La batalla contra Munilla también se libra en Cataluña
El progresismo y el nacionalismo eclesial se están jugando mucho con el nombramiento de Don José Ignacio Munilla como obispo de San Sebastián. Saben que es la pieza clave que va a decidir el futuro de la Iglesia en comunidades como Vascongadas y Cataluña. Si la carta Munilla sale bien, no sólo habrán perdido una batalla, sino que habrán perdido la guerra, desde ese momento las cosas van a cambiar totalmente. Desde Roma ya no se amedrentarán más, y el modelo de obispo condescendiente con los abusos del progresismo y de linea más nacionalista que pastoral habrá pasado a la historia. Después de Don José Ignacio vendrán otros como él y poco a poco va a quedar atrás una etapa oscura de la Iglesia en estos territorios históricos que ha dejado al catolicismo en sus niveles más bajos.
Por eso la batalla contra Munilla no sólo se juega en tierras vascas, donde han puesto toda la carne en el asador, sinó también aquí, porque la sombra de Munilla es alargada y la imagen de un “Munilla catalán” está planando sobre las preocupadas cabezas de los progresistas-nacionalistas catalanes. Por aquello de “cuando veas las barbas de tu vecino…” algunos se están empezando a poner muy nerviosos.


Mientras muchas familias catalanas están sufriendo duramente las consecuencias de la crisis económica (paro creciente, hipotecas sin pagar, dificultades para llegar a final de mes…) nuestros políticos que no tienen problemas de sustento, se dedican únicamente a cuestiones como el supuesto recorte del Estatuto por parte del Tribunal Constitucional, a discutir sobre los referendos no vinculantes sobre la independencia de Cataluña o a enfrascarse en un debate tan interesante como si las corridas de toros tienen que suprimirse o no en nuestra tierra.
En una diócesis tan compleja y dividida como Barcelona es extraño encontrar unanimidades, pero haberlas hailas, por ejemplo en el caso del obispo Joan Carrera, que consiguió ganarse la simpatía y el aprecio de toda la diócesis. Así se pudo comprobar en su entierro, donde no faltó nadie, y no sólo de la actual diócesis de Barcelona, sino también de la de Terrassa y la de Sant Feliu.
Hemos cruzado el ecuador del tiempo de Adviento, después de celebrar este pasado fin de semana el domingo Gaudete, es el momento en que muchas parroquias de nuestra diócesis celebran el sacramento de la penitencia de forma comunitaria. Como ya ha denunciado Germinans Geminabit y anteriormente De bello pallico, es habitual en nuestras parroquias la absolución colectiva sin confesión individual de los pecados, práctica totalmente prohibida por la Iglesia, como nos han recordado muchos de nuestros obispos, algunos tan próximos como el de Sant Feliu o el de Vic.
Me informan que la revista Foc Nou, trata este mes el tema del sacerdocio, así que aunque es una publicación que me produce cierto repelús, decido ver como trata esta cuestión en el Año Sacerdotal.