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21.05.23

Notas, sugerencias, revisión, sobre el canto en la liturgia (para coros, sacerdotes, diáconos, etc...)

Siguiendo un artículo de A. Taulé, sacerdote y compositor (“Los cantos en las celebraciones litúrgicas. Teoría y praxis”: Phase 188 (1992), 113-123), revisemos el canto en la liturgia en nuestras parroquias, conventos y monasterios, demos pasos para intentar mejorarlo, elevarlo y corregir aquello que se haya deformado o hecho mal.

libro del salmista

1) Panorama general y cuestiones varias

Un canto es litúrgico y no simplemente “religioso” o “espiritual” si su texto o letra se adapta a la liturgia y a su estilo (letra en el plural no en singular, sin sentimentalismos, ortodoxa, inspirada en la Biblia o textos litúrgicos, etc.) y su música, su género musical, cuadra con la liturgia elevando, sin usar ritmos modernos, profanos, o adaptaciones (música de canciones populares adaptadas a letras “religiosas”). Texto y música deben servir para la liturgia por su calidad y por su belleza. No todo sirve para la liturgia, no todo vale con tal de que se cante.

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29.04.23

Entender mejor la «participación activa» en la liturgia

Participación

Varios números de la exhortación Sacramentum caritatis dedicó Benedicto XVI para describir y reordenar la “actuosa participatio” o participación activa en la liturgia, rescatándola del activismo reinante y de la interpretación común que la orienta sólo a lo exterior, multiplicando intervenciones.

Para una “auténtica participación”, explicaba el Papa cómo “a veces, ha surgido alguna incomprensión precisamente sobre el sentido de esta participación. Por tanto, conviene dejar claro que con esta palabra no se quiere hacer referencia a una simple actividad externa durante la celebración” (SC n. 52), un hacer cosas, multiplicar intervenciones (moniciones y ofrendas, por ejemplo).

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18.03.23

Nueva fase para la participación en la liturgia

Hacer cosas o intervenir, es un nivel muy pobre de participar. De hecho, con ese concepto de participación, hemos rebajado la liturgia, la hemos ido secularizando, haciéndola extraña y ajena a sí misma, irreconocible.

Sin embargo, va surgiendo cada vez más un deseo, y lo experimentan muchos, de una liturgia que tenga una atmósfera distinta, más orante y contemplativa. ¡Bastante ruido hay ya en el mundo! ¡Demasiadas palabras, opiniones, tertulias, debates! ¡Mucha aceleración y activismo!

En la liturgia entramos en la paz de Cristo, en su sosiego, en su Corazón. Es lo distinto de lo mundano.

Se busca, y es lo propio de la liturgia, un ámbito santo de encuentro con Dios y donde Dios se revela, actúa y santifica. Por tanto un espacio religioso, sagrado, no vulgar, ni ruidoso, ni mundano, ni profano. Es un espacio transfigurado: ¡ante Dios!

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1.01.23

Durante la consagración, no suena ninguna música de fondo

catedral de sevilla

Las rúbricas no dan lugar a margen de duda. Los documentos son claros. Cualquiera que los lea es capaz de darse cuenta. Y es que durante la consagración, no debe sonar el órgano ni ninguna otra música, ni sonar guitarra suavemente o melodías a boca cerrada. El silencio envuelve todo, mientras el sacerdote, lleno del Espíritu Santo, actuando in persona Christi va diciendo: “tomó pan, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomad y comed…””

Absoluto silencio en la consagración. Sólo la voz del sacerdote, Cristo mismo, se oye, y todos de rodillas asisten al Misterio de la consagración.

Enmudece el órgano, no hay sones suaves que quebranten ese silencio. Tampoco, ¡mucho menos!, guitarras que rasgadas suenan sus acordes para intentar hacer más emotiva la consagración y la mostración del Cuerpo y Sangre del Señor. No. Silencio absoluto. Ningún instrumento suena durante la consagración, ninguno.

Además, en la liturgia… ¡no existe el hilo musical, la música de fondo, mientras se reza en común o mientras el sacerdote pronuncia una oración o plegaria!

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24.09.22

Testimonios y discursos durante la Misa. ¿Cuándo hacerlos?

Testimonio en misa

Hace ya tiempo se introdujo una costumbre y es la de emplear la Misa dominical (o las distintas Misas dominicales) para todo, desde una salva de avisos interminables antes de dar la bendición o saludos y despedidas a cuantos han asistido, como también la introducción de testimonios y/o experiencias durante la celebración de la Santa Misa. Es un uso tan común y extendido, que a nadie llama la atención que se haga así. Excepto que la liturgia no da margen para ello, ni los documentos de la Iglesia lo permiten, sino que lo han reprobado como un abuso.

Sin duda es enriquecedor para los fieles de una parroquia escuchar el testimonio vibrante de un misionero o una misionera sobre la dura tarea de evangelizar ad gentes, formar catequistas, sostener la vida sacramental de comunidades dispersas, el catecumenado de adultos y los bautismos de nuevas conversiones. O escuchar el testimonio de caridad y solidaridad fraterna de quienes desarrollan algún voluntariado o sirviendo a los pobres o llevando a cabo algún programa de Cáritas o Manos Unidas. Asimismo, es ilusionante escuchar a un seminarista, del Seminario Menor o del Mayor, ofrecer nervioso su testimonio vocacional, su descubrimiento de la llamada del Señor, su deseo de ser santo sacerdote. Igualmente, es enriquecedor cuando algún fiel laico narra su experiencia en algún Movimiento o Comunidad, animando a quien quiera a compartir ese carisma.

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