Por qué somos como somos: un curso pastoral intolerable


Ha comenzado en la Facultad de Teología de Catalunya el Curso Pastoral de preparación al Ministerio, al que deben acudir aquellos seminaristas que, concluidos los cursos institucionales, han sido ordenados recientemente diáconos o se encuentran a las puertas, en la llamada etapa pastoral, destinados en alguna parroquia. Todo ello no tendría más interés ni supondría ningún contratiempo si los cursos no estuvieran diseñados e impartidos por un conjunto de sacerdotes y laicos, todos ellos casi sin excepción, rabiosos militantes del progresismo eclesial.

Resumiendo breve y corto: un conjunto de sacerdotes aseglarados y algunos de sus retoños laicos enchufados, que no sólo desentonan ante unos asistentes que no respaldan la labor desmitificadora y destructiva a la que estos otros viven dedicados, sino a los que causan estupor y escándalo con sus propuestas.

Personajes mayoritariamente provenientes del C.E.P. con sus malsanas teorías sobre las estructuras de la Iglesia Local y las parroquias, como su director Mn. José Maria Domingo y el “reverendo” eco-socialista Joaquim Cervera con alpargatas de payés, greñas sesentayocheras y zurrón estilo “me cascan los grises”. Ambos obsesionados con aleccionar al respetable público con las ideas contenidas en el texto “Un nouveau visage pour l´Eglise” del destructivo obispo de Poitiers Albert Rouet, casi una antigualla en el conjunto del actual episcopado francés.

Allí tenemos a nuestro “insigne amigo” liturgista del CPL, el gerundense canónigo Baburés, el del altar-Kaaba y el círculo cerrado de obispos celebrantes en la ordenación de Pardo del 19 de octubre (“La comunidad hermético-circular del anillo” llamaron algunos…)

Al Padre Rambla hablando de espiritualidad. Al abogado de las absoluciones colectivas, Mn. Enric Termes impartiendo Catequética y criticando continuamente a Roma por los decretos y directorios que nos hace llegar en cualquier ámbito de celebración sacramental.

Y finalmente el “cursi-llepa-manaire” de Turull impartiendo Praxis Pastoral es decir economía, secretaría y recursos. ¡Apaga y vámonos, Manolo!

¡Después dicen que somos como somos! ¡Pero si es que no tenemos más remedio!

No podemos quedarnos de brazos cruzados ante el escándalo y el daño moral causado a nuestros futuros sacerdotes.

Este Curso Pastoral de Preparación al Ministerio es una ofensa que clama al cielo.

Pero no permaneceremos pasivos ni nos conformaremos con la actual denuncia informativa. Hemos puesto manos a la obra y ninguno de los cursos impartidos y las barbaridades enseñadas quedarán impunes.

Cada una de las “boutades” de esos docentes será presentada a la Sagrada Congregación para la Educación Católica para su examen acompañada de la correspondiente denuncia. Un grupo de laicos ya trabaja en ello.

Gracias a Dios, no nos faltan manos. Cada día que pasa, Germinans se consolida enriqueciéndose con nuevos amigos y colaboradores, dispuestos a arrimar el hombro en esta misión de poner freno a la destrucción de la Iglesia en Barcelona y Cataluña y a construir y afianzar con amor y perseverancia la Iglesia de Jesucristo en estrecha comunión de afecto y fidelidad con el magisterio del Papa y la Santa Sede.

Santa Sede que algunos, aún siendo cardenales, y nos referimos a Sistach (por si no quedaba claro) piensan gobernar como el corral de su casa, rogando a Mons. Giovanni Lajolo, gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano, que comprometa al Sr. Marco Lucani, laico responsable de la Oficina de Sistemas Informáticos, a ponerse a la busca y captura de los ordenadores y de los “monseñores minutantes” que desde los despachos de las Congregaciones acceden a Germinans, dando pábulo a nuestras “mentiras y bulos” e ínfulas a ese “grupo de indeseables de Germinans” (relata referimos). Tal cual. Y es que en esta semana las entradas desde el Vaticano se han multiplicado vertiginosamente. Como todas en general.

Creemos que el Cardenal Sistach no tiene una autentica conciencia de la proporción de nuestra lucha y del empeño con que hemos comprometido nuestras vidas.

¡Ojalá alguien le introduzca en la autentica perspectiva de la realidad! Accediendo a ella se ahorrará disgustos y pesadillas. Es lo que deseamos para bien de nuestra Iglesia y tranquilidad suya. Todo podría discurrir por senderos más pacíficos y más provechosos. Está en su mano. Nosotros, aunque nos urge apostólicamente, no tenemos prisa. Tenemos entre 30 y 40 años menos que él. El tiempo juega a nuestro favor. La ilusión por conseguirlo también.

Y a él, es muy triste contemplarlo, se le ve más pesimista y negativo. Aunque intente camuflarlo con la sonrisa. La mirada lánguida y opaca no engaña. Y no es el cansancio. Es el hastío… ¡Qué pena!

El Directorio

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