Christifideles Laici: Un movimiento germinante

Christifideles LaiciLes he hablado de las parroquias germinantes y de los religiosos y religiosas germinantes, pero nunca me había referido a los movimientos. Cierto es que en bastantes ocasiones me he ocupado de e-cristians, cuya relevancia y autenticidad apostólica carece de toda mácula. Pero en Cataluña existe otro movimiento genuinamente autóctono, que también ha ganado categoría germinante. Se trata del movimiento eclesial Christifideles Laici, fundado en el año 1983 por el sacerdote catalán Francisco Navarro Bustamante, fiel continuador de los cursillistas que a mediados de los años 60 se desarrollaron gracias al Padre Ginés Fernández del Águila. La actualidad de este movimiento es todavía mayor, habida cuenta que la esencia de su carisma es el desafío de la nueva evangelización. Si ya lo fue al alborear su compromiso, con mayor motivo lo es ahora que el papa Benedicto XVI la ha distinguido con un dicasterio propio y ha escogido Barcelona como una de las ciudades donde se va a llevar a cabo la llamada Misión Metrópolis.

Los miembros del movimiento gozan de las características germinantes: juventud, dinamismo, sentido de militancia, voluntariado social y mucha alegría. Además, están siendo un semillero vocacional extraordinario, del que se nutre especialmente el seminario de Terrassa. A ellos se debe también el impresionante éxito de las Pasquas Joves. Es en la diócesis egarense donde han encontrado mayor eco y presencia.

¿La tienen también en Barcelona? Indudablemente la Ciudad Condal es muy grande y en ella cabe de todo. Los de Christifideles Laici se hallan presentes en muchas parroquias, siendo de destacar su actividad en el catecismo para niños y jóvenes.

Pero nunca han sido apreciados por el establishment eclesial. Curiosamente su incidencia en el seminario barcelonés es bien escasa, en comparación con el de Terrassa. Probablemente su causa es que para el omnipresente Arenas siempre han sido la bicha…

Una de las circunstancias por las que se ha tenido más recelo de los Christifideles Laici ha sido que se les consideraba "castellanos". Más de uno se va a ruborizar, pero, en estos lares, a veces el pecado original se centra en aspectos tan eclesiales. Tanto da que, lógicamente, dentro del movimiento haya catalanes de toda la vida, incluso sacerdotes "de terra endins", pero las distinciones lingüísticas son uno de los parapetos preferidos del nacional progresismo eclesial. No en vano (volvemos a Arenas) se les considera integristas y extremistas españolistas.

Pese a la frialdad barcelonesa, el movimiento goza de una excelente salud, extendiéndose ya a varias diócesis españolas (Jerez, la más numerosa) y cuenta con una activa presencia en la República Argentina.

Como ya les he dicho sus características esenciales son la eclesialidad, el protagonismo de los laicos y su condición de movimiento de evangelización. Su particular aportación al increíble éxito del seminario egarense, a la visita del Papa a Barcelona, a la presencia de jóvenes catalanes en la JMJ , los hacen indispensables para la Misión Metrópolis que se va a llevar a cabo en nuestra ciudad.

Son un movimiento germinante más en la Cataluña actual. Como e-cristians, como los Jóvenes de San José o como las Plataformas en defensa de la vida, que cada mes organizan protestas ante el hospital de San Pablo. Y que también las harán en los otros hospitales catalanes donde se cometen esas prácticas. Preocupación actual de Sistach.

Oriolt