problemas que nos aquejan.

Abstenerse sujetos enfadados o políticamente correctos hasta el extremismo, que es un tanto cansino andar siempre justificando la ironía y dando cuenta de la buena fe con que se escriben las cosas.

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15.01.15

(55) Que es urgente confiar.

Con la oración aumenta nuestra confianza en los auxilios del Señor. No debemos dejar de orar, para no desconfiar, para no desesperar.

Persiste, amigo, en la oración litúrgica de la Iglesia, por la cual el Cuerpo de Cristo orante te enseña el lenguaje de la divina confianza. A ella te mueve el Espíritu Santo, no lo dudes, con la potencia del Amor de Cristo. La Iglesia te muestra el esmero que pone el Señor en conducirte a su morada.

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