¿Un coadjutor?

Carlos Amigo Vallejo y Juan José Asenjo, en la Catedral. | El MundoEn las últimas semanas está corriendo insistentemente por Barcelona el rumor de que la sucesión del cardenal Martínez Sistach iría precedida de la designación de un coadjutor. Incluso se pone fecha a la misma: después de la visita del Santo Padre y con anterioridad al 29 de abril de 2011, en que nuestro arzobispo va a cumplir 74 años y le quedaría un año para la jubilación. Los mismos rumores anticipan una jugada a tres bandas: Taltavull iría a Solsona y no se designaría auxiliar de Barcelona, hasta el relevo definitivo de Sistach. Los más atrevidos apuntan que el coadjutor sería Saiz Meneses y que éste ya tiene sustituto natural en su nuevo auxiliar, Salvador Cristau. Sinceramente, yo lo del coadjutor no me lo creo.

Lo único cierto de esta historia que están haciendo correr es que el nombramiento de nuevo obispo de Solsona se halla absolutamente parado. Cual les informé en mi artículo del 25/5/2010 Traserra no había conseguido colocar a Xavier Novell como su sucesor, a pesar de hallarse el nombramiento bendecido por el arzobispo Ladaria. La intromisión de Sistach resultó determinante y en este momento debe presentarse nueva terna. Es indudable que Monseñor Traserra va a cumplir su primer año de prórroga como titular de la diócesis celsonense. Cumple los 76 años el próximo 11 de Julio. Hay quien afirma que - después del fiasco Novell- se le podría permitir que finalizase el año jubilar del Sant Dubte d’Ivorra que termina el 1 de mayo de 2011. Lo que es incuestionable es que ahora nadie tiene prisa para sustituir a Traserra. No la tiene la Congregación de Obispos, que se halla en período de sustitución de su Prefecto, el Cardenal Re. No la tiene el Nuncio Renzo Fratini, que tiene siete diócesis vacantes, que deberían tener preferencia a una demarcación cubierta, aunque el ordinario haya presentado la renuncia por edad. Tampoco la tiene el cardenal Martínez Sistach, que quiere colocar a Taltavull como obispo de Solsona, pero no puede hacerlo con anterioridad a la visita papal.

El único problema que tiene Sistach se llama Turull. Sí no estuviese tan empecinado en su promoción episcopal, probablemente ni se contemplaría la hipótesis del coadjutor. Sin embargo, nuestro arzobispo es terco y machacón. Su incomprensible insistencia en el rector del Seminario está teniendo un efecto boomerang . Ha conseguido que a Turull no le apoye ni un solo obispo catalán. Ha logrado que incluso Vives haya acabado no tragándolo.

Como les decía, no me creo la posibilidad de nombramiento de un coadjutor. Cierto es que se ha hecho uso de tal posibilidad recientemente. En el caso de Sevilla y en el caso de Los Angeles. Además las dos en el año anterior a que el arzobispo presentase la renuncia por edad. Sin embargo, el cardenal Amigo llevaba 26 años como obispo de Sevilla y el cardenal Mahony 25 en la diócesis californiana. Sistach va a cumplir este verano solo seis años en Barcelona. No tendría razón de ser. Con toda probabilidad, además, iban a saltar chispas entre él y su coadjutor. Y lo que está claro es que no sería un coadjutor solicitado. Por otra parte, nadie debe despreciar los buenos contactos que tiene Sistach en Roma. Una cosa es que se nieguen a fomentar a Turull (la foto del megáfono hace mucho daño) y otra que le hagan el inmenso feo de designar un coadjutor no querido, con tan solo seis años de pontificado. Recuérdese además que Sistach es un cardenal de la era ratzinger, mientras que Amigo y Mahony fueron designados por Juan Pablo II. En estos momentos es una posibilidad inverosímil. El simple deseo de algunos no tiene porque hacerse realidad.

Oriolt