Jóvenes adoradores en el Tibidabo



Éste pasado sábado participé en la Vigilia extraordinaria de Cristo Rey en el templo expiatorio del Tibidabo, que fue presidida por Don José Ángel Saiz Meneses, obispo de Terrassa. ¡Qué cómodo se siente el obispo egarense en este tipo de celebraciones y que cómodos se sienten esos fieles piadosos con obispos como él! Por eso la presencia allí del obispo Godayol me pareció inicialmente incomprensible, pero luego comprendí que era lógico que estuviera, ya que él vive en ese recinto.

En esta solemne Vigilia se impusieron los distintivos a aquellos adoradores veteranos y a los que se incorporaban este año en la 49ª promoción.

En nuestra tan secularizada Barcelona, no faltan nuevos adoradores y muchos de ellos jóvenes. Esos jóvenes que brillan por su ausencia en los movimientos juveniles promocionados por nuestro delegado, el Rvdo. Toni Román, o “congelados” como el MUEC, el movimiento en el que puso todo su empeño el episcopable Salvador Pié. Esos jóvenes ausentes en la mayoría de nuestras parroquias, donde unas personas que se llaman sacerdotes han intentado inculcarles que devociones como la del Sagrado Corazón son cosas del pasado y hasta casi supersticiones. Pero a pesar de ello, mientras tantas iniciativas del “progresismo eclesial catalán” se mueren o están en vías de extinción, en el Tibidabo pueden verse jóvenes adoradores, a quienes no importa pasarse las noches enteras de un sábado al mes adorando al Señor.

Pero estos jóvenes adoradores parece que no cuentan para n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach, a pesar de que el tema de juventud es uno de los prioritarios de ese Plan Pastoral que nadie más que él sigue en la diócesis. Como acostumbra a hacer en estos casos nuestro arzobispo con una vez que haya ido ya tiene bastante para el resto de su pontificado.

Tampoco cuentan para nuestro delegado de Juventud, el Rvdo. Toni Román, que incomprensiblemente ha sido renovado por nuestro cardenal en el cargo después de demostrar que no vale para ello, y al que nunca se le verá en una iniciativa de este tipo, y así le van las cosas, con esos pocos jóvenes que mueve su delegación. ¿Cómo una persona como él puede animar a los jóvenes de Barcelona a que vayan a ver al Santo Padre en el próximo encuentro mundial de la juventud de Madrid, si es el primero al que le repatea este tipo de encuentros?

Tampoco cuentan para nuestro rector del Seminario, el Rvdo. Josep Maria Turull, a pesar de que difícilmente se encontrará otro sitio donde hayan personas con tanto amor a la eucaristía como para dar su vida en el ministerio sacerdotal, pero claro tiene tantas ocupaciones y encargos personales de nuestro arzobispo que no tiene tiempo, y aunque lo tuviera tampoco iría a buscar vocaciones a un sitio así.

Una lástima, pero el Sagrado Corazón de Jesús que preside nuestra ciudad de Barcelona, seguro que se llenó de gozo aquella noche.

Antoninus Pius

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