Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 23

A mitad de agosto, en la solemnidad de la Asunción de la Virgen a los
cielos, titular de la Catedral de Jaén, muchas personas han huido de la
ciudad buscando unas vacaciones donde sea. Otros seguirán aquí, que es
la mayoría casi absoluta, esperando que pase el tórrido verano y sople
el aire de septiembre.

Nosotros vamos a proponer una oferta para los que deseen hacer algo
en los primeros días del mes entrante. Resulta que varios organismos
amparados por la Conferencia Episcopal Española ha programado el XIX
curso de doctrina social de la Iglesia, que se celebrará entre los días
6 al 8 en Madrid. El tema general que se estudiará es: La crisis
ecológica, un reto ético, cultural y social.

La justificación del curso se hace de este modo: ““En 1990, Juan
Pablo II habló de «crisis ecológica», destacando que ésta tiene
un carácter predominantemente ético. Hizo notar «la urgente necesidad moral
de una nueva solidaridad». Este llamamiento se hace hoy todavía más
apremiante ante las crecientes manifestaciones de una crisis, que sería
irresponsable no tomar en seria consideración. ¿Cómo permanecer indiferentes
ante los problemas que se derivan de fenómenos como el cambio climático, la
desertificación, el deterioro y la pérdida de productividad de amplias zonas
agrícolas, la contaminación de los ríos y de las capas acuíferas, la
pérdida de la biodiversidad, el aumento de sucesos naturales extremos,
la deforestación de las áreas ecuatoriales y tropicales? ”.

El texto está extraido del mensaje de Benedicto XVI para la Jornada
mundial de la paz, del año en curso.

Los temas a tratar son los siguientes: La naturaleza, un don del Creador. Los retos ecológicos y
humanos de las economías avanzadas. Estilos de vida y sociedades sostenibles:
sobriedad y solidaridad global. Los cambios demográficos, de modelo
económico y social en España. Sus retos desde una ecología humana. El
orden de lo creado. Exigencias de la “gramática”natural y la apertura a
la vida. El agua y la energía. ¿Recursos conflictivos?. La “crisis
ecológica”, un desafío para la Iglesia.

Para poder participar se puede acudir a la siguiente dirección en
Internet: http://www.conferenciaepiscopal.
es/formularios/XIXDoctrinaSocial.htm.

Nosotros acabamos invitando a quienes puedan ir que lo hagan. Los
demás nos quedamos aquí rezando por el fruto de este cursillo sobre
Doctrina Social de la Iglesia. Dios lo quiera que salga bien.

Tomás de la Torre Lendínez

Sabemos, con la historia en la mano, que ni emperadores, ni reyes, ni presidentes de países, están en sus lugares por ser “genios del pensamiento coherente".

La historia de la presidencia de USA está llena de personas de todo pelaje. Es el fruto de la democracia. A quien se vota se le debe aceptar por ser el más votado, aunque no sea el más coherente en su pensamiento político, social o religioso.

El caso de Obama está siendo así: un presidente que desea decir a todos los que le escuchan lo que desean oír para que salgan contentos.

Así está el Obama: pro gay, pro aborto, pro tal o cual religión, pro tal función según el auditorio que tenga delante.

El último capítulo de construir una mezquita en el centro de la zona cero en pleno Nueva York, es para ocurrir lo que ha pasado: que ha tenido que recular a las tablas. Y ha tenido él mismo que matizar sus palabras.

Lo que hoy nos trae InfoCatólica en portada:

Kenia: Obama impulsa una reforma constitucional que incluye la despenalización del aborto «terapéutico»

Esto es otro asunto donde se apunta de cabeza sin medir sus posibilidades y si es él quien ha sido llamado para que opine. Tiene familia en ese país y le basta para meter las narices allí.

No conozco lo que ocurrirá en próximas las elecciones presidenciales USA. Me da igual. Pero creo que el votante americano es más inteligente, algunas veces, que el español, y no tropezará dos veces en la misma pìedra.

Tomás de la Torre Lendínez

Hoy hace justamente un año que escribimos lo que el lector puede repasar pinchando aquí mismo.

Hoy, pasado un año, decimos que la empresa de Libertad Digital Tv, y esRadio han dado un paso de gigante en la implantación como televisión y como radio en toda España. Se cumplió que el 7 de septiembre pasado a las 7 se puso todo en marcha. Ha sido una temporada llena de sorpresas, ilusiones, esperanzas y posibilidades que alumbrarán en el curso próximo una oferta de radio y televisión muy interesante y abierto a competir con los demás grupos de comunicación.

El producto televisivo ha ganado mucho con las noches de César, sus tertulias y sus entrevistas han sido muy interesantes. Parece que se ampliará el tiempo de la televisión en este programa. El canal televisivo irá creciendo con el paso del tiempo y con los buenos profesionales que están dentro.

La programación de esRadio ha ido en aumento en cantidad y en calidad según el curso iba demandando y la audiencia lo iba agradeciendo. La información se ha mantenido; el entretenimiento se ha asegurado; la risa ha crecido y la cultura ha ampliado su radio de acción, conforme crecía el número de oyentes.

Mi valoración del primer año es positiva. Es cierto que todavía existe mucho camino por andar. Pero las bases están colocadas. Ahora toca esperar que esta temporada inmediata el producto radiofónico no baje el ritmo, sino que crezca según se vaya desarrollando el tiempo y el espacio.

De modo general, califico esta aventura empresarial de comunicación como un servicio de radio y televisión con un contenido cultural, tanto en los comunicadores como en los colaboradores, que no tienen comparación en lengua castellana. Sus principios ideológicos todos los conocemos. Y, aunque, se esté alguna vez en desacuerdo en equis momentos, la verdad es que esRadio es la voz de la libertad de muchos españoles que creemos que nuestra civilización y cultura tiene como cimientos la civilización judía, griega, romana y cristiana, bases de toda la idea de Europa y columnas de la unidad de España, sus hombres y sus tierras.

Vamos a asistir a un nuevo curso de radio y televisión. La suerte está echada.

Tomás de la Torre Lendínez