Cuatro obispos catalanes contra el separatismo



La comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española ha hecho pública una nota ante las próximas elecciones del 20 de noviembre. Cada vez que se acerca una convocatoria electoral, nuestros obispos se marcan una declaración, absolutamente superflua y que nunca ha tenido relevancia en ninguno de los innumerables comicios que se han venido celebrando en este país. Todos ellos precedidos de la consabida nota.
Sin embargo, en el último manifiesto se ha incluido un punto que ha suscitado el escándalo en el equipo médico habitual del nacional-progresismo eclesial catalán.

¡Cómo pasa el tiempo! El pasado 3 de octubre se cumplió el tercer aniversario del fallecimiento del obispo Carrera, sin que nadie se acordase de él. Atrás quedaron las conmemoraciones del primer y segundo año, singularmente apropiadas por el sector nacional-progresista eclesial, pero este 2011 ha sufrido el menoscabo más gélido. Ni Jordi Llisterri, ni Francesc Romeu, ni Jaume Aymar, ni tan siquiera el orate dominical de La Vanguardia , que tanto se llenaron la boca con su recuerdo, le han dedicado unas míseras líneas. Cierto es que el tiempo todo lo borra y sic transit gloria mundi, pero resulta realmente inmisericorde este abrupto paso del cero al infinito. Sin embargo, en Germinans no nos hemos olvidado de él. Siempre hemos querido reivindicar a nuestro querido bisbe Joan, que procuró ser el obispo de todos y no solo de una de las facciones de ésta, su querida diócesis barcelonesa.
Este domingo tuvo lugar la proclamación del templo gerundense de Sant Feliu como basílica menor. El acto fue presidido por el cardenal Cañizares, prefecto de la congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que -como nos suele contar el crack Cigoña- pasa más tiempo en España que en Roma. Ya les he explicado en otras ocasiones que no escasean las visitas del prelado valenciano a Cataluña, especialmente Barcelona, donde guarda una amistad interesada con el arzobispo Martínez Sistach. Sin embargo, no ha sido hasta su viaje a Gerona cuando el purpurado se ha soltado a hablar en catalán, cual quedó patente en la homilía en la que alternó con el castellano. Cañizares es natural de Utiel, zona castellano-parlante de la provincia de Valencia y jamás se le había oído hablar en la lengua de Josep Pla. Por otro lado hace más de cuarenta años que no ha residido en su región natal. Tampoco es que tenga una impresionante facilidad con los idiomas, siendo muy precario el italiano que gasta en la Ciudad Eterna. Causó sorpresa el detalle del prefecto, máxime si se recuerda que había definido
La emisión en horario prime time del espacio El Convidat de TV3 exclusivamente dedicado a la monja Teresa Forcades, de la que hablaba en su artículo de ayer Prudentius de Bárcino, ha encendido las alarmas donde menos se pensaba: en el propio monasterio de Montserrat. Como es marca del cenobio benedictino, las disensiones se producen de forma taimada, pero los contactos que tiene Germinans en la abadía nos revelan que el primero que ha mostrado su disgusto y desaprobación a los devaneos mediáticos de Sor Teresa ha sido el padre Pius Tragan (en la foto), el cual contaría con el apoyo de los monjes Cebrià Pifarré y Josep de Calasanç Laplana. No se trata de un benedictino cualquiera: el Padre Pius-Ramón Tragan (Esparraguera, 1928) fue secretario del abad Escarré y entre los años 1990 y 1997 rector del Pontificio Ateneo de San Anselmo. Nos hallamos ante un eminente biblista, actual responsable en Montserrat del Scriptorium Biblicum et Orientale y del museo bíblico. Que tampoco se crea nadie que nos encontramos ante un fraile conservador. No es el caso, ni de él ni de los citados Pifarré y Laplana. Aunque si es cierto que el Padre Pius Tragan ya ha tenido algún encontronazo (a la montserratina manera) con la hermana Forcades. En el programa Millennium, dirigido por Ramón Colom, dedicado a "El evangelio de Judas", emitido el 23 de diciembre de 2006, desautorizó a la benedictina, con una cariñosa regañina, que acabó con la frase: "Teresa, Teresa…, aixó no es així". (Teresa, Teresa…, esto no es así)
Los sociólogos Joan Estruch y Clara Fons han publicado un librito, titulado