InfoCatólica / Santiago de Gobiendes / Archivos para: Febrero 2023

26.02.23

Las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique, yo y mis circunstancias

La primera obra maestra del literatura española tiene a Jorge Manrique como autor. Se trata de las Coplas a la muerte de su padre

Esta obra no solo es una magnífica elegía por la muerte del Maestre don Rodrigo Manrique: es un verdadero compendio de la filosofía, de la cosmovisión y la antropología cristianas.

Algunos se empeñan en ver en esta obra maestra un anticipo del antropocentrismo renacentista. Nada más falso. Nada de antropocentrismo ni de humanismo: es teocentrimo, es Cristiandad pura y dura. 

Si pinchan el enlace que les dejo aquí debajo, podrán disfrutar de las inmortales coplas de Manrique. No tienen desperdicio. Son magistrales en la forma y en el fondo. Es una obra maestra que jamás pasará de moda porque habla del sentido de la vida y de la muerte; habla de Dios y habla de nosotros mismos. 

Con que lean las Coplas, me daría por satisfecho. El resto es mi glosa personal a partir del poema manriqueño. Esa parte es innecesaria. Esa glosa es la reflexión que a mí me suscitan las Coplas en mi tiempo y en mis circunstancias. Si algo bueno les aporta, fenomenal. Pero lo importante es leer las Coplas de don Jorge Manrique. Disfrúten de ellas. Pinchen el enlace:

Coplas a la muerte de su padre


Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer;
cómo después de acordado
da dolor;
cómo a nuestro parecer
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

¡Despierta! ¡Espabila!

La vida pasa deprisa y la muerte llega cuando menos te lo esperes. Lo bueno pasa muy rápido y siempre parece que lo que pasó es mejor que lo que vivimos en el presente o lo que nos quede por pasar. Que nadie se engañe: si tenemos la sensación de que los años que hemos vivido han pasado muy deprisa, caigamos en la cuenta de que lo que nos quede por vivir pasará igual de rápido. El tiempo pasa volando. Tempus fugit.

Leer más... »

22.02.23

Berceo: De María Nunquam Satis!

Berceo, el primer escritor español de nombre conocido, escribe en el siglo XIII Los Milagros de Nuestra Señora con una clara intención: mostrarnos la importancia de la devoción a la Virgen María para nuestra salvación: María, Auxilio de los Cristianos, Puerta del Cielo, Virgen concebida sin pecado original, Madre del Salvador, Madre de la Iglesia, Madre de Dios y Madre Nuestra. 

La preocupación del Maestro Gonzalo de Berceo es la salvación de las almas. Y sabe que el amor y la devoción a la Santísima Virgen María es señal de predestinación. 

«Es muy constante entre los fieles la opinión, comprobada con larga experiencia, de que no perecerán eternamente los que tengan a la misma Virgen por Patrona» (Benedicto XV; Carta Apostólica Intersoladicia).

El Papa Pío XI claramente dejó escrito: «No puede sucumbir eternamente aquel a quien asistiere la Santísima Virgen, principalmente en el crítico momento de la muerte. Esta es la sentencia de los doctores de la Iglesia, de acuerdo con el sentir del pueblo cristiano» (Const. Apostólica Explorata res est).

El Papa Pío XII dice: «Tenemos por cosa averiguada que, doquiera que la Santísima Madre de Dios es obsequiada con sincera y diligente piedad, allí no puede fallar la esperanza de la salvación» (Const. Apost. Sacro vergente anno).

En los primeros siglos San Ireneo afirma: «María ha sido constituida causa de salvación para todo el género humano» (Adversus haereses, 3,22).

San Anselmo escribía: «Así como es imposible que se salve quien no es devoto de María, ni implora su protección, así es imposible que se condenen los que se encomiendan a la Virgen y son mirados por Ella con amor» (Opus, PL. 145, 163).

María, Corredentora, Madre de la Esperanza. Ya San Bernardo de Claraval, en el siglo XII, no dudará en escribir:  De María nunquam satis! De la Virgen, nunca será suficiente lo que digamos, nunca la elogiaremos bastante. María es ejemplo consumado de santidad: es la Llena de Gracia, dechado de caridad y de humildad.

Leer más... »

18.02.23

Cantar de Mio Cid: el Honor y la Honra

Me dispongo a comenzar una antología de textos literarios que me parecen imprescindibles y que hoy están abandonados en nuestras escuelas e institutos. Los clásicos son despreciados porque no se entienden. Hemos roto con nuestra tradición cultural porque los nihilistas postmodernos hodiernos considera que el mundo ha empezado con ellos. Sufrimos un adanismo perverso que desprecia la historia y el arte del pasado y creen que solo lo último es lo bueno. Y así se creen que el pensamiento, la literatura o el arte comenzarán con ellos. Cualquier día descubrirán el Mediterráneo o las leyes de la termodinámica. 

Hay un culto a la ignorancia, a la mediocridad, a la pereza. Y todo lo que signifique leer, escribir o estudiar suena a fascismo rancio. Han cambiado el mérito por la subvención y la beca por no hacer nada ni saber nada ni valer para nada. El modelo es el «nini» del aprobado general y la paguita básica universal, el okupa y el sinvergüenza maleducado sin oficio ni beneficio; el vago y el maleante. Y así nos va.

La llamada «crisis de valores» es en realidad una crisis de fe y de educación. 

Los textos que ahora empiezo a publicar y a glosar les sonarán a los alumnos que han pasado por mis clases en los últimos treinta años. A ellos se los dedico, con todo el amor que ellos saben que les tuve y que les sigo teniendo, poque mis niños son como hijos que Dios ha puesto en el camino de mi vida para que los ame y los eduque. Y Dios sabe que, a pesar de todos mis pecado y mis limitaciones, lo he intentado hacer de todo corazón. Yo he tratado de llevarlos a Cristo, que es el verdadero y único Maestro, para que se salven y sean felices en este mundo y en la vida eterna. A eso me llamó el Señor y así he tratado de vivir y de enseñar hasta el día de hoy y mientras Dios quiera.


Cantar de Mio Cid: el honor y la honra

De grado le albergarían,    mas ninguno se arriesgaba:
que el rey don Alfonso al Cid    le tenía grande saña.
Antes de la noche, a Burgos   llegó aquella real carta
con severas prevenciones    y fuertemente sellada:
que a mío Cid Ruy Díaz     nadie le diese posada,
y si alguno se la diese    supiera qué le esperaba:
que perdería sus bienes   y los ojos de la cara,
y que además perdería    salvación de cuerpo y alma.
Gran dolor tenían todos    aquellas gentes cristianas;
se escondían de mio Cid,   no osaban decirle nada.
El Campeador, entonces,   se dirigió a su posada;
así que llegó a la puerta,   encontrósela cerrada;
por temor al rey Alfonso   acordaron el cerrarla,
tal que si no la rompiesen,   no se abriría por nada.
Los que van con mío Cid     con grandes voces llamaban,
mas los que dentro vivían     no respondían palabra.
Aguijó, entonces, mío Cid,   hasta la puerta llegaba;
sacó el pie de la estribera    y en la puerta golpeaba,
mas no se abría la puerta     que estaba muy bien cerrada.
Una niña de nueve años    frente a mio Cid se para:
«Cid Campeador, que en buena   hora ceñisteis la espada,
sabed que el rey lo ha vedado,   anoche llegó su carta
con severas prevenciones    y fuertemente sellada.
No nos atrevemos a     daros asilo por nada,
porque si no perderíamos     nuestras haciendas y casas,
y hasta podía costamos     los ojos de nuestras caras.
¡Oh buen Cid!, en nuestro mal     no habíais de ganar nada;
que el Creador os proteja,    Cid, con sus virtudes santas.»
Esto la niña le dijo     y se volvió hacia su casa.
Ya vio el Cid que de su rey    no podía esperar gracia.
Partió de la puerta, entonces,   por la ciudad aguijaba,
llega hasta Santa María,   y a su puerta descabalga;
las rodillas hincó en tierra    y de corazón rezaba.
Cuando acaba su oración,    de nuevo mío Cid cabalga.

Empieza el Cantar de Mio Cid con el destierro del héroe, acusado, falsa e injustamente, de corrupción: de haber robado parte de los impuestos que había recaudado para el Rey. Se trata de un delito muy español que se perpetúa a lo largo de los siglos, cual castigo bíblico. Aquí no hay pan para tanto chorizo.

Leer más... »

15.02.23

No te tires por la ventana

Dice el Cardenal Omella que prefiere equivocarse con la Iglesia que acertar fuera de ella. Equivocarse, dentro de la Iglesia o fuera de ella, es caer en el error. Y el error nunca es bueno. ¿Qué quiere decir su Eminencia? ¿Que prefiere equivocarse con los obispos herejes de Alemania que hacer frente a sus errores? ¿Prefiere la doctrina de James Martin sj que la doctrina católica de siempre? ¿O quiere decir lo contrario? Debería explicar mejor eso de equivocarse dentro de la Iglesia. A mí, por lo menos, no me queda nada claro.

El hombre no tiene derecho al error ni al pecado. Dentro de la Iglesia se equivocaron todos los herejes que en el mundo han sido, desde Arrio hasta Lutero. Las herejías siempre se dan dentro de la Iglesia y suponen pecados mortales graves. 

«Equivocarse» es tomar desacertadamente algo por cierto o adecuado.

Y «equivocar» es hacer que alguien tome por cierto algo que no lo es.

Si un pastor toma por cierto un camino que conduce a su grey a un despeñadero, su equivocación puede resultar trágica. Y un obispo tiene la obligación de llevar a su rebaño a Cristo: no al demonio. Y si se equivoca, hay miles o millones de almas en peligro de condenación eterna. 

Leer más... »

11.02.23

España Apesta

Cuando el Señor vio qué grande era la maldad del hombre en la tierra y cómo todos los designios que forjaba su mente tendían constantemente al mal, se arrepintió de haber hecho al hombre sobre la tierra y sintió pesar en su corazón. Génesis 6.

En el último artículo arremetía contra los curas, obispos y cardenales que no creen en Dios. Ellos son los máximos responsables de la demolición de la Iglesia que está ocurriendo ante nuestros ojos atónitos.

Pero tenemos el clero que nos merecemos. Ni más ni menos. Y los políticos que nos merecemos. El Tribunal Constitucional acaba de avalar la ley del aborto, ante el regocijo de más de media España, incluido el señor Feijoo, presidente del Partido Popular. Y mientras tanto, la COPE y 13 TV siguen haciendo propaganda de ese partido abortista y defendiendo apasionadamente la democracia y la Constitución. No pienso aportar ni un euro para financiar a toda esta gentuza. Conmigo que no cuenten.

La otrora España católica ha apostatado. Se ha rebelado contra Dios, se ha apartado de Él y los españoles han decidido comer del árbol del bien y del mal para ser como Dios.

Leer más... »