Duelo de curiales en Cervera

El cardenal Martínez Sistach se ha pasado el fin de semana en Cervera, diócesis de Solsona. El motivo ha sido su asistencia a los actos del Santíssim Misteri. El 6 de febrero de cada año se conmemora el milagro que sucedió el año 1540, cuando el párroco de la localidad pretendió partir en dos la auténtica cruz de Cristo. Cuentan que, en aquel momento, se escuchó un enorme trueno en la villa, cayendo una gota de sangre del madero, que se partió en tres trozos. Por la noche anterior es tradición que se canten “les Completes” en la iglesia de Santa María. Este año nuestro cardenal les ha honrado con su presencia; no solo con la asistencia a la misa del día 6, sino con su concurrencia a la vigilia. Dos días completos a pan y cuchillo en Cervera. Indudablemente el obispo diocesano, Monseñor Traserra, no le ha dejado solo ni un momento.

Y es que Sistach y Traserra nunca se han llevado bien. Sí dos polos opuestos se atraen, dos similares suelen resultar normalmente incompatibles. Sistach y Traserra gozan de características muy semejantes. Ordenados sacerdotes con solo dos años de diferencia, siguieron caminos paralelos. Los dos se doctoraron en derecho canónico, Sistach por la Lateranense y Traserra por la Gregoriana. Los dos coincidieron como notarios del Tribunal Eclesiástico de Barcelona. Y los dos fueron los hombres de confianza de Jubany: Traserra como su eterno secretario-canciller del arzobispado y Sistach como vicario general. Sin embargo, Traserra siempre tuvo celos del hoy arzobispo barcelonés. Jubany le prefirió como obispo auxiliar, cuando Traserra creía que él iba a ser el elegido. Es más, tuvo que sucederle como vicario general y quedarse como número tres de la diócesis. Sí nuestro Cardenal fue obispo con cincuenta años, el de Solsona tuvo que esperar a cumplir 59. Sí Sistach solo estuvo cuatro años de auxiliar, para pasar a Tortosa, luego a Tarragona y al final a Barcelona, hasta alcanzar la cumbre del cardenalato; Traserra se pasó ocho años como auxiliar de Carles, para llegar únicamente a la despoblada diócesis celsonense. Un hombre de ciudad como él, en una diócesis rural. Nunca se sintió a gusto.

Pero las carreras de ambos nos revelan a dos perfectos curiales. Su actividad parroquial es absolutamente rala. Siempre han ostentado cargos eclesiásticos. Han sido como un Rodolfo Martín Villa, aquél que jamás se bajó de un coche oficial, desde que fue delegado del SEU.

Como se conocen tanto y recelan uno de otro, se han vigilado de cerca todo el fin de semana. Está en juego la sucesión del obispo de Solsona y cada uno tiene su candidato. Candidato, que como sí fuera su remedo, vuelve a ser otro perfecto curial. Traserra promociona a Xavier Novell Gomà, que es su fámulo en la diócesis. Sistach medra a favor de Turull que es su perfecto “Chevalier servant”. Los dos prelados se ven reencarnados en sus discípulos predilectos. Y no paran de promoverlos. Traserra está jugando la baza Novell a fondo. En los más altos niveles. Incluso ha conseguido que Monseñor Ladaria acuda a Solsona el próximo día 11 de abril a dar una conferencia (¡Ojo con Ladaria que podría tener juego en el futuro de la iglesia en Cataluña!). Sistach sigue erre con erre con Turull, hasta el extremo de llegar a insinuar un posible pacto del capó, consistente en colocar a Taltavull en Solsona, a cambio de un inmediato nombramiento de Turull como auxiliar.

Los dos viejos colegas están jugando fuerte con su sucesión. Con una diferencia: Traserra procura únicamente por la suya. Por el contrario, Sistach se involucra en Solsona, pues la considera una pieza del ajedrez para el encaje del puzzle episcopal catalán. Seguramente será cierto. Pero el empecinamiento de ambos prelados en el ascenso de sus fieles adláteres, solo revela una lamentable cortedad de miras. Pretenden una repetición de su persona, el aseguramiento de sus hombres; pero no buscan ni un relanzamiento pastoral, ni la revitalización de sus diócesis.

Se desconoce quien va a salir ganador de este duelo de curiales. Con un poco de suerte, ninguno. O para desgracia de Traserra, otra vez Sistach. Ya sería el colmo, que toda la vida le haya pasado por delante, hasta en el nombramiento de su sucesor.

Oriolt