Cursillos de Cristiandad: Los 100 años del nacimiento del Fundador
SEBASTIÁN GAYÁ, ESE GRAN DESCONOCIDO
JOSÉ RAMÓN GODINO ALARCÓN
Aunque en algunos lugares donde florecen los Cursillos de Cristiandad su figura no sea especialmente conocida entre los mismos cursillistas -pues otros le han quitado el protagonismo- el Estatuto del Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad aprobado por la Santa Sede (Pontificio Consejo para los Laicos, 30 de mayo de 2004), cita, dentro del grupo de los Iniciadores del Movimiento, su nombre, junto a los del laico Eduardo Bonnín Aguiló y el Obispo Monseñor Juan Hervás Benet (Introducción, número 3). Y, sin embargo, el gran inspirador de este importante movimiento internacional fue él.
La vida de don Sebastián está ligada a Mallorca. Nació en la localidad de Felanitx el 30 de julio de 1913 y fue bautizado al día siguiente. En su infancia su familia partió a Argentina en busca de una vida mejor, pero a los 13 años Sebastián volvió a Mallorca para ingresar en el seminario de Palma de Mallorca. El mismo explicará años después: “En Buenos Aires me sentía con vocación, pero mis padres no podían pagarme los estudios. El cardenal argentino quiso pagarme una beca, pero al ver que ello me obligaba a permanecer durante toda la vida en Argentina, opté por venirme a Mallorca, en donde tenía un tío, hermano de mi padre, que era sacerdote. Para mí era romper completamente toda la baraja. Pero el espíritu pudo más y regresé a la isla.”
Sus estudios en el seminario se prolongaron entre 1926 y 1937. Hombre vivaz despierto, sus calificaciones siempre estarían rondando el sobresaliente y probó sus capacidades ganando en varias ocasiones certámenes literarios dentro y fuera del Seminario. A los 15 años era becario por oposición del Pontificio Colegio Mayor de Nuestra Señora de la Sapiencia y con tan sólo 21 años llegó a ser elegido rector del mismo por unanimidad. Dicha institución había sido fundada por un descendiente de Ramón Llull, canónigo de la Catedral, para alojamiento de estudiantes que querían ser sacerdotes.
El 22 de mayo de 1937, en medio de la Guerra Civil, Sebastián fue ordenado sacerdote en Palma de Mallorca. La isla en ese momento se encontraba en relativa calma y don Sebastián tuvo como primer destino el de capellán de la Capitanía General. Durante el resto de la contienda, aparte de prestar servicios de confianza, desarrolló la Acción Católica en el entorno castrense. Creó seis centros y elaboró el reglamento con el que en el futuro se regirían los grupos creados en el resto de España. Acabada la guerra fue destinado en el mismo 1939 como profesor en el Seminario. En él permaneció como catedrático hasta 1956, impartiendo numerosas materias: Lengua castellana, Lengua mallorquina, Latín, Historia de la Filosofía, Oratoria, son algunas de las disciplinas que enseñó.