La Democracia como Religión

Y el dios de esa religión es el Estado Todopoderoso: una bestia a quien adoran todos los moradores de la tierra que no tienen su nombre inscrito en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado.

¿Quién como la bestia? y ¿quién podrá luchar contra ella? También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. (Apocalipsis 13, 4-7).

El mundo no quiere la soberanía de Dios: no quiere que Cristo sea Rey. No acepta la soberanía social de Cristo. El mundo no quiere que Cristo sea Rey y Señor. Y el mundo, siguiendo al demonio, decidió no aceptar ninguna clase de sumisión a la Ley Eterna de Dios.

A Dios no lo podemos conocer mediante la razón, dice Kant, porque no hay ningún dato de la experiencia que se pueda asociar a la idea de Dios. Y como a Dios nadie lo ha visto nunca[1], a Dios no lo podemos conocer. Es una idea de la razón igual que lo sería la idea de un centauro: una invención de nuestra imaginación que no existe en la realidad. Los conceptos sin impresiones sensibles son vacíos. Al entendimiento humano no le es lícito traspasar los límites de la experiencia y más allá de la experiencia de los fenómenos que percibimos por los sentidos no hay conocimiento posible. El territorio de la verdad queda cerrado y acotado por los límites de la experiencia. Conceptos como Dios o como el alma no son más que ilusiones o engaños: espejismos que en realidad no existen. El Yo (el alma), el Mundo y Dios son ideas vacías sin correlato sensible.

Y entonces llegaron los gurús de la llamada nueva evangelización y, aceptando como papanatas los dogmas de la filosofía moderna de raíz empirista y kantiana, empiezan con la matraca de que a Dios no se llega por el conocimiento de unas verdades reveladas (de una doctrina) ni por la práctica de una moral, sino que consiste en una experiencia de encuentro personal con Jesús (Hume y Kant se estarían descojonando y no digo nada Schopenhauer o Nietzsche) y en un (vago) sentimiento religioso, en un falso misticismo sin raíz alguna en la Verdad, que es Cristo y su Doctrina revelada: por ahí llegamos al indiferentismo religioso -todas las religiones son iguales y sirven para la salvación- o al sincretismo espiritualista de la llamada “Nueva era”. Ya no se llega a Dios por el entendimiento, como predicaba santo Tomás de Aquino, sino por la experiencia, porque lo dice Kant, que es muy moderno y supera y refuta al Doctor Angélico, y dice que solo se puede conocer por la experiencia y no por el entendimiento. Ahora hay que experimentar y sentir para llegar al conocimiento de Dios.

Recordemos que Santo Tomás, doctor común de la Iglesia, establece y define que ”creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por el imperio de la voluntad, movida por Dios mediante la gracia”.
1.- La fe es un conocimiento pues es un acto del entendimiento: no una experiencia ni un sentimiento. Las verdades de la fe, el Credo hay que conocerlo y entenderlo. Los dogmas hay que conocerlos y aceptarlos por fe. Por eso se da catequesis a los que se van a bautizar de adultos: antes de entrar en la Iglesia hay que conocer la fe que predica y que enseña. Se estudia la doctrina; esto es, el Catecismo. Y se acepta entero. Porque quien impugnan una sola verdad de fe, impugna la fe en su totalidad. Y después de conocer la fe -el Credo- y la moral de la Iglesia -los Mandamientos del Decálogo- el cristiano tiene que vivir en coherencia con esa fe y esa moral, con la ayuda de Dios, para mayor gloria de Dios y para alcanzar la santidad y la vida eterna.
2.- De las verdades relativas a Dios: la revelación se cierra con la muerte del último de los Apóstoles. Desde entonces no hay ni puede haber nada nuevo. Creemos en el conjunto de la verdades reveladas, que es lo que llamamos el “depósito de la fe", que debemos guardar y transmitir.
3.- Consecuencia de la propia voluntad de creer: creo porque yo quiero creer libremente, por eso es meritorio.
4.- De la cual es responsable última la gracia de Dios. La voluntad, mi voluntad, es movida por la gracia de Dios para creer. Porque “es Dios quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su buena voluntad” (Filipenses 2,13).

La falsa doctrina de la experiencia y del sentimiento religioso ya fue condenada por la Iglesia, por ejemplo, en la Pascendi de san Pío X , que recuerda la doctrina establecida como infalible en el Concilio Vaticano I (subrayados en negrita y comentarios en cursiva, míos):

Los modernistas establecen, como base de su filosofía religiosa, la doctrina comúnmente llamada agnosticismo. La razón humana, encerrada rigurosamente en el círculo de los fenómenos, es decir, de las cosas que aparecen (solo podemos conocer aquellos fenómenos que experimentamos y percibimos por los sentidos), y tales ni más ni menos como aparecen, no posee facultad ni derecho de franquear los límites de aquéllas. Por lo tanto, es incapaz de elevarse hasta Dios, ni aun para conocer su existencia, de algún modo, por medio de las criaturas: tal es su doctrina (enmienda a la totalidad a Hume y a Kant). De donde infieren dos cosas: que Dios no puede ser objeto directo de la ciencia; y, por lo que a la historia pertenece, que Dios de ningún modo puede ser sujeto de la historia. (Aquí condena san Pío X las doctrina empiristas y criticistas de Hume o Kant)

Después de esto, ¿que será de la teología natural, de los motivos de credibilidad, de la revelación externa? No es difícil comprenderlo. Suprimen pura y simplemente todo esto para reservarlo al intelectualismo, sistema que, según ellos, excita compasiva sonrisa y está sepultado hace largo tiempo.

Nada les detiene, ni aun las condenaciones de la Iglesia contra errores tan monstruosos. Porque el Concilio Vaticano decretó lo que sigue: «Si alguno dijere que la luz natural de la razón humana es incapaz de conocer con certeza, por medio de las cosas creadas, el único y verdadera Dios, nuestro Creador y Señor, sea excomulgado» (aquí quedan excomulgados de un plumazo todos los seguidores de Kant y de las filosofías modernas). Igualmente: «Si alguno dijere no ser posible o conveniente que el hombre sea instruido, mediante la revelación divina, sobre Dios y sobre el culto a él debido, sea excomulgado».(el hombre debe ser instruido sobre Dios y sobre el culto: debe aprender la doctrina católica; debe conocerla, aceptarla y practicarla. Y quien diga que a Dios se llega solo por la experiencia o por un sentimiento, que siga leyendo…). Y por último: «Si alguno dijere que la revelación divina no puede hacerse creíble por signos exteriores, y que, en consecuencia, sólo por la experiencia individual o por una inspiración privada deben ser movidos los hombres a la fe, sea excomulgado».

Ahora, de qué manera los modernistas pasan del agnosticismo, que no es sino ignorancia, al ateísmo científico e histórico, cuyo carácter total es, por lo contrario, la negación; y, en consecuencia, por qué derecho de raciocinio, desde ignorar si Dios ha intervenido en la historia del género humano hacen el tránsito a explicar esa misma historia con independencia de Dios, de quien se juzga que no ha tenido, en efecto, parte en el proceso histórico de la humanidad, conózcalo quien pueda. Y es indudable que los modernistas tienen como ya establecida y fija una cosa, a saber: que la ciencia debe ser atea, y lo mismo la historia; en la esfera de una y otra no admiten sino fenómenos: Dios y lo divino quedan desterrados.

Pascendi, parágrafo 4.

Que el hombre sea su propio dios, propuso la serpiente: “sé libre y autónomo para decidir por ti mismo y que nadie decida por ti: ni siquiera Dios”.  El hombre autónomo y endiosado, autodeterminado y dueño de sí mismo ha decidido que él puede hacer lo que quiera siempre que no conculque la libertad de otro. Y así, el hombre autodeterminado y autónomo inventó los llamados “derechos humanos” y las constituciones. Porque el hombre es su propio dios y decide por sí mismo y por sí solo lo que es bueno y lo que es malo, contra la voluntad del único Dios verdadero. Porque el hombre es el fin último de sí mismo: ya no es Dios el principio y el fin. Ahora es el propio hombre quien se crea a sí mismo y decide qué quiere ser, cómo quiere ser, cuál quiere que sea su identidad de género e incluso pretende decidir sobre su propio sexo biológico. Así es el Reino de la Fines de Kant. No hay límites al derecho de autodeterminación del hombre moderno.

Sigo a Ileana P. Beade en su artículo CONSIDERACIONES ACERCA DE LA CONCEPCIÓN KANTIANA DE LA LIBERTAD EN SENTIDO POLÍTICO:

En los Principios metafisicos de la doctrina del derecho (primera parte de la Metafísica de las costumbres), Kant define la libertad del ciudadano como la capacidad “de no obedecer a ninguna otra ley más que a aquella a la que ha dado su consentimiento“.

Sin embargo, en Teoría y práctica, el filósofo define la libertad política a través de la siguiente fórmula:

Nadie me puede obligar a ser feliz a su modo (tal como él se imagina el bienestar de otros hombres), sino que es lícito a cada uno buscar su felicidad por el camino que mejor le parezca, siempre y cuando no cause perjuicio a la libertad de los demás para pretender un fin semejante, libertad que puede coexistir con la libertad de todos según una posible ley universal (esto es, coexistir con ese derecho del otro)” (Kant, Ak. VIII, 290). 

Si la primera definición de la libertad invoca el derecho del ciudadano a obedecer solo aquellas leyes en las que pueda ver reflejada su propia voluntad legisladorala segunda definición remite, en cambio, al derecho de cada individuo de procurar su bienestar del modo que considere más conveniente (sin que ello implique un perjuicio para la libertad de otros, pues la libertad de cada uno ha de coexistir con la libertad de los demás bajo una ley universal (Kant, Ak., VIII, 298).

Fin de la cita

En resumen: cada uno establece su propia moral y busca la felicidad como le da la gana, sin más límite que la libertad del otro, sin someterse a nada ni a nadie: ni siquiera a Dios, a quien, por otra parte, no podemos conocer y no es más que un invento de la mente (como el unicornio o el centauro).

Según estos principios, los liberales se quitan a Dios de en medio (separación Iglesia-Estado) y establecen que no hay más leyes legítimas que las que provienen de la soberanía popular, de la voluntad del pueblo: el hombre es soberano para legislar sobre sí mismo como le parezca y el criterio de verdad será la voluntad popular representada en los parlamentos. El hombre se otorga a sí mismo sus derechos y establece sus leyes y erige una sociedad nueva de hombres autónomos sin Dios y contra Dios. Y así se rechaza toda autoridad y cualquier principio moral que no surja de la voluntad popular; es decir, del consenso de las mayorías.

El concepto liberal de la libertad no conoce más límite que el que el Parlamento quiera establecer. El hombre tiene derecho a todo cuanto el parlamento estime oportuno regular. Por eso nunca ha habido tantas leyes como hoy en día; leyes que lo regulan todo y que van decretando paulatinamente “nuevos derechos”: al aborto, al matrimonio entre homosexuales, a la eutanasia, al suicidio asistido… Y mañana podrá ser la poligamia, la poliandria o el asesinato de niños nacidos y no deseados. Nada se escapa del poder legislativo de la Bestia y dentro de poco nos dirán qué tenemos que comer y qué no (por ejemplo, dejar de consumir carne: está en la agenda 2030), qué podemos beber y qué no debemos beber (prohibirán las bebidas azucaradas o lo que les dé la gana) o la legalización de las drogas o la regulación de la prostitución como una actividad laboral más igual que cualquier otra. Al fin y al cabo ya han legalizado la pornografía y la prostitución… Como dice Juan Manuel de Prada (en su artículo en el ABC del 2 de octubre de 2021, titulado Empoderades y emporrades), citando a Huxley, «En la medida en que la libertad política y económica disminuyen, la libertad sexual tiende a aumentar».

En nombre de la libertad y los derechos humanos, se persigue cualquier disidencia respecto del Pensamiento Único y se acusa de delito de odio a todo el que se atreve a llevarles la contraria a las mayorías. Se predica la tolerancia pero nunca ha existido inquisición más intolerante que la de lo políticamente correcto. Cuanto más predican la libertad, más nos esclavizan. Odiar, para los impíos modernos, es profesar la fe católica y predicar su moral porque la Bestia no soporta a Dios y llama odio a la caridad, vicio a la virtud y virtud al vicio, invirtiendo los “valores”, como no puede ser de otra manera cuando se adora al Anticristo y se odia a Dios.

Sorprende que tantos católicos y buena parte de la jerarquía de la Iglesia Católica manifiesten tanto entusiasmo por la Constitución y por la doctrina de los Derechos Humanos, que no son sino leyes impías contra el Reinado de Dios y que atentan contra la Santa Voluntad de Nuestro Creador y Señor. Son leyes inspiradas por quien se rebeló contra Dios y estableció el “non serviam”. Resulta llamativo que tantos católicos liberales adoren a la Bestia, al Príncipe de la Mentira, y que tantos jerarcas de esta Iglesia del Nuevo Paradigma tengan la poca vergüenza de seguir llamándose seguidores de Cristo cuando a quien siguen de verdad es al Enemigo. Es sorprendente que algunos obispos elogien públicamente una Constitución que ha permitido y promovido el divorcio, el aborto libre, la píldora abortiva, la eutanasia, el suicidio asistido, las leyes que entronizan la Ideología de Género y un largo etcétera de leyes impías, blasfemas y sacrílegas. Y sin embargo, elogian la llamada Transición y a los políticos “católicos” que aprobaron todas las leyes inicuas que les pusieron delante para después ir a comulgar tan anchos. 

Si lo piensan ustede bien, si el católico liberal acepta el derecho de autodeterminación del hombre y su autonomía moral, al margen de Dios, es normal que estos católicos defiendan el derecho al divorcio, al aborto o a la eutanasia o a cualquier otra atrocidad o depravación… Porque el hombre es libre de hacer lo que quiera y esa libertad es un don de Dios: luego Dios acepta todas esas depravaciones que surjan del corazón infecto de pecado del hombre. El hombre puede ser adúltero, fornicario, ladrón… Y puede a la vez estar en gracia de Dios… Así razonan estos herejes…

Pero quede claro que nosotros debemos someternos a la autoridad de Dios por encima de todo.

Pedro y los apóstoles contestaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros disteis muerte colgándole de un madero. A éste le ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador, para conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo que ha dado Dios a los que le obedecen.»

La verdadera libertad consiste en elegir los medios que nos conduzcan a nuestro fin, que es la gloria de Dios y la salvación de nuestra alma. No es verdadera libertad elegir nuestro fin, porque no somos fines en nosotros mismos, lo diga Kant o su porquero, sino que nuestro fin es Dios. Cuando nuestra voluntad (nuestra libertad) se aparta de la voluntad de Dios, cuando consideramos que la libertad consiste en tener licencia para hacer todo lo que nos dé la gana, cuando creemos que somos libres para pecar, entonces somos esclavos de Satanás. El pecado es abuso de la libertad y nos aparta del fin para el que hemos sido creados, conduciéndonos a la perdición. Así lo enseña León XIII en Libertas Praestantissimum (parágrafo 5):

El Doctor Angélico se ha ocupado con frecuencia de esta cuestión, y de sus exposiciones se puede concluir que la posibilidad de pecar no es una libertad, sino una esclavitud. Sobre las palabras de Cristo, nuestro Señor, el que comete pecado es siervo del pecado, escribe con agudeza: «Todo ser es lo que le conviene ser por su propia naturaleza. Por consiguiente, cuando es movido por un agente exterior, no obra por su propia naturaleza, sino por un impulso ajeno, lo cual es propio de un esclavo. Ahora bien: el hombre, por su propia naturaleza, es un ser racional. Por tanto, cuando obra según la razón, actúa en virtud de un impulso propio y de acuerdo con su naturaleza, en lo cual consiste precisamente la libertad; pero cuando peca, obra al margen de la razón, y actúa entonces lo mismo que si fuese movido por otro y estuviese sometido al dominio ajeno; y por esto, el que comete el pecado es siervo del pecado». Es lo que había visto con bastante claridad la filosofía antigua, especialmente los que enseñaban que sólo el sabio era libre, entendiendo por sabio, como es sabido, aquel que había aprendido a vivir según la naturaleza, es decir, de acuerdo con la moral y la virtud.

El mayor número de opiniones no garantiza la verdad ni el bien. La Ley Universal y Eterna, la Ley Moral Natural que tenemos inscrita en nuestra propia naturaleza, es la verdadera garantía que Dios nos da para poder vivir libres y con dignidad. Y todas las leyes que van contra la Ley de Dios son leyes inicuas a las que hay que desobedecer y combatir. Nada sin Dios. No me interesa ningún sistema político, ninguna filosofía ni ninguna ideología que renieguen de Dios y de su Ley Sagrada o que posterguen o subordinen la voluntad de Dios a la del hombre impío.

Seamos de Cristo, solo de Cristo. Solo Dios basta. 



[1] Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El lo ha dado a conocer. Jn 1, 18

 

20 comentarios

  
Luis Fernando
Doctrina católica para tiempos de apostasía, señores.
De eso va este artículo.
02/10/21 4:45 PM
  
José Díaz
Hay que ver, D.Pedro, cómo se empeña vd en ser política y eclesialmente incorrecto. Me recuerda vd a Uno que dijo que la verdad nos hace libres. Si sigue vd por ese camino, un día nos dirá que la Iglesia de Cristo 'est' la Iglesia católica. En fin, un abrazo y bendiciones. Felicidades, es un artículo magnífico. Sobre todo, CATÓLICO.
_____________________________________
Pedro L. Llera
Don José: el otro día le daba vueltas a esa famosa y tan comentada frase del Concilio que dice que la Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia Católica. Y visto desde el presente, creo que esa frase cobra toda su fuerza y su verdad y adquiere incluso un carácter profético: efectivamente la verdadera Iglesia de Cristo hoy subsiste - con muchas dificultades y persecuciones - dentro de la Iglesia Católica. Porque buena parte de la Iglesia Católica - la llamada Iglesia del Nuevo Paradigma - ya no es la Iglesia de Cristo: es la Iglesia de los liberales, de los adoradores de la Pachamama (ecologistas), cuyo mayor reto es el cambio climático y la salvación del planeta; de los modernistas, de los herejes y de los apóstatas; es la iglesia del Nuevo Orden Mundial; la Iglesia que apoya y suspira por los objetivos de Davos, por el Gran Reseteo y por los objetivos de la ONU. Y los que somos de Cristo seguimos y seguiremos dentro de la Iglesia Católica, aunque nos insulten, nos desprecien y nos humillen un día sí y otro también.
02/10/21 5:20 PM
  
Francisco de México
Don Pedro:

Obligado es que esté de acuerdo con Unamuno después de haber leído su post y ver el video recomendado.

Comparto la gran mayoría de sus conclusiones, algunas pocas no estoy seguro de entenderlas, porque me parece que el dios de la libertad humana es el "Yo", más que el "Estado Todopoderoso", pero la verdad, necesito un poco de tiempo para intentar comprender en su totalidad al post, Del inmortal Unamuno:

"Mira, amigo, cuando libres
al mundo tu pensamiento,
cuida que sea ante todo
denso, denso.

Y cuando sueltes la espita
que cierra tu sentimiento
que en tus cantos éste mane
denso, denso.

Y el vaso en que nos escancies
de tu sentir los anhelos,
de tu pensar los cuidados,
denso, denso.

Mira que es largo el camino
y corto, muy corto, el tiempo,
parar en cada posada
no podemos.

Dinos en pocas palabras,
y sin dejar el sendero,
lo más que decir se pueda,
denso, denso.

Con la hebra recia del ritmo
hebrosos queden tus versos,
sin grasa, con carne prieta,
densos, densos. "
02/10/21 7:18 PM
  
Nadie
Parece que nos empeñamos en dar manotazos de ahogados y olvidamos quien introdujo en la iglesia estás doctrinas y quien elevó los derechos humanos a "magisterio" de la iglesia...Juan Pablo II... No recuerdo ningún discurso, ni encíclica, ni documento de ninguno de nuestros papas "santos" postconciliares hablando del reinado social de Jesucristo. El influjo de Maritain, les arrebató la fe el reinado tal cual lo había entendido la iglesia hasta ellos.
02/10/21 7:40 PM
  
Luis López
No nos equivoquemos en los responsables de que el liberalismo haya destruido sociedades católicas.

Los Estados católicos fueron invitados a dejar de serlo tras el Concilio Vaticano II. Ahí comienza un camino de apostasía refrendado por ejemplo en los plebiscitos sobre el aborto de Irlanda (2018) o San Marino hace unos días.

León XIII, San Pío X, Pio XI o Pío XII se hubieran echado las manos a la cabeza. Pero esto es lo que hay.

02/10/21 10:18 PM
  
JSP
1. Quien sigue hoy día los postulados de Kant o es un zumbado o majara, o es igual que una vaca, que un animal, porque actúa sobre los "límites de su experiencia".
2. Todo lo que ha derivado de filosofías materialistas ha traido ruina y destrucción a la humanidad. Nominalismo, protestantismo, liberalismo, marxismo, 1789, 1917, ... ateísmo, transhumanismo, ...
3. Los negacionistas de Dios, del Logos encarnado, de la Razón encarnada, de la Sabiduría infinita, de la Palabra de Dios, del Verbo encarnado son buscadores permanentes de justificaciones de su maldad. 4. Solamente una razón humilde puede ser iluminada por la fe humana porque está abierta a una razón superior. En la literatura científica, no entro en materia de Religión, lo que una persona haya podido conseguir se debe a las aportaciones de otros que le precedieron. Isaac Newton (1643-1727) escribió esa frase en una carta a Robert Hooke en la que hacía mención a sus predecesores Copérnico, Galileo y Kepler aludiendo a los hombros de sus gigantes. La frase completa fue: “Si he visto más lejos es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes”.
5. Sin entrar en materia de Religión, ¿cómo conocemos la historia de la Humanidad? ¿cómo sabemos del Descubrimiento de Colón? ¿Cómo sabemos de la Revolución Francesa? ¿La experimentamos alguno de los presentes aquí y ahora?
6. Si en su tiempo le hubiese pedido 100 monedas prestadas a Kant y no se las devolviese por el fundamento de que no soy libre, ¿metafísico?, y no tengo ninguna responsabilidad, ¿qué me hubiese dicho Kant?
7. Entro en materia de Religión, sin entrar la armonía y el orden perfecto de la Creación por el que se conoce a Dios, ¿son las verdades de fe reveladas hechos históricos?
02/10/21 10:46 PM
  
Svernikovski
Coincido con lo expuesto por el autor del artículo. Cabe aclarar, no obstante, que los papas más recientes no alaban los derechos humanos con la intención de alabar la autodeterminación moral de los hombres, sino que lo que elogian es la parte de su contenido que coincide con la moral cristiana (que es bastante). Es evidente que los derechos humanos no son buenos por sí mismos, ni tienen valor en sí mismos, pero son buenos en la medida en que reflejan la moral cristiana (aunque no en los aspectos en los que no la reflejan, como por ejemplo, cuando ampara el indiferentismo religioso).
02/10/21 10:53 PM
  
Soledad
La gran tragedia que vivimos con los llamados "sistemas democráticos", y los entrecomillo porque realmente no lo son, es que son el ariete, el método infalible para cambiar sociedades, culturas y mentes. España es el ejemplo perfecto. Una sociedad que va por una pendiente descendente hacia los infiernos.

Es evidente que si tu retiras a Dios al ámbito privado, si lo arrinconas y al mismo tiempo haces una labor de zapa, en las mentes de las personas, se produce el resultado obtenido:Dios fuera y el mal dentro de la vida en común . Así vemos la cantidad de leyes aberrantes y tb como se van estableciendo conductas políticas y legales que van contra los tan cacareados "derechos humanos".
A día de hoy en las democracias occidentales hay una vulnerac ion manifiesta de los mismos

SI QUITAS LA VERDAD, NO DEJAS UN VACÍO, DEJAS ESPACIO PARA EL ERROR. Y SI AL HOMBRE LE QUITAS A DIOS, SOLO QUEDA EL, SU NATURALEZA Y LAS FUERZAS DEL MAL. Que puede salir mal!!

La táctica siempre es la misma. Se busca una causa justa o un bien a defender. Es imposible no adherirse a el. Se obtiene el mando. Se ma nipula y posteriormente se implementa lo deseado. Si Cristo está presente en la esfera pública, no sólo en la personal, esto supone un muro de contención. Por eso vemos los derrumbes de la sociedad occidental. Pero claro para eso hay que hacerse presente.

Para mi, el sistema democrático, entendido como hoy lo vemos en la práctica, es decir en su versión liberal, está y es un medio de corrupción manifiesto.
Sin entrar en polémicas, no es mi intención, pero creo que es muy clarificador, tenemos el tema del Covid, en estos meses se han conculcado muchísimos derechos, e incluso sectores liberales de la prensa y políticos van a la vanguardia de las posiciones más estrictas. Es para parar y pensar en que punto nos encontramos.

Sobre la táctica de presentar un bien, al que nos adherimos, sin pensar nada más, tenemos la Agenda 2030.Sus objetivos son asumíbles. Quien no está de acuerdo con erradicar el hambre, conseguir la expansión de los derechos a la salud, pero la filosofía y la letra pequeña para implementarla no. Eso no está a la vista general, se oculta tb deliberadamente.Aquí se hace no política nacional, sino global. Cuantos son consciente de ello?

La misma iglesia, no todos, han asumido por una parte el repliegue de la presencia de la misma en el ámbito público, y por otra la alabanza al sistema, como
si este fuera el único posible, deseable en la articulación política. Se dice "es el mejor sistema". Bueno, a mi esto me recuerda la "astucia" de los malos, estos siempre van por delante,y la realidad muestra que estos llevan siempre la delantera. En otro sistema la responsabilidad personal es menor, aquí "supuestamente" nosotros estamos al mando.

España es un claro ejemplo. Estamos en ka punta de lanza de las leyes más abominables, en la manipulación más descarada y en la CONSTATACION de un pueblo sin criterio, no es madurez, como se nos dice, es comodidad y egoísmo:si a mi no me afecta. Chispum, en mi sofá.

A veces me pregunto, que nos dirá Dios en el juicio final, cuando nos pregunte que hemos hecho con los talentos, como hemos dejado que la sociedad española haya llegado al punto en el que estamos.........

......
Cristo a desaparecido de la esfera pública, porque así lo hemos querido, es como percibo esto.Muchos pecados de omisión a nuestras espaldas.

En mi tierra los caminos estaban llenos de cruceiros, CONSTATACION visible de lo que había en la mente y alma de nuestros antepasados. Espacio público ocupado por cruces.


El comentario es de perogrullo, perdonad si digo lo evidente, porque hoy por hoy hemos perdido no sólo sentido común, sino sentido sobrenatural dentro de la propia iglesia.
Y no se trata de imponer. Se trata de dar pasos adelante y no para atrás. Y para atrás se ha ido y se va casi siempre. Porque?. Falta de fe.

D. Pedro:
disculpas por la extensión. Casi es más extenso, o lo es, que el artículo.
03/10/21 10:35 AM
  
José Díaz
No diré yo que la defensa de los denominados derechos humanos en la Iglesia por los últimos Papas haya estado desgajada de su entroncamiento en la dignidad recibida de Dios. Sin embargo, sí es llamativa la ausencia en el Magisterio desde los años sesenta de la predicación del reinado social de Cristo. Además, tengo la impresión -no lo afirmo, es sólo una impresión- de que la reforma del calendario litúrgico privó a la celebración litúrgica de la solemnidad de Cristo Rey de ese contenido social que tenía cuando fue instituida por Pío XI, y la ha reducido a su significación esjatológica, como diría Castellani. Y claro, si nos olvidamos de que todas las cosas, del cielo y de la tierra -'sicut in caelo et in terra- tienen que reconocer la soberanía de Jesucristo, el resultado no puede ser otro que la entronización del hombre, del caído caído, pero cuya caída no se reconoce. Y eso termina siendo la aceptación por la Iglesia de la democracia, entendida primordialmente como fundamento de gobierno, de acuerdo con la clásica distinción de nuestros pensadores tradicionalistas. Esta democracia se convierte en demoniocracia.
03/10/21 3:08 PM
  
juvenal
Bueno, aquí en España, una celebre periodista que se dice católica y es una de las estrellas de la COPE, tiene como lema de su cuenta de twitter "Amo la libertad por encima de todo"
03/10/21 3:09 PM
  
Jorge Alberto
Excelente. La apostasía (san Pablo) va engendrando el reino de la bestia (san Juan). Progresivamente, hasta que el Otro pida ser adorado.
03/10/21 7:33 PM
  
Mariano
Gracias por su artículo. Ciertamente solo Dios basta. Hay cosas positivas en la Constitución, por ejemplo regula el derecho a la vida, pero otras leyes de menor rango lo han cercenado. En este aspecto la Constitución tenía cosas positivas que los políticos y los diputados en su mayoría no han respetado y sin embargo ellos pretenden que se les respete mientras que no respetan ni a Dios ni a la Constitución. Toda ley que pretende oponerse a la voluntad de Dios no debe ser obedecida.
03/10/21 10:00 PM
  
Vicente
una cosa tan frágil como la democracia no puede ser religión de nada de ni nadie...........
04/10/21 12:14 AM
  
Miguel Hinojosa
"Según estos principios, los liberales se quitan a Dios de en medio (separación Iglesia-Estado) y establecen que no hay más leyes legítimas que las que provienen de la soberanía popular, de la voluntad del pueblo: el hombre es soberano para legislar sobre sí mismo como le parezca"

Curiosas estas leyes que favorecen a los ricos y poderosos y que diferentes de las de Dios que se fija en el pobre, en el huérfano, la viida, el oprimido.

¿Será por ello que están en contra de la religión y la fe católica?.
04/10/21 1:12 PM
  
Oscar
"De nada valen, pues las actuaciones parciales, ni las agrupaciones políticas que se quedan a medias, en un imposible intento de parchar lo que está completamente podrido. De nada vale la selección de principios irrenunciables, las laicidades positivas, los patriotismos democráticos, las democracias cristianas, ni los partidos moderados o conservadores, ni los movimientos apolíticos pro-familia y antiabortistas. Hasta las reacciones de grandes países, que recientemente parecen retornar al orden natural y al decálogos, atrapadas en prejuicios religiosos de propia cosecha, se quedan cortas y ensimismadas en sus tradiciones parciales. Solo puede hallarse la fuente de vitalidad que espera nuestra época en el lugar de donde han salido todas esas resistencias parciales, es decir en el orden natural, que avizoraron los sabios paganos y fue acogido y rectificado por la Iglesia de Cristo"
"La sociedad tradicional y sus enemigos" Jose Miguel Gambra
¿ha leído este libro?
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Pedro L. Llera
He leído ese libro, en efecto. Y estoy de acuerdo con Gambra: el sistema está completamente podrido y las democracias cristianas y los principios no negociables y las laicidades positivas o los partidos conservadores no sirven de nada.
La moral autónoma del hombre es un desastre. La naturaleza del hombre está caída por el pecado original y por muy mayor de edad que se quiera que sea el ser humano y por mucho que hablemos de responsabilidad, al final, sin la gracia de Dios, no somos sino pecado y corrupción. Cualquier sistema político que prescinda del pecado original y de la necesidad de la gracia está condenado al fracaso.
Nada sin Dios, porque sin Él no podemos nada.
04/10/21 1:28 PM
  
Ramón montaud
El cambio climático pone en duda muchas de las ideas enumeradas. Los derechos humanos y las constituciones no solo ahora tienen Limites humanos sino que hay que contar con la Naturaleza, que bien por evolución se ha impuesto leyes o bien hay un Dios creador ,personal , y trascendente a lo creado el que ha impuesto leyes.(las élites prefieren la primera opción) El hombre de haberse creído dios vuelve a pensar, a reverenciar y adorar no a alguien sino a algo.( Al que habrá que sacrificar riqueza y aumentara el nivel de pobreza)
Desde luego el cambio climático, puede ser percibido por el entendimiento y experiencia
La declaración Universal de los derechos del hombre del año 1948 se dio gracias a las barbaridades cometidas en la Segunda Guerra Mundial.
04/10/21 5:40 PM
  
Vicente
Los cristianos tenemos miedo de serlo en la vida pública.
04/10/21 9:40 PM
  
Centurión Cornelio
Es que la democracia es una ideología que luego se lleva a la práctica.
No es comparable a la monarquía, donde el soberano rige según unos principios fundamentales que él no puede cambiar, ni a la tiranía, donde el tirano hace su capricho (bueno o malo), sin rendir cuentas.
La democracia era una ideología con Pericles y lo es hoy en día (con mucho más "soporte" ideológico detrás, como la moral autónoma de Kant).
El enemigo de la democracia es la excelencia, es el gobierno de la cantidad contra la calidad. La cantidad mayor de cualquier estado siempre serán los ignorantes sobre los sabios. Se trata de fomentar lo primero y reprimir lo segundo.
La tesis es que la democracia es incompatible con el cristianismo; no es mi tesis que la democracia se aplica mal (lo mismo dicen muchos comunistas de Stalin, que los principios eran buenos y el malo era él).
Hay por internet alguna conferencia de Gustavo Bueno sobre el fundamentalismo democrático muy interesante, y ya puestos hay un libro de un inglés que me sorprendió mucho por lo bien escrito y estructurado que está, "Causas sagradas" de Michael Burleigh.
05/10/21 9:08 AM
  
Martín S.
Escribiendo desde mi ignorancia,de mi incultura,de mi poco entender teológico y en fin,de mi escasa formación educativa; creo que su articulo,ha reflejado el sentir y el pensamiento de todo cristisno,con su fe viva, puesta en Dios.


¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!
05/10/21 9:40 PM
  
Thomas Hennigan
Estamos en una época de la hegemonía del sentimentalismo, que en el fondo es el Modernismo que San Pío X describió magistralmente en su Pascendi. ¿Queda algún obispo que afirmaría alguna parte de esa gran encíclica? Además de Kant, que por más brillante lo consideran muchos, cayó en el escepticismo igual que Hume. A mí también me llama la atención que no pocos obispos salgan a defender la actual constitución que fue compuesta en una Logia Masónica. ¿Esos obispos citan alguna vez a Santo Tomás de Aquino?
07/10/21 4:21 PM

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