Rosa Deulofeu, en el recuerdo

Hace siete años que falleció Rosa Deulofeu, una mujer seglar excepcional que fue delegada de Juventud en la etapa episcopal de Don Ricardo Carles. Estos días se están celebrando diversos homenajes, así como Eucaristías por su alma, motivo por el que he decidido unirme con este escrito de reconocimiento a su persona y a su tarea apostólica. Su buena fama es reconocida prácticamente por todo el mundo, no en vano está en marcha su proceso de beatificación que se inició siendo ya arzobispo n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach. En el momento de su muerto Don Ricardo llegó a afirmar: "Se nos ha ido un ángel". Su hermano es el conocido Rvdo. Antoni Deulofeu, que tuvo que huir hacia Terrassa, previendo una difícil relación con nuestro actual prelado.

Ambos hermanos militaron de jovencitos en aquel nefasto experimento que fue "La Casa de Santiago" que el propio Don Ricardo tuvo que eliminar de cuajo, dados los numerosos escándalos que había provocado. Algunos de sus miembros (como hemos ido informando en Germinans) han vuelto al poder con la llegada del cardenal Sistach, como es el caso del Rvdo. Jaume Aymar. Pero afortunadamente los Deulofeu se dieron cuenta a tiempo y abandonaron aquel engendro y pasaron a mejor vida, se convirtieron en fieles enamorados de Cristo y de su Iglesia, desde posturas claramente ortodoxas en relación al Magisterio de la Iglesia.

Don Ricardo encontró en ella, la persona ideal para cambiar los aires de la Delegación de Juventud, y hacer las cosas más en sintonía con el resto de la catolicidad. Hasta entonces la juventud eclesial barcelonesa estaba totalmente dominada por los movimientos progresistas (tanto en lo político, como en lo religioso) llamados "especializados": JOC, JOBAC, MUEC, MIJAC… A los seminaristas de entonces se les obligaba a participar de estos movimientos y toda la pastoral juvenil diocesana estaba a su servicio. El resultado fue nefasto, jóvenes sin espiritualidad (la Santa Misa era simplemente un espectáculo de guitarras eléctricas y baterías) que poco a poco fueron dejando la Iglesia (muchos de ellos pertenecientes a familias supercatólicas) y que acabaron militando en partidos políticos y sindicatos de la izquierda, algunos claramente anti-católicos, o simplemente se volvieron ateos o nada practicantes. Hoy de todo aquello prácticamente no queda nada. Años y años de pastoral juvenil perdidos estúpidamente a los que se dedicaron montones de esfuerzos humanos (los sacerdotes más jóvenes, los seminaristas…) así como también materiales.

El Rvdo. Antoni Deulofeu en el momento de la aspersión del féretro de su hermana

Rosa Deulofeu, a instancias de Don Ricardo, intentó promover algo nuevo: un movimiento juvenil diocesano, que tan buenos resultados le había dado al cardenal valenciano en Tortosa. Sin despreciar lo que ya había (Rosa era una persona muy respetuosa con todo y con todos), se empezó a fraguar otra forma distinta de conducir a los jóvenes cristianos barceloneses, formándolos doctrinalmente y haciéndoles vivir intensamente los sacramentos. En Terrassa donde ha tenido continuidad se han visto unos resultados fabulosos, en Barcelona ya sabemos como están las cosas con nuestro actual arzobispo. Gracias al esfuerzo de Rosa Deulofeu la "Escola de pregària" (Escuela de oración) que se hacía un jueves al mes y que presidía el mismo Don Ricardo llenaba de jóvenes la catedral. Actualmente se hace en la capilla del Cristo de Lepanto y sólo se llenan unos pocos bancos.

Después de un corto periodo de interinidad, tras la muerte de Rosa Deulofeu, en que la Srta. Mercè Lajara (colaboradora de la fallecida) se hizo cargo provisionalmente de la Delegación, nuestro actual arzobispo decidió dar un mazazo mortal a la Delegación de Juventud, nombrando al Rvdo. progresista Toni Román como Delegado. Un sacerdote que se había formado en aquellos fracasados movimientos como la JOC o la JOBAC, que despreciaba las Jornadas Mundiales de la Juventud con el Santo Padre, y que es un nostálgico de aquellos años previos a Don Ricardo, que afortunadamente nunca volverán. El resultado ya pueden imaginárselo, aunque por suerte las parroquias y movimientos "germinantes" hacen su tarea completamente al margen del Rvdo. Román, y gracias a ello, el próximo obispo aún encontrará jóvenes en nuestra castigada diócesis.

Antoninus Pius