“ULTRACATÓLICOS, FUERA DEL BARRIO”

La CRUZ (1)

 

Fueron bastantes las lindezas con que nos obsequiaron los democráticos enamorados de la cultura de la muerte. Intensamente, furiosamente abrazados a la muerte. Es su opción, claro está, pero en unas pocas, poquísimas píldoras como “ nosotras parimos, nosotras decidimos ”, “ aborto libre y gratuito ”, sin un gramo de doctrina detrás de los eslóganes. Es curioso que empleen el pareado que hace rimar “parimos” con “decidimos” porque “abortamos”, que es lo que pide la coherencia, no rima. Así de sólida es la doctrina que corean. Tan sesudos, tan sesudas, y no caen en la cuenta de que “parir” es exactamente lo contrario de “abortar”, que es lo que quieren reivindicar. O ¡a saber lo que quieren!

Otro eslogan que coreaban y tan cerca los tuve que prácticamente me lo escupían a la cara, era: “ estamos hartas de curas pederastas” . Otra vez la rima hacía que oyésemos coreado por gruesas voces varoniles el “ estamos hartas ”. Ganas tenía de decirle al que me gritaba a la cara ese eslogan, que yo también estoy harto de curas pederastas, y los buenos católicos más que nadie. ¿O se piensan acaso que nos encanta eso? A ellos y a ellas sí que les encanta que haya curas pederastas, y cuantos más, mejor, porque es la mayor carga de profundidad que han lanzado contra la línea de flotación de la Iglesia. En fin, que ni están hartas/os de curas pederastas, sino todo lo contrario, ni lo que ellas deciden es parir. Pero bueno, es tan sólida y profunda su doctrina, que no les hace duelo sacrificarla a una buena rima.

La CRUZ (2)

Bueno, es que este último 25-V, el de septiembre, fue de aúpa. Iniciábamos curso con algunas innovaciones de gran calado: por empezar, las que hasta ahora se llamaban concentraciones o veladas por la vida, pasan a llamarse “Marcha por la vida”, primero porque realmente es una marcha, que va desde el Hospital de San Pablo hasta la fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia. Y segundo, porque ésta es la denominación más antigua y más extendida mundialmente: de hecho una auténtica marca de los actos de reivindicación del derecho de los no nacidos. Por eso hemos querido adherirnos a esta denominación para alinearnos con el movimiento mundial por la vida.

Pero es que aún hay una motivación mucho más ambiciosa en relación con este nuevo formato de los 25-V, y es que será el ensayo y el esfuerzo continuo por convertir la Marcha por la Vida de Barcelona, en un referente y en un polo de atracción para todo el mundo. Claro que éramos sólo unas 200 personas, y eso no es una multitud. Claro que estamos en un territorio de una hostilidad que en momentos alcanza tintes épicos, por lo que el avance será mucho más lento: lo del mes de julio y lo de ayer fue un tráiler cuyo título podría muy bien ser “la Iglesia perseguida”. Se respiraba una atmósfera cargada de odio.

La CARA (1)

 

Y sin embargo tenemos la obligación moral de luchar porque la “Marcha por la Vida” de Barcelona, además de ir tomando cuerpo, atraiga poco a poco a otras marchas por la vida que se celebran una vez al año. Eso es lo que nos hemos propuesto: que la Sagrada Familia ejerza su enorme poder magnético, de manera que cada año se incremente el número de defensores activos de la vida que deseen culminar su marcha en el templo de la Sagrada Familia. A eso aspiramos: a que la esplendorosa catedral del tercer milenio se convierta en el epicentro de la marcha mundial por la vida. No en vano la erigió el Papa en símbolo universal de la Nueva Evangelización. Y no en vano el primerísimo capítulo de ésta ha de ser el Evangelio de la Vida.

Y volviendo a la última celebración, hubo un grito que pretendía ser un insulto (aunque no insulta el que quiere, sino el que puede) que al tiempo que nos llenaba de orgullo, nos hundía en profunda preocupación. Nos llamaban “ultracatólicos”, y apañando su voluntarioso pareado, nos echaban del barrio: “ Ultracatólics, fora del barri ”. Según su primitiva cultura, el defender la vida es cosa de ultracatólicos. Y no es extraño que ésa sea su percepción, y que seamos nosotros los responsables de la misma: porque están acostumbrados a ver que los “católicos normales” pasan de este tema; ahí tenemos a los hospitales de la iglesia enfangados en el aborto sin que a nadie se le abran las carnes por el horror. Todos mirando para otro lado. Y por si no bastase el silencio de los más, ahí están la monja abortera promocionando el aborto en nombre de la iglesia, ataviada con sus hábitos monacales cuando sienta cátedra sobre el tema. Y como contrapunto, el cura que paga abortos y se ufana de ello. Un cura modélico ante su obispo y ante la sociedad laicista.

La CARA (2)

¿Qué tiene pues de extraño que los amigos de la cultura de la muerte, frustrados porque en vez de ser católicos normales, de los que les da todo lo mismo y por eso les gustan tanto; en vez de eso nos ven integristas, ultramontanos y ultracatólicos, y nos llaman basura para demostrarnos cuán profundamente nos desprecian? Pero créannos, lo que nos preocupa a los defensores de la vida, no es que nos desprecien a nosotros por defender la vida, sino que aprecien tantísimo a los católicos proabortistas (sí, católicos), a los católicos discretos y prudentes que no quieren meterse en política (porque han desertado del Evangelio de la Vida, que se han dejado arrebatar por los políticos); a los católicos, en fin, que avalan con su silencio las atrocidades de los que hacen y de los que aprueban e incitan. Eso es lo que nos preocupa: que a los forofos defensores del aborto les caigan tan bien y hasta les entusiasmen todos estos consentidores a los que ellos consideran “católicos normales”.


Así se explica que dispuestos como están a partir un piñón con los “católicos estándar”, estén dispuestos a partirles los piños a esos otros católicos impresentables que osan discutirles en el tema del aborto. Así se explica que agredieran con saña al bueno del padre Sellas, joven sacerdote de la congregación de Cristo Rey, del padre Alba, por el tremendo delito de ir con sotana, y encima a una marcha por la vida. Una sotana que intentaron arrancarle (el fajín sí se lo arrancaron, y le arrearon una buena patada a uno de sus acompañantes, un joven de la Unión Seglar). La sotana les pone furiosos: un burka en cambio, lo hubiesen visto con buenos ojos.

Pero como somos así de optimistas, y como creemos que la causa de Dios está en manos de Dios, no descartamos que llegue el día en que, a semejanza de la vigilia de la Marcha de Washington, que reúne en la catedral a 5 cardenales, 40 obispos, 350 sacerdotes, 550 seminaristas y miles de fieles; confiamos en que a imagen y semejanza de lo que hace la Iglesia en Washington, algún día, en la vigilia de la marcha por la Vida de Barcelona, se reunirá en la basílica de la Sagrada familia todo el episcopado de la Tarraconense en pleno, con el Cardenal a la cabeza, para celebrar una solemnísima velada en una iglesia abarrotada por dentro y por fuera (sin corralitos propedéuticos que alejen a los fieles del templo). No perdemos la esperanza de ver esto algún día. Y estamos seguros de que la apoteosis no llegará de repente, sino que poco a poco se animarán nuestros obispos y nuestros sacerdotes a participar en la Marcha por la Vida.

Cesáreo Marítimo