InfoCatólica / Deo Omnis Gloria / Categoría: Una, santa, católica y apostólica

21.07.23

Para que el alma se vaya pareciendo cada vez más al cielo

De haber leído a Bruno fue que vine a platicar la vez pasada y ahora, también.
En esta ocasión escribió para responder la pregunta: “Qué podemos hacer los laicos en concreto?” Se refiere a todo lo que viene pasando durante la última década.

Bruno responde con varias “estrategias” y la primera es mi favorita y me parece la principal, como “el primer mandamiento” del que deriva todo. Bruno la llamó “La estrategia de María, la hermana de Lázaro” o sea, “contemplación”.

Dice así: “La contemplación es superior a la acción [ ] Necesitamos oración, sacrificios, liturgia de las horas, leer la Escritura y la vida de los santos, rezar el rosario y asistir a Misa para poner la vista en Dios, en su sabiduría y en la belleza de todo lo que hace. [ ] La amargura y la desesperanza que se perciben [ ] vienen de que nos falta poner más que nunca la mirada en Dios

Recuerdo que este blog siempre sirvió para cantar las maravillas de Dios, por lo que –si el tiempo es recio- con mayor razón mostrar lealtad a la fidelidad de Dios poniendo en El nuestra mirada.

Dije la última vez que el padre Iraburu recomienda habituarse a la compañía “del dulce huésped del alma”. El padre no lo dice pero lo digo yo: de qué sirve que haya todavía bastantes presbíteros, teólogos y predicadores a quienes les importa la Verdad si nosotros preferimos perder el tiempo en desesperanzas y amarguras? Digo, qué tiene que pasar para que prestemos atención a Dios que nos ofrece mil maneras para despertarnos deseo de santidad?

Es como eso del “amor al prójimo", algunos desisten de amar al prójimo porque le resulta berrinchudo y sin muestras o deseo de cambiar. Pero, quién dijo que había que amarlo por ser agradable, si lo verdaderamente valioso es amarlo por esa dificultad que tiene para cambiar? Es dificilísimo, si no es por el auxilio de la gracia, amar a quien nos lastima. No estoy diciendo que se debe permitir el maltrato sino que, dejándolo al margen, el desafío que tenemos con el berrinchudo es el mismo que tiene Dios con cada uno, y que consiste en amarnos a pesar del maltrato que de nuestra parte sufre su persona. Un gran acto de humildad y, de seguro, muy querido de Dios, es pedir la gracia para imitar a Cristo en su amor al berrichonso, solo la petición es haber hecho gran avance en el camino al cielo.

Pues, si amar al prójimo es imposible también lo es dejar -sin ayuda de Dios- la acción por la contemplación. En muchos casos,según haya sido la formación, la acción podría haberse vuelto adicción (atención con eso); pero, por algo se empieza, se hace pidiendo humildad (una pequeña y que vaya siendo cada vez mayor) para dar pequeños pasos, como -cuando al ver o recordar algo doloroso o bello- trasladar el pensamiento a Jesús, a María o José, a Dios Padre, al Espíritu Santo o la Divina Providencia. Empezar con pocas palabras, jaculatorias, oraciones. Habituarse a la presencia de Dios es camino de contemplación que transforma el alma. No desanimarse ya que no será cosa tuya sino del Espíritu Santo que te dará el deseo y también el actuar. Mantente despierto con deseos de aprender. Verás milagros!

Yo sé, yo sé que cada vez menos consagrados que nos muestran cómo ser santos, seguramente les parecerá obsoleto. Yo lo que me digo es cómo habrán llegado a esa conclusión? No les parece raro eludir el tema de la santidad? Yo lo que me digo es, cuál católico no querría que le mostraran cómo ser santo? Si es la impronta divina y a lo que aspira el alma!

Es verdaderamente raro que actúen así, parece que desconocen la cantidad de católicos que se dejan llegar hasta donde están los predicadores que les hablan del tema. Se les llenan los auditorios y también los templos. Eso sucede ante sus narices pero insisten en que la santidad no es tema del agrado de todos. En fin…, así son, ya Dios sabrá.

Pues, bien, tú –por el momento- mantente sin pecado mortal, frecuenta el rosario, la Liturgia de las Horas, la misa y todo lo demás que indicó Bruno. Sugiero, además, pedir la intercesión de san Josemaría Escrivá (de mis santos preferiros) para que nos alcance la gracia para santificarnos en el “cumplimiento de nuestro deber de estado”. No  es poca cosa decirlo ni sin importancia obtenerlo. Será confirmación de estar haciendo “algo en concreto” por la situación eclesial.

Cielo bendito! Pongamos de nuestra parte para que el alma se vaya pareciendo cada vez más al cielo, no solo para estar más a gusto, sino y sobre todo, para que a Jesús le parezca el mismo cielo, para que nunca se vaya de ahí.

Amén

16.07.23

Nada puede contra el don de Dios

Recién leí el artículo de Bruno Moreno en el que pregunta “Qué vamos a hacer con el sínodo?”

Me ha servido de mucho, en primer lugar, para refrescar la memoria. Muchas malas acciones se vienen realizando hace mucho.

Cuando el volumen y extensión de malas acciones llega a límites impensados la fe podría tambalearse y hasta perderse, la desesperanza sacar de su sitio al amor.

Qué desgracia enorme para cualquiera!

Pero entonces, es cuando hay que mirar atrás, allá por el libro del Génesis y seguir mirando con atención cada pequeña o gran acción de Dios en la Historia, pasando por los Santos Padres y hasta el día de hoy. 

Ha existido algún espacio de tiempo o circunstancia que escapara al poder de Dios?

Así, como en la Historia, la gracia nos capacita para mirar las pequeñas y grandes acciones de Dios en la propia vida: no ha caido ni un solo cabello …

Nuestra perspectiva es limitada, por eso, caer en cuenta de tanta maldad como la descrita por Bruno que, por extensa y profunda podría destrozar lo más preciado, nos llena de miedo, quedamos ciegos, paralizados por el cortisol. La mente obnubilada, no razona, como consecuencia, el don de Dios deja de parecernos espectacular.   

Dicen los que saben que, para aniquilar al cortisol que por semanas y meses nos dejará con miedo, iracundos, frustrados, resentidos, amargados, conspiranoicos, etc. es necesario entrar en contacto con el agua, o sea, escuchar las gotas en una fuente, la lluvia y el sonido de las olas. O, sencillamente, nadar bajo el agua un buen rato. 

Qué remedio maravilloso que solo Dios pudo dar y la gracia, ayudar a descubrir.

El regalo del asombro ante el don de Dios es lo que llamo la “maravilla”; se vislumbra en el deseo de entrar en familiaridad con la Divina Providencia y surge de la gratitud ante su fabuloso gobierno.

De habituarse a tan dichosa presencia, tal como la flor de mejor aroma y más grata a Dios, florece la humildad que nos embellece con la pureza de su mirada; la que sirve para mirar de nuevo y maravillarse, otra vez.

Qué grandioso estado del alma que haya adquirido el gusto por mirar cómo “todo es visto y gobernado” por la Divina Providencia! 

Divina Providencia, Alegres en la Esperanza, como el título del pater Iraburu. 

Recomiendo a quien desee mantener la fe viva, viva la esperanza y el amor, lo que dice el padre, miren nada más:

“Dios quiere que seamos habitualmente conscientes de su presencia en nosotros. No ha venido a nosotros como «dulce Huésped del alma» para que vivamos habitualmente en la ignorancia o el olvido de su amorosa presencia. Por el contrario, nosotros hemos «recibido el Espíritu de Dios, para que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido» (1Cor 2,12). Y el don mayor recibido en la vida de la gracia es la donación personal que la Trinidad divina ha hecho de sí misma a la persona humana, consagrándola así como un templo vivo suyo”. José María Iraburu, de su libro “Por Obra del Espíritu Santo

Entonces, a qué temer si la Gracia delicadamente conduce a los suyos (alguno de los que podría ser uno de esos malos que, como todos, necesita conversión)?.

Pidamos la gracia de habituarnos a la “maravilla” y, con mirada pura, descubramos lo que nos corresponde hacer dentro de las circunstancias.

No habrá nada que pueda contra el don de Dios.

 

 

2.07.23

Solo hay Uno que pervive de edad en edad

No deja Dios de maravillarme.

Así como la mayoría de católicos ni se dio cuenta qué clase de papa fue Benedicto o de prefecto el cardenal Müller; así van pasando la vida con el Papa Francisco, con monseñor Ladaria o el actual prefecto.

Las personas siguen su vida igual y Dios acompañando, iluminando, perdonando y confortando.

Dios sigue  velando sobre los buenos sacerdotes y colocando a los suyos bajo su cuidado. 

Dios sigue igual amando a buenos y malos.

Ha sucedido así desde hace 2000 años; y, aunque este hermoso edificio que es la Iglesia católica llegara a resquebrajarse, una vez más, la Divina Providencia seguirá viendo y gobernando. 

Esa es nuestra fe y nuestra esperanza y el fundamento del amor que Dios nos da profesar a nuestros semejantes.

Muchas veces las autoridades han convertido la fe en ideología o instrumento de su soberbia, que es lo mismo; pero el Señor no los ha dejado perpetuarse, sin embargo, lo ha permitido para poner en su lugar lo que estaba torcido y fortalecer lo débil, o sea, a todos nosotros.

Porque esta es la oportunidad en la vida que Dios pone para que conozcamos, no solo del material que estamos hechos, sino también para que conozcamos más amplia y profundamente su forma de obrar en cada alma y en todos sus amados hijos.

Pidamos la gracia de una mirada pura para no perder detalle de la obra de Dios.

Cerca de donde vivo y con apenas 500 m de distancia entre ellos, tengo dos tipos de sacerdote, cada uno exponiendo la fe así como ha elegido comprenderla, al punto que -por contraste- dejan en evidencia donde yace la verdad.

Lo que es sobrenatural. 

De ese modo, las personas, con auxilio de la gracia, pueden escoger donde estar.

Ayer mismo lo comprendí por boca de una persona sencilla que, sin instrucción y sin apenas practicar la fe por muchos años, me expresó que nota en que aspecto se falta a la verdad.

No puede ser más claro que el Espíritu Santo guía y dirige y que también permite la ceguera.

Dejemos en claro: la fe hecha ideología no pervive, ni tampoco quienes la profesan, ya que somos mortales.

Solo hay Uno que pervive de edad en edad.

Que nos sirva de lección para aprender humildad. 

Amén

—————————–

Recomiendo la lectura de este título del padre Jose María Iraburu
Providencia Divina, alegres en la Esperanza.

8.05.23

Contemplar y agradecer | Hombres con rosario en mano

De tener este blog ha derivado una amistad con un español oriundo de Huesca que ahora vive en mi país.

De su amistad ha derivado haber conocido a Alfredo Brenes, “su sobrino”, como lo llama (dice que lo adoptó), quien es el joven que ha organizado el “Rosario para hombres” en mi país.

De ambos, he visto cómo cada vez aumenta las localidades que en mi país se organizan para la convocatoria mundial.

Este año, en Cartago -como la otra vez- pero también en San Pedro de Poás y San Pablo de Heredia. 

(Han visto qué bonito que, por aquí, todo se llama con nombre de santos?)

El de Cartago, organizado por Alfredo y, el de San Pablo, por mi amigo español quien, además, es un asiduo lector de este blog.

El me hizo recordar que el Señor da a conocer a los sencillos ciertas cosas porque saben contemplar y agradecer..

El caso es que por esa gracia que tiene para motivarme es que me he propuesto mencionar lo del Rosario; procurando que observen, si es que no lo han hecho, lo revolucionario del hecho y de lo inusual que se hayan juntado Alfredo, Quincho y esta servidora en este blog.

Contemplemos y agradezcamos que el buen Jesús articule la historia de esta manera y que, además, nos regale un corazón agradecido.

Jesús, dame amarte más cada día. 
Amen 

El enlace a la página de Facebook en la que publicaron las fotografías. 

Rosario de Hombres, Costa Rica 

17.02.23

La humildad del Calvario

No soy fanática de ninguno de los modos de hacer las cosas sino de la sinceridad y devoción con la que se hacen; por eso comulgo de pie y en la mano y, también de rodillas y en la boca.
Pero, una cosa diré, es que Dios tiene algo para darnos cuando comulgamos de rodillas y en la boca, sobre todo cuando nos cuesta decidirnos.
A mi me tomó cerca de un año, mientras la gracia me ayudaba a irme deshaciendo de respetos humanos: “la desaprobación de sacerdote” (en mi país algunos presbíteros desprecian a los laicos con esas preferencias, aunque se les ha ido quitando, gracias a Dios); “la desaprobación de miembros de la asamblea” (ya que muy pocos comulgan de esa forma en cualquier lugar; se comulga así en ciertos templos, pero no en todos), “el temor a la falta de higiene” (eso nunca falta y menos en pandemia pero, en pandemia comulgué de esa forma y no pasó nada), etc.
Mucha vuelta y excusa para no hacer lo que en conciencia consideraba de beneficio para mi alma; sin embargo, el Señor fue bueno y me esperó. Un día, sencillamente lo hice y, además ese día, sucedió el “milagro de los frijoles"; del que hablé en una entrada que titulé “Los frijoles del milagro“.
De haber sabido que me esperaba un milagro tan divertido!
En fin, Dios tiene algo más que unos frijoles milagrosos para darnos cuando nos rendimos; el bien que tiene para nosotros es “humildad".
Ese caer de rodillas al comulgar y abrir la boca a la mano de un extraño es como un acto de rendición que nos permite conocer de la humildad del Hijo en el calvario.
Nada más, pónganse de rodillas y verán.
Es de mucho bien estar dispuesto a recibir tantas experiencias como el Señor nos ofrezca para  darnos humildad ya que nos abrirá la puerta del cielo.