Los últimos jesuitas

El titular no es mío, lo pueden encontrar en la edición de este lunes del Periódico de Catalunya (pág. 30) y hace referencia al abandono ayer del Observatorio del Ebro que han regentado los jesuitas después de 40 años de trabajo científico. Pero el titular y la foto no pueden ser más explícitas y acertadas en relación a la situación de los jesuitas en Cataluña. En la imagen podemos ver a los ancianos jesuitas Isidre (83 años) , Luis Felipe (81) y Ernest (78), fiel reflejo de una Compañía de Jesús anciana, y sin relevo que tiene que ir abadonando los centros que hasta ahora controlaba. No es la única noticia que hace referencia a esta situación, esta misma semana también hemos sabido que el presidente y fundador del Institut Borja de Bioetica, el jesuita P. Francesc Abel dejaba el cargo por motivos de salud y era substituido por la religiosa de la Compañía de María la hermana Margarita Bofarull (Marga para los amigos). El Instituto Borja de Bioética ha sido hasta ahora un verdadero escándalo por defender posturas bioéticas contrarias a la doctrina oficial de la Iglesia, por lo que se han ganado el aplauso de todos los sectores progresistas de la Iglesia y de sus amigos de la izquierda política.

Ya hace mucho tiempo que los jesuitas en Cataluña han perdido el norte y han apostado por su progresiva disolución, he hecho referencia a ello en tres artículos en esta misma sección. El primero cuando se nombró al actual provincial de los jesuitas en Cataluña en la persona del P. Lluís Magriñá que tenía como mayor mérito haber sido el presidente de la ONG no confesional Intermón y que en la Santa Misa de su inicio de mandato provincial presidió sin casulla la celebración eucarística. El segundo con motivo de la muerte del P. Ignasi Salvat, que fuera en su momento trambién provincial y que fue el "hombre de Arrupe" en Cataluña. El tercero en referencia a la presencia del jesuita P. Llorenç Puig entre los "indignados" (para algunos "perroflautas") de la Plaza Cataluña.

El resumen de estos escritos y de la situación en general de los jesuítas catalanes, es la del abandono del espíritu ignaciano, para convertirse en los más críticos con el Santo Padre de turno, los más progresistas, y los que simpatizan con los movimientos más izquierdosos (incluso extraparlamentarios) de la sociedad. Lejos de la evangelización se han vuelto en muchos casos simples gestores de sus innumerables obras y patrimonio, con traje y corbata y vida muy secularizada participando en las eucaristias como pueblo (sin concelebrar), mientras que otros han preferido militar en las ONG’s y similares (siempre aconfesionales), y eso sin contar que sobre todo los de una cierta generación (Gonzalez Faus, Alegre…) siguen anclados en aquella nefasta Teología de la Liberación que tanto daño ha hecho a la Iglesia, sobre todo en los países latinoamericanos.

Este camino suicida de los jesuitas catalanes y algunos de sus hermanos de otras zonas de España, ha hecho reaccionar al Rvdo. P. General de la Compañía Adolfo Nicolás, que ha optado por la unificación de las cinco provincias españolas en una sóla, la disminución progresiva de efectivos obliga a ello, pero también esta medida puede traer una cierta regeneración ideológica. Sólo hace falta ver el nombramiento del actual Provincial de España de la Compañía de Jesús que se produjo el año pasado en la persona del P. Francisco José Ruiz Pérez, al que podemos ver en la fotografía de la izquierda vistiendo como sacerdote y con un rostro relativamente juvenil (nació en 1961). Esta imagen sería impensable e imposible en un provincial catalán, esto significa que si las pocas vocaciones jesuíticas que salen en Cataluña tienen otros modelos que los caducos que hasta ahora tenían en su finiquitada provincia, quizá haya alguna esperanza de futuro.

Antoninus Pius