¿Sabe Tià donde se mete?


El nombramiento de Sebastià Taltavull como obispo auxiliar de Barcelona es cosa hecha. La demora en hacerse público solo obedece a la siempre enigmática conjunción de los tiempos romanos con los del Nuncio; aunque, esta vez, también va a tener su incidencia el estado de salud de nuestro querido obispo Carrera (el obispo amigo de Germinans, como nos contaba ayer Prudentius de Barcino). Por tanto, aún puede tardar semanas, incluso meses, pero “està dat i beneït”. Sistach lo ha pactado con la Congregación de obispos y con los Cardenales Rouco y Cañizares. Los sectores progremente correctos ya lo saben e incluso han obedecido sin rechistar las órdenes de recibir con los brazos abiertos al nuevo obispo de Lérida, que bastante ha tenido que ver con el nombramiento de Taltavull, aunque haya manifestado con una claridad meridiana que no va a mover un dedo para que los bienes de la Franja se queden en Lérida. Tanta tabarra con los dichosos bienes y ahora se los tragan por un Taltavull de auxiliar.

Pero hay una cosa que sí me preocupa: ¿Sabe Tià Taltavull donde se mete? ¿Es consciente que va a ser un auxiliar honorífico? ¿Creé que Sistach va a delegar en él alguna otra función, que no sea la meramente protocolaria? ¿Le han avisado qué se va a hartar a confirmar? ¿Alguien le ha dicho que ni siquiera va a tener poder territorial delimitado, como tenían los auxiliares del cardenal Carles? ¿Le han contado como acabó de los nervios el anterior Secretario, Robert Baró? ¿Intuye que solo es auxiliar, porque Sistach no quiere ser menos que sus predecesores o que los arzobispos de Madrid y Valencia? Además, tampoco va a resultar su nombramiento un trampolín para ascender en nuevas diócesis catalanas. El relevo de Traserra, que se produce el año que viene, le pilla muy cerca y el relevo de Sistach, una vez agotadas las prórrogas que seguro obtendrá, va a derivar en una batalla por la sucesión entre Vives y Saiz Meneses. Salvo sustituir a Piris en Lérida, de aquí unos siete años cuando se jubile, no se atisba otra promoción. Los demás obispos (Pujol, Salinas, Cortés, Pardo) son más o menos de su misma quinta. Es decir, puede tener la completa seguridad de ser un vasallo de Sistach hasta que éste se retire.

Y –prevengámonos- Sistach no permanecerá jubilado con la misma discreción que el Cardenal Carles; ni tan siquiera en el encomiable segundo plano en que se puso voluntariamente el Cardenal Jubany. No. Sistach conoce a demasiada gente, es muy de aquí y, aunque retirado, será un auténtico poder fáctico.

Taltavull cree que conoce mucho Barcelona, por los tiempos pasados en el Secretariat Interdiocesà de Catequesis, pero, aunque se sienta querido, nunca será uno de aquí. Será el de Menorca. El que vino porque en Roma no aceptaron a Turull. Llevará ese hierro candente, como marca, para siempre y encima tendrá que ejercer de fiel siervo de Sistach, sin gozar de la eficacia aduladora y sumisa del actual rector del Seminario.

No tendrá, en su consecuencia, un papel de lucimiento. Será obispo, eso sí, aunque auxiliar de Sistach, que será un cargo muy, muy, muy auxiliar. Por eso le pregunto ¿Sabe donde se mete? ¿Sabe lo que le espera? Que vos sois mucho más que Turull, para acabar de comparsa.

Oriolt

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