Alfonso de Valdés
Erasmo de Rotterdam
Con justicia se considera a Erasmo de Rotterdam como el prototipo de “hombre del Renacimiento”. La razón principal es el amplísimo catálogo de materias que trata: literatura, poesía, filosofía, teología. Según Menéndez y Pelayo, no fue genial en ninguna, pero sí interesante en todas; su estilo incisivo, destreza polémica y capacidad de advertir el núcleo del asunto de debate sin perderse en recursos estilísticos (tan frecuentes en su época), le convierten en autor moderno. Su latín, sin ser muy depurado, satisface con mucho la tarea didáctica para la que está pensado, hasta el punto de que sus textos fueron empleados para la práctica de dicha lengua en muchas escuelas y universidades, facilitando así la circulación de las ideas que contenían. Su amor a la antigüedad tanto clásica como cristiana, a las que rescata y une amigablemente, es el molde sobre el que se va a fundir el pensamiento y el arte de todo un siglo, y que por él principalmente se puede llamar “Renacimiento”.