Don Josep, permítame un consejo

Dirijo estas palabras a Josep Miró, recientemente nombrado por Benedicto XVI como miembro del Pontificio Consejo para los Laicos.

Don Josep, la lectura del artículo que publicó en su blog el pasado miércoles me ha dejado preocupado. No tanto por el contenido concreto sino por lo que subyace en el fondo. Me explicaré. Usted fue miembro destacado de CiU e incluso conseller de la Generalitat. Por tanto, es lógico que su ideario político sea el nacionalista. Y está en su perfecto derecho, faltaría más.

Habiendo dedicado una parte importante de su vida a ser político profesional, lo normal es que le siga picando el gusanillo. Pero créame que si hoy es usted un referente para la Iglesia no es precisamente por lo que hizo como político. E-cristians y Forum Libertas no son la obra de un político sino de un hombre de fe. Un hombre sobre quien el Papa ha depositado su total confianza. Y no es de extrañar, ya que en los últimos años se ha caracterizado por alzar las banderas de la implicación de los cristianos en la sociedad, de la defensa de la familia y de la vida. Su labor ha sido encomiable y estoy seguro de que lo seguirá siendo. Pero por eso mismo, debería de plantearse si es prudente el que baje de nuevo a la arena política en cosas tan concretas como las que plantea en su artículo.

Como miembro del Pontificio Consejo para los Laicos, debería de evitar que sus posicionamientos políticos sobre temas que no afectan a aspectos fundamentales de la fe y moral cristianas, sean motivo de discrepancia con otros fieles católicos. Usted no es sacerdote ni obispo y por tanto no tiene la obligación de limitarse, como ellos, al emitir juicios políticos. Pero qué bien nos haría a todos si se autolimitara voluntariamente. Pruebe a hacerse la siguiente pregunta: ¿habría sido prudente que yo escribiera ese artículo si fuera “monseñor”? Seguramente la respuesta es no. Pues aunque no sea monseñor, haga como si lo fuera. Ser miembro de un Consejo Pontificio no es cualquier cosa. Le supone un plus de responsabilidad ante la Iglesia y ante el mundo.

Además, usted sabe muy bien que los partidos políticos con representación parlamentaria en España no tienen en sus agendas la defensa de los valores que usted más ha defendido en los últimos años. Y esos valores, no si Pepito pacta con Arturito a cambio de tal o cual prebenda o derecho, son los más importantes. Mientras en España, y de paso en Cataluña, no haya un partido fuerte capaz de defender los derechos de los no nacidos o de defender a la verdadera familia, lo demás es absolutamente accesorio.

Sea usted, don Josep, la voz de todos los laicos y no de los que son favorables a una opción política concreta. Si quiere usted hacerse presente en el debate interno de un partido, que sea por las cuestiones a las que ha dedicado su vida en los últimos años. Son las que merecen la pena. Son las que necesitan de la movilización del laicado. Son las que le han puesto a usted en el lugar que está. No se dedique a las polémicas entre nacionalismos de uno u otro signo. No desande el camino que ha recorrido desde que fundó e-cristians. Dedíquese a las polémicas entre los que defienden la cultura de la muerte y los que defendemos la cultura de la vida. Prosiga hasta la meta.

Patianus

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