Recordando a Juan Pablo I

Mañana se cumplen treinta y dos años de la elección a la sede de Pedro del Papa Juan Pablo I, que tiene abierto el proceso de beatificación. Ejerció su cargo solamente treinta y tres días. Fue llamado el Papa de la sonrisa.

Aquellos días fueron claves para la historia de la Iglesia posterior. Algunos desearon ver en la muerte súbita del Papa una mano negra de conspiraciones urdidas en las oscuridades de la Roma eterna. Salieron a relucir dudas, se sembraron sospechas y los fenómenos paranormales pusieron en juego toda su orquesta de conjunciones siderales para demostrar lo que nunca se ha demostrado.

Al paso de los años, bastantes se han enriquecido con sus publicaciones apoyadas en suspicacias y suposiciones. Otros se apartaron de aquella Iglesia a la que no querían y si siguen sin amar, a pesar de los pesares.

Si, entonces, hubiera existido Internet, de forma generalizada como hoy, los foros hubieran echado humo por todas las ventanas, porque la fabulación y la inventiva humana no tienen límites.

Basta con dar un paseo, ahora, por la red y leer lo que existe colgado sobre aquella muerte del primer Papa que usó un nombre compuesto: Juan Pablo I. La fantasía que uno se encuentra es propia de novelas negras, que luego pasan a formar parte del cine del mismo género.

En todos los casos se juega con equilibrios mentales tan inestables que no vale la pena gastar tiempo en leer los cuentos que uno se encuentra metiéndose en algunas web del ciberespacio.

Nosotros traemos hoy este recuerdo, la elección del Papa de la sonrisa, a los lectores del blog, porque es de justicia que al paso de los años se deje descansar en paz la figura de un sucesor de Pedro, que tuvo un tiempo pastoral muy corto, pero que fue suficiente para demostrarnos que la historia de los Papas, antiguos y actuales, está llena de la presencia del Espíritu Santo, conductor único de la Iglesia, porque, solamente desde la mirada de fe, es cómo se debe interpretar el sucesivo paso de los sucesores de Pedro, el Vicario de Cristo en la tierra.

Propagar situaciones que solamente se dan en la imaginación de alguien, es no conocer la Iglesia, ni amarla, ni defenderla, sino, en muchos casos, tirarle piedras al tejado de la misma, con el consiguiente resultado negativo.

Tomás de la Torre Lendínez

4 comentarios

  
antiguo alumno salesiano
Le felicito por recordar a Juan Pablo I en el 32º aniversario de su elección al pontificado. Este papa de presencia fugaz en la sede de san Pedro, injustamente olvidado por quienes hablan del magisterio de los últimos papas, saltando de Pablo VI a Juan Pablo II, y que también tuvo su magisterio. En sus cuatro audiencias generales habló de la paz y las virtudes teologales, catequesis que continuaría su sucesor hablando de las virtudes cardinales. Juan Pablo I definió estas siete virtudes como las siete lámparas que iluminan la vida del cristiano.
25/08/10 9:07 AM
  
antiguo alumno salesiano
De la etapa de Albino Luciani como cardenal patriarca de Venecia, la obra más conocida es "Ilustrísimos señores" (BAC Minor, 1978), que recoge las cartas que escribió a personas egregias con el fin de evangelizar y que fue publicando la revista "Il Messaggero". Decía: "Cuando hablo en San Marcos sólo me escucha un grupo de ancianitas que ya están convencidas o grupos de turistas que no entienden italiano". Era necesario hablar desde el "púlpito o el ambón de papel" y lo hizo. También dijo que, de haber vivido san Pablo en el siglo XX, habría sido periodista.
Otro libro suyo, "El catecismo en migajas", que yo sepa, no se ha publicado en español, salvo una edición que según creo apareció en Argentina antes de que fuese elegido papa.
25/08/10 1:55 PM
  
Pioquinto
Muchos mencionaron que tenía una muy personal simpatía por el comunismo y que tomó su nombre de Juan XXIII, el que "abrió las ventanas de la Iglesia par en par" e implantó el "Aggiornamento" y de Paulo VI, que suprimió la Santa Misa Tridentina y dió carta blanca a Monseñor Bugnini para diseñar la Novus Ordo Missae, que todavía es un trabajo inacabado, despúes de 40 años. Que se sepa, no tiene milagros a su cuenta.
25/08/10 2:14 PM
  
antiguo alumno salesiano
"Después vino la cuestión del nombre, porque preguntan también qué nombre se quiere tomar, y yo había pensado poco en ello. Hice este razonamiento: el Papa Juan quiso consagrarme personalmente, él, aquí, en la basílica de San Pedro. Después, aunque indignamente, en Venecia le he sucedido en la cátedra de San Marcos, en esa Venecia que todavía está completamente llena del Papa Juan. Lo recuerdan los gondoleros, los religiosos, todos. Pero el Papa Pablo no sólo me ha hecho cardenal, sino que algunos meses antes, sobre el estrado de la plaza de San Marcos, me hizo poner completamente colorado ante veinte mil personas, porque se quitó la estola y me la puso sobre los hombros. Jamás me he puesto tan rojo. Por otra parte, en quince años de pontificado, este Papa ha demostrado, no sólo a mí, sino a todo el mundo, cómo se ama, cómo se sirve, y cómo se sufre y se trabaja por la Iglesia de Cristo. Por estas razones dije: me llamaré Juan Pablo.
Entendámonos, yo no tengo la "sapientia cordis" del Papa Juan, ni tampoco la preparación y la cultura del Papa Pablo, pero estoy en su puesto, debo tratar de servir a la Iglesia. Espero que me ayudaréis con vuestras plegarias".
Juan Pablo I: Ángelus del 27 de agosto de 1978

El inmediato sucesor del beato Juan XXIII en Venecia fue el cardenal Giovanni Urbani (1958-69). A éste le sucedió Albino Luciani, sucesor de Pablo VI con el nombre de Juan Pablo I.
25/08/10 5:18 PM

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