Maristas

El hombre que aparece en la fotografía con traje y corbata junto a S.S. Benedicto XVI no es un importante seglar, se trata ni más ni menos que del Superior General de los Hermanos Maristas, el catalán Hno. Emili Turú Rofas, es decir la máxima autoridad marista en el mundo. Una persona con el importante cargo eclesial que representa y que no vista como religioso cuando va a ver al Santo Padre dice mucho de la persona, pero también de cómo está la Congregación fundada por San Marcelino Champagnat (¡si levantara cabeza!) cuando elige a un personaje así como su máxima representación.

Saco a colación este tema porque los Hermanos Maristas han sido noticia estos días en nuestra diócesis por el lamentable caso de pederastia que sucedió en un colegio marista de Badalona en los años ochenta por parte del Hermano Lucio, que posteriormente fue apartado del Colegio pero recolocado por la Congregación en un Alberge infantil y juvenil en Planoles, allí fue visitado por las cámaras ocultas de Cuatro Televisión en el programa de Mercedes Milà, a las cuales el hermano marista reconoció los abusos, lo que ha provocado diversas manifestaciones a las puertas del colegio de Badalona donde fue profesor.

No voy a entretenerme en este triste incidente, pero si en los datos que estos últimos días nos ha dado mi buen amigo Quinto Sertorius en esta misma web, analizando la situación de algunas congregaciones religiosas en Cataluña, de manera especial las que dan su apoyo a la web catalunyareligio.cat (ejemplo claro del nacional-progresismo eclesial catalán) ya que todas ellas no se encuentran en una situación precisamente boyante.

Quinto Sertorius nos explicaba la semana pasada como los salesianos catalanes desaparecerán como provincia, pues bien, los maristas catalanes, siendo conscientes de que se estaban quedando en cuadro, no tuvieron más remedio que buscar aliados, pero en vez de mirar para el resto de España, su ofuscado nacionalismo catalán les hizo mirar para Francia, para no contaminarse ideológicamente.

Pero el problema de los maristas catalanes no es sólo el nacionalismo, han apostado por la línea más progresista en cuestiones religiosas que además es la que transmiten a los alumnos de sus colegios. A veces una imagen vale más que mil palabras, como la que aquí se muestra en que el Hno. Emili Turú (recordemos que es el Superior General), encabeza una procesión con las reliquias del Fundador en tejanos y sin ningún ornamento litúrgico, como quien lleva un trofeo balompédico. En el resto de maristas que le acompañan se puede apreciar un variado colorido en sus vestimentas, pero ni un sólo signo de que son religiosos consagrados al Señor y a su Iglesia.

Ellos sabrán lo que hacen, pero a este se paso se van a quedar más solos que la una. Porque esta forma de gestionar una Congregación Religiosa no lleva más que a una lenta agonía hasta su práctica aniquilación. Todas las órdenes religiosas que han apostado por esta política se quedan sin vocaciones, porque a nadie atrae esta manera de consagrarse a Dios, y como consecuencia de la falta de vocaciones, el envejecimiento progresivo de sus miembros y un final anunciado después de diversas unificaciones y abandono progresivo de casas religiosas y colegios.

Monseñor Jorge Carlos Patrón WongToma de hábito en el Noviciado Interprovincial de México Pero no todo es igual en los hijos de San Marcelino, hay brotes de esperanza, hay jóvenes maristas que no siguen este camino y que muestran sin miedo su hábito religioso y se sienten fieles al Magisterio de la Iglesia. Como estos hermanos mejicanos con sotana y cruz en el pecho (foto de la izquierda), su testimonio sí que despierta vocaciones como puede comprobarse en los novicios maristas de la foto de la derecha. Es otro mundo y si les dejan hacer, ellos mantendrán viva la Congregación, pero si les tocan mucho las narices acabará pasando como un grupo de escolapios valencianos que hartos de que se les quisiera imponer un ideario progresista acabaron fundando una nueva Congregación, siguiendo el espíritu de San José de Calasanz pero ya no las directrices de sus actuales dirigentes escolapios. Estos dirigentes quisieron prohibir que sus escolapios valencianos se implicaran en movimientos apostólicos como las Comunidades Neocatecumenales u otros grupos que tanto apoyó nuestro ya beato Juan Pablo II. Pues hartos de esa política eclesial estéril decidieron coger el portante y empezar de cero.

Antoninus Pius