InfoCatólica / Tomás de la Torre / Archivos para: Agosto 2010, 17

17.08.10

El miedo a la libertad en la cadena Ser

La cadena Ser ha utilizado, en su nota está clara, las maniobras típicas de la izquierda: meter miedo a la competencia, ya que la competencia profesional deportiva que tenía antes, se ha marchado libremente a la Cope.

Es el miedo a la libertad lo que le duele a la Ser. Es el miedo a ver perder oyentes en el campo deportivo de su programación. Y por el miedo a la libertad de contratación amenaza con llevar a la Cope a los tribunales.

Si la cadena Ser tiene pruebas de alguna irregularidad legal que no amenace, que se vaya ya a los juzgados, que existen muchos de guardia. Pero como no tiene pruebas de nada echa mano del primo de zumosol.

Otra vertiente está en la nota de la Ser: mezclar oyentes y fieles. Con la intención de mezclar los oyentes de la Cope con los fieles de la Iglesia Católica, accionista mayoritaria de la cadena. Pues aquí, también, tiene miedo a la libertad la cadena Ser, porque la audiencia de la Cope nunca es equivalente a los fieles que pertenecen a la Iglesia. A Cope le oyen todos los ciudadanos libres de España que desean, y lo hacen sin miedo a la libertad de mover el dial.

Los de la Ser sí son fieles al pensamiento único. Por esto, la Ser ya ha creado un nuevo equipo de deportes y ha formado un nuevo sanedrín, tal como se puede leer pinchando aquí.

Además, la cadena Ser al ver los oyentes que va a perder en el campo deportivo ha ordenado al programa El Larguero que haga la Vuelta ciclista a España, algo que no se hacía desde muchos años atrás, tal como se puede leer pinchando aquí.

Así, que menos lobos caperucita. Si tienen pruebas de algo vayan al juzgado. No avisen para ensuciar la cara de la Cope y a la vez la de la Iglesia.

Tomás de la Torre Lendínez

Mi defensa de César Vidal

Cada uno es quien debe defenderse en la vida, salvo que seas y ejerzas la abogacía y el cliente te pida una defensa. Hoy hago, por mi cuenta, sin habérmelo pedido nadie, una corta y elemental defensa de la persona de César Vidal.

Comienzo indicando que he leído casi el cincuenta por ciento de sus libros publicados. Le he oído en la radio desde sus años en Cope y ahora en esRadio. Para mí César Vidal es un personaje de otro tiempo. Parece un hombre del Renacimiento que sabía lenguas vivas y muertas, amaba el arte, el teatro, la música, tenía y practicaba su religión, hablaba y escribía de todo, porque leía y reflexionaba, mantenía tertulias amenas, porque su saber era enciclopédico.

Si aquellos hombres del Renacimiento eran odiados, calumniados, denunciados en falso ante la Inquisición, y muchos fueron encarcelados o ejecutados por sus saberes y conocimientos. Hoy ocurre otro tanto. El César Vidal que yo conozco es objeto de deseo de muchos enanos que no le llegan ni al tobillo. Le envidian, le trasquilan los pelos por detrás, le señalan como bola de sebo, le recriminan su protestantismo militante y convencido, le llaman no cristiano, cuando sí lo es, no le aguantarían en unas oposiciones a bedel de instituto, no soportan que en el siglo actual exista una persona tan llena de saberes enciclopédicos como en el Renacimiento.

En España este deporte y pecado capital de la envidia está pagado tanto en la izquierda como en la derecha, tanto en la Iglesia como fuera de ella, tanto en los medios de comunicación como fuera de ellos. La copa ganada por los envidiosos está llena de orines propios y ajenos, que desean arrojar por alguna ventana al grito de: ¡Agua va¡, pero están tan ciegos de envidia y soberbia que no encuentran ventana por donde tirar esa escupidera y al final, con las prisas, se echan esos contenidos sobre sí mismos.

Acabo. Termino con las palabras que el mismo César Vidal dejó escritas en su blog, el 14 de julio pasado. Las puso entre paréntesis. Así lo hago yo. Aquí están. El título es: Victoria

“(Hoy concluyo mi primera temporada en esRadio. Como siempre Federico ha sido el mejor. Me siento extraordinariamente feliz por lo que ha sido un inicio mejor de lo que esperábamos incluso los más optimistas. Ha sido una victoria sin endeudarnos y contando sólo con el talento y el esfuerzo de los comunicadores y los trabajadores de la casa. Incluyo mi último editorial de la temporada. Dios mediante, nos reencontraremos en septiembre cuando, una vez más, como decía Oliver Cromwell, elevaremos nuestras oraciones al Señor y mantendremos seca la pólvora).”

Donde se encuentre César Vidal que descanse. Y Dios le ayude a seguir en la brecha en la que está. Hace mucho bien a su audiencia de radio y a los lectores de sus libros entre los que me encuentro guiado por mi propia libertad.

Tomás de la Torre Lendínez