Eugeni Gay en la encrucijada
A finales del pasado verano, el diario El País alertaba sobre la posibilidad de que el magistrado del Tribunal Constitucional Eugeni Gay se alinease en contra de la recién promulgada ley del aborto y decantase una inesperada mayoría proclive a declarar la inconstitucionalidad de la citada ley. Este mes de enero, dicho magistrado ha sido elegido vicepresidente del Alto Tribunal, a pesar de que tiene el cargo caducado desde noviembre de 2010. Algunos interpretan que el inexplicable ascenso de Gay Montalvo, en plena prórroga del partido, lleve aparejado algún tipo de cambalache que posibilite que la nueva legislación abortista salga de rositas. Se trataría de una ofensa gravísima del magistrado a sus hermanos en la fe. Para quien no conozca a Gay Montalvo (curiosamente definido ahora como progresista) debe saber que no se trata solo de un católico practicante más, sino de un feligrés comprometido durante muchos años en la archidiócesis de Barcelona. A pesar de que sus múltiples ocupaciones en la última época (Decano del Colegio de Abogados de Barcelona, de 1987 a 1996; Presidente del Consejo General de la Abogacía , hasta el año 2001 y, desde entonces, Magistrado del Tribunal Constitucional) le han apartado de su actividad, sigue -cuanto menos- como miembro de la Junta de Obras de la Basílica de la Concepción , de la que es parroquiano y bienhechor desde hace mucho tiempo.

Se sorprenden muchos lectores del resquemor que nos produce la persona de Monseñor Vives Sicilia. Un prelado tan ortodoxo, nos dicen algunos. Un obispo tan encantador, nos manifiestan otros. Se asombran también los seguidores que tenemos en la diócesis de Urgel, donde jamás le han tenido por progresista. Es más, aunque su territorio sea una balsa de aceite -mayormente por su despoblación- si alguna oposición ha hallado procede del lado más heterodoxo. Es cierto que en el ámbito vaticano, en la conferencia episcopal o en su páramo diocesano, el arzobispo-obispo hace gala de una rectitud doctrinal y pastoral intachables. A veces simples mohines, porque Vives es tributario de un pasado. De un pasado barcelonés, firmante de manifiestos, miembro del "Forum Home i evangeli", muy progre rector del seminario, persona clave en el desmantelamiento de lo que es hoy en día la diócesis de Sant Feliu de Llobregat. ¿Cómo sería el nuevo Vives en Barcelona?
Antes de la eclosión de los noticiarios gratuitos, el diario popular en Cataluña era El Periódico. Tan habitual era el medio en los ambientes más llanos que se le conocía como "El Periódico de todos los bares", dado que no había establecimiento que no tuviese el rotativo en su barra. Era un caso curioso y que solo sucedía aquí: en los bares no existía La Vanguardia , ni el Avui, ni las ediciones catalanas de El País o de El Mundo. Solo El Periódico de Catalunya. Podía haber diversidad en los deportivos, ya sea el Sport o el Mundo Deportivo, acaso el As o el Marca, pero en cuanto a diario generalista solo existía El Periódico. Una verdadera uniformidad. El hecho tenía su explicación: se trata de un diario muy simplista, lleno de titulares, sin profundidad, que se lee de forma muy fácil, mientras uno se toma un café o degusta una cerveza. Un acompañamiento, como si fuere el croissant o una tapa de ensaladilla. Con la muerte de Antonio Asensio, el rotativo se puso en venta e inició un lento declive. Incluso se han sucedido tres directores en pocos años. Por ahora, pese a múltiples rumores, sigue en manos de Grupo Zeta y mantiene el estilo fundacional. Uno de los vivos ejemplos de su simplismo se ha podido observar con la información publicada este sábado, con gran riqueza tipográfica, dedicada a Germinans . La pieza iba firmada por Jordi Casabella y se podía leer en

A cada cambio estacional renacen las presiones contra Germinans. El penúltimo lo ha pergeñado un dúo bien castizo: el cínico y el presumido. El primero, en la foto de la izquierda, es un antiguo amigo nuestro. De los de primera hora. Casi un camisa vieja de Germinans. Ha empezado el año 2011 




