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25.08.10

Una carencia en la carta de Monseñor Sánchez González

El obispo de Sigüenza-Guadalajara, monseñor Sánchez ha escrito una carta pastoral, en la que trata sobre las clases de Religión en los centros escolares.

Esta es la entradilla que le hace Ecclesia digital:

Monseñor José Sánchez González manifiesta una vez más su preocupación por el descenso en el número de alumnos, cuyos padres o ellos mismos solicitan Enseñanza de Religión Católica. En algunos Institutos el descenso es alarmante y, de continuar así, desaparecerá en ellos la Asignatura de Religión y Moral Católica. Asimismo urge a la responsabilidad y a la obligación moral de padres y alumnos de formarse en su fe, en el conocimiento de sus obligaciones para con Dios, con ellos mismos y para con los demás, de conocer la historia de su Religión, de su Iglesia, de su culto, de sus preceptos y derechos, de su compromiso como creyentes, de sus relaciones con otras creencias y religiones.

El contenido se puede leer pinchando aquí

Tras la lectura de esta misiva pastoral, expongo mi opinión:

1.- El obispo menciona la desaparición posible de la asignatura de Religión y lleva razón. Ya está ocurriendo en otras partes de España.

2.- El obispo apunta a la responsabilidad de los padres de los alumnos para que se preocupen de pedir la clase de Religión. También lleva razón.

3.- El obispo habla de cómo las autoridades de la autonomía, con una legislación propia, hacen mangas y capirotes con la asignatura. También lleva razón.

4.- El obispo no cita a los profesores de Religión, quienes también tenemos una altísima responsabilidad en la preparación, en el desarrollo y en los frutos de las clases. A los alumnos de Religión, que están allí libremente, no se les puede dar gato por liebre, no se les puede entretener con cuatro cuentos, no se les puede decir que se pongan a estudiar en vez de dar clase seria y responsablemente.

Somos, todos, los profesores de Religión, quienes debemos plantearnos, a nivel personal y colectivo, sobre el producto que estamos dando en las clases. Debemos motivar al alumno a que escoja Religión de un curso a otro. Tenemos que usar todos los métodos pedagógicos posibles, de modo singular los audiovisuales y las nuevas tecnologías, en las clases. Y, sobre todo, deben ver al profesor de Religión como un cristiano convencido de que lo que enseña lo vive, y que lo que enseña lo celebra en la Eucaristía, y que lo que enseña es el seguimiento del Divino Maestro, cuya doctrina y persona es capaz de motivar al joven a ser cristiano en una sociedad donde serlo hoy es una raya en el agua.

Sirvan estas reflexiones, las de monseñor Sánchez y las que he aportado, a que nos preparemos todos los docentes de Religión a entrar en el próximo curso con la formalidad que requiere el enseñar, no en nombre propio, sino realizando una misión de la Iglesia, que es quien nos nombra para estar en un instituto.

Tomás de la Torre Lendínez

Recordando a Juan Pablo I

Mañana se cumplen treinta y dos años de la elección a la sede de Pedro del Papa Juan Pablo I, que tiene abierto el proceso de beatificación. Ejerció su cargo solamente treinta y tres días. Fue llamado el Papa de la sonrisa.

Aquellos días fueron claves para la historia de la Iglesia posterior. Algunos desearon ver en la muerte súbita del Papa una mano negra de conspiraciones urdidas en las oscuridades de la Roma eterna. Salieron a relucir dudas, se sembraron sospechas y los fenómenos paranormales pusieron en juego toda su orquesta de conjunciones siderales para demostrar lo que nunca se ha demostrado.

Al paso de los años, bastantes se han enriquecido con sus publicaciones apoyadas en suspicacias y suposiciones. Otros se apartaron de aquella Iglesia a la que no querían y si siguen sin amar, a pesar de los pesares.

Si, entonces, hubiera existido Internet, de forma generalizada como hoy, los foros hubieran echado humo por todas las ventanas, porque la fabulación y la inventiva humana no tienen límites.

Basta con dar un paseo, ahora, por la red y leer lo que existe colgado sobre aquella muerte del primer Papa que usó un nombre compuesto: Juan Pablo I. La fantasía que uno se encuentra es propia de novelas negras, que luego pasan a formar parte del cine del mismo género.

En todos los casos se juega con equilibrios mentales tan inestables que no vale la pena gastar tiempo en leer los cuentos que uno se encuentra metiéndose en algunas web del ciberespacio.

Nosotros traemos hoy este recuerdo, la elección del Papa de la sonrisa, a los lectores del blog, porque es de justicia que al paso de los años se deje descansar en paz la figura de un sucesor de Pedro, que tuvo un tiempo pastoral muy corto, pero que fue suficiente para demostrarnos que la historia de los Papas, antiguos y actuales, está llena de la presencia del Espíritu Santo, conductor único de la Iglesia, porque, solamente desde la mirada de fe, es cómo se debe interpretar el sucesivo paso de los sucesores de Pedro, el Vicario de Cristo en la tierra.

Propagar situaciones que solamente se dan en la imaginación de alguien, es no conocer la Iglesia, ni amarla, ni defenderla, sino, en muchos casos, tirarle piedras al tejado de la misma, con el consiguiente resultado negativo.

Tomás de la Torre Lendínez