La falsa libertad de pecar
Planteo hoy a mis lectores un pequeño acertijo, el de unos textos que doy a leer, y a cuyo autor brindo la posibilidad de poner nombre, así como a la obra de la que proceden. No me cabe duda de que alguno de ellos la conocerá sobradamente, pero para otros será desconocida. Baste decir que es un tratado que este año cumple 125, y que su autor fue español. Por cierto que en su tiempo gozó de inequívoca difusión y popularidad, por más que hoy apenas unos pocos conozcan su nombre, y aún menos le hayan leído.