¡Viva Rey! ¡Viva la Castille!
No se asuste ese enjambre de curas republicanos y profundamente “anti-castellanos” que tenemos en Cataluña. No estoy haciendo un acto de adhesión a la Corona. Ni de fidelidad a los fueros de Castilla cual insurrecto comunero del siglo XVI en pie de guerra. No es esta la batalla de Villalar. Es la batalla del presente y del futuro de la Iglesia en el siglo XXI. Se trata de vítores llenos de admiración y gratitud a Mons. Dominique Rey, obispo de Frejus- Toulon.
A su venerable predecesor el ye emérito Mons. Joseph Madec, que bien le labró el campo y le sembró esa cosecha. Y a Mons. Marc Aillet, recien estrenadito obispo de Bayona, en el País Vasco francés. Los tres son concelebrantes en esta ceremonia de Ordenaciones del domingo 27 de junio: 13 presbíteros, 21 diáconos, 5000 fieles que les acompañan con su oración y sus cánticos en la explanada del Seminario de La Castille. ¡El mayor número de ordenaciones sacerdotales en esa diócesis desde 1939! ¿Y que hace allí Mons. Aillet? Pues es que Aillet fue Vicario General de Mons. Rey, esa es su casa, está con los suyos, allí va a prender y a animarse porque este año pasado tuvo un seminarista allí, porque La Castille es un lugar seguro, y ahora con cuatro más va a reabrir el Seminario Mayor de Bayona.


Con decreto de fecha 21 de junio del presente, nuestro n.s.b.a. Cardenal Arzobispo, escuchadas las súplicas del pueblo fiel del barrio de Collblanch y consultados los pertinentes Vicarios Episcopales ha tenido a bien conceder el traslado pastoral a nuestro insigne amigo Mn. Joaquim Brustenga, capitoste de la “Unió Sacerdotal de Barcelona” hasta la parroquia de Santa Magdalena en el populoso barrio de Les Roquetes en Barcelona. 

Mn. Josep Maria Turull
Cuenta el Dr. Corts en su artículo “La visita apostòlica de 1928 del nunci Tedeschini a Barcelona” en la colección Analecta Sacra Tarraconensia, que el entonces Obispo de Barcelona Dr. Miralles en aquella ocasión hizo desfilar por Palacio a lo más selecto de la vida diocesana barcelonesa: una representación variada del clero local, prohombres y miembros de todas las instituciones diocesanas, cuadros intermedios de las organizaciones apostólicas de Barcelona, incluso miembros de institutos religiosos aquí nacidos o arraigados. En una palabra un autentico desfile de diocesaneidad, con la intención de dar a conocer al nuncio Tedeschini y a la Santa Sede, la auténtica realidad de una Iglesia local de gran vitalidad y fecundidad ante las inexactitudes por no decir infundios que solían circular sobre nuestra Iglesia local. 




