16.09.20

«El tiempo pasa y las cosas están tan difíciles…» Infocatólica necesita ayuda.

Este portal, o más bien debo decir, estas personas que me acogieron como bloguero hace diez años, necesitan de nosotros para continuar ayudando a que, personas como yo, conozcan la enorme gracia contenida en frases tan aparentemente simples como: “Señor, abre mis labios. Y me boca proclamará tu alabanza”

Esa sola frase contiene un tal impulso de la gracia que solo en el cielo nos daremos cuenta de su magnitud; pero no solo eso, sino conocer que hay gracia en ese movimiento sino saber cómo actúa, es lo que personas como yo, aprendemos aquí, en Infocatólica. No muchos  lo enseñan. 


De tal manera que si, usted -que es mi obispo, mi sacerdote amigo, mi seminarista apreciado, mi contacto en Facebook, mi pariente o mi vecino, advierte que esta señora -de alguna forma- ha comprendido asuntos sobre Dios fuera de lo común y que, además, por gracia, los pone en práctica; quiere decir que ha logrado dar con la fuente de la que el Señor Dios se vale para darme la forma que me ha venido dando.  No precisamente la forma redondeada que se me ve por fuera (jaja) sino la que, espero en Dios, sea con la que cabré en un rinconcito del cielo.

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26.08.20

De cuando rezo el rosario (V) | Promesas de Dios cumplidas

Desde mi experiencia, no hay forma de eludir el examen de conciencia a la hora de rezar el rosario; digo yo, cómo eludirlo si para cuando llego a las intenciones, por gracia,  descubro en qué o quiénes tengo puestos mis afectos?; es decir, cómo eludir el hecho de que pido intercesión de María para unos y no para otros o, que le ruego por unos asuntos pero de otros paso de largo o los olvido completamente?

En efecto, solo estar ante la Madre quedo ante ella tal y como soy y, ella, por ser como es, sin darle mayor importancia a mis apegos, desapegos o defectos, cada día me recibe –con mi rosario en mano- para hacerme pasar adelante, tal como si su alma fuera una casa, hasta lo más profundo de su corazón y de ahí me alcanza la gracia que necesita mi voluntad para ser movida a los caminos de Dios.

Ella misma va conmigo, como peregrino, a la casa de Dios.

No solo es compañera de viaje, sino tutor y custodio de mi alma; lo mismo San José, quien va con ella siempre, tal como siempre lo hizo; de tal manera que, no solo voy con ellos sino que guardan  mis entradas y salidas, no hay forma de librarse de ellos; sé que no permitirán que me pierda y, si lo hiciera, irán por mi allí donde sea que haya llegado por mi propia cuenta.

Ella, es quien –en el Espíritu de Dios- clama por auxilio para mí, ya sea para convertir mi agua en vino o para cualquier otra necesidad que, mejor que yo, ella conoce; porque así se mueve ella, en el Espíritu de Dios; por lo que, quien yace en su corazón, en el Espíritu de Dios es movido.

Uno llega a saber que es así debido a las cosas que suceden en el alma y que solo pueden ser cosa de Dios; por ejemplo, quién sino Dios perdona siempre y sin guardar resentimiento?;  por eso, cómo es que llegas a perdonar siempre y sin guardar rencor?

Y, si –llegado el caso de que la ofensa hubiese sido mayúscula (de esas que provocan espanto por crueles o perversas)- de quién sino de Dios, puede llegar el perdón, la paz y el consuelo al alma atribulada que, por su propia cuenta, no consigue liberarse del miedo que tiene al ofensor?

Y, si por  gracia inmerecida, te ves librado del miedo y  perdonas sin resentimiento, puedes ahora ver qué fácil es pedir a María su intercesión por los enemigos? Puedes ver cuán simple te resulta amarlos?

Algo como eso no puede ser más que cosa de Dios y llega a ser así por labor de la Madre, por ella darse a su tarea, por cumplir con su deber, que es un deber que cumple por amor.

Eso es nuestra agua convertida en vino, es nuestro corazón de piedra convertido en carne.
Son las promesas de Dios cumplidas.

Por eso digo que el santo rosario es un excelente medio para hacer examen de conciencia y, no sólo para cuando uno llega a las intenciones, sino de  muchas otras maneras de las que hablaré en algún otro momento.

Dios les bendiga.



20.06.20

Sea yo feliz viendo tu gloria.

Da risa tanta cosa absurda que sucede. 

Saben? Muchas veces, por ejemplo, no puedo escribir en el blog porque simplemente, no me sirve la tecla backspace y, además, no tengo dinero para repararla.

Muchas cosas no sirven, no funcionan o son como debería. Muchísimas.
A veces parece son cada vez menos las que funcionan correctamente.
Son tantas que hasta podríamos llegar a pensar que una fuerza enemiga del bien se ha propuesto llevarnos la contraria.
Es muy perturbador no tener control sobre casi nada.

Yo, por lo menos, no voy a prestar atención a tanta cosa absurda ya que he visto que provoca que muchos están enojados, resentidos, protestando por todo y, hasta odiando y persiguiendo, llenos de amargura, todo aquello que consideran injusto o se les opone: los blancos defienden con furia a los negros, los negros no quieren ser defendidos. Los blancos piden perdón llegando a la ridiculez de sacar del mercado marcas de sirope por demostrar su arrepentimiento.
De no ser porque es cosa seria que se llegue a ese nivel de locura sería de no parar de reír.  

Otros que darían mucha risa son los católicos enojados porque los obispos les piden obedecer las normas sanitarias; y también esos tontos que se creen dueños de la historia que aprovechan la ocasión para legalizar cuanta barbaridad se les ocurre; cosas muy serias, con graves consecuencias, sí; pero que, al final y  aunque nos harán sufrir, no les servirá nada más que para hacer más expedito su camino al infierno.  

Vivo en la cima de una colina por lo que paso todo el día mirando desde lo alto.

Me sirve  para cuando olvido que es vital para la fe tener una mirada amplia.

Algunas veces estoy en el balconcito y me descubro que he mirado al zacate por largo tiempo; no miro más que un punto fijo y absurdo ya que, hasta con desenfoque lo veo.

Entonces me estremezco y, de inmediato, me obligo a mirar el panorama el que, aunque algunas veces se muestra siniestro debido a los nubarrones, la mayor parte del tiempo es de una tal amplitud celeste, que te hace respirar hondo y aliviado, tal como si toda aquella belleza te entrara en el cuerpo para darte salud, amor y esperanza.

Es más, cuando el cielo pasa encapotado por muchos días,traigo a mi memoria el hecho de que arriba de las nubes, la inextinguible luz del sol  lo ilumina todo.

Lo mismo hace Dios.

Dios está por sobre todo lo que sucede, iluminando como lo hace el sol; lo hace aunque  llevemos puestas orejeras, tal como caballos y mulas (esto me suena familiar) 

Yo me digo, qué grande es Dios que nos permite pasar por cosas tan difíciles y tremendas.
Que grande ha sido todas las veces que ha sacado a su pueblo de la calamidad o le ha dejado ahí por un tiempo.

Dios es grande y muy grande es rezar con Jesús los salmos y, por gracia, terminar llorando.
Es una gracia infinitamente mayor que mirar el paisaje.

Hazte un favor, reza este salmo con todo el corazon y, después, canta.


2 ¡Sálvame, Dios mío,

porque el agua me llega a la garganta!

3 Estoy hundido en el fango del Abismo

y no puedo hacer pie;

he caído en las aguas profundas,

y me arrastra la corriente.

4 Estoy exhausto de tanto gritar,

y mi garganta se ha enronquecido;

se me ha nublado la vista

de tanto esperar a mi Dios.

5 Más numerosos que los cabellos de mi cabeza

son los que me odian sin motivo;

más fuertes que mis huesos,

los que me atacan sin razón.

¡Y hasta tengo que devolver

lo que yo no he robado!

6 Dios mío, tú conoces mi necedad,

no se te ocultan mis ofensas.

7 Que no queden defraudados por mi culpa

los que esperan en ti, Señor del universo;

que no queden humillados por mi causa

los que te buscan, Dios de Israel.

8 Por ti he soportado afrentas

y la vergüenza cubrió mi rostro;

9 me convertí en un extraño para mis hermanos,

fui un extranjero para los hijos de mi madre:

10 porque el celo de tu Casa me devora,

y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian.

11 Cuando aflijo mi alma con ayunos,

aprovechan para insultarme;

12 cuando me visto de penitente,

soy para ellos un motivo de risa;

13 los que están a la puerta murmuran contra mí,

y los bebedores me hacen burla con sus cantos.

14 Pero mi oración sube hasta ti, Señor,

en el momento favorable:

respóndeme, Dios mío, por tu gran amor,

sálvame, por tu fidelidad.

15 Sácame del lodo para que no me hunda,

líbrame de los que me odian

y de las aguas profundas;

16 que no me arrastre la corriente,

que no me trague el Abismo,

que el Pozo no se cierre sobre mí.

17 Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor,

por tu gran compasión vuélvete a mí;

18 no le ocultes el rostro a tu servidor,

respóndeme pronto, porque estoy en peligro.

19 Acércate a mi y rescátame,

líbrame de mis enemigos:

20 tú conoces mi afrenta, mi vergüenza y mi deshonra,

todos mis enemigos están ante ti.

21 La vergüenza me destroza el corazón,

y no tengo remedio.

Espero compasión y no la encuentro,

en vano busco un consuelo:

22 pusieron veneno en mi comida,

y cuando tuve sed me dieron vinagre.

30 Yo soy un pobre desdichado, Dios mío,

que tu ayuda me proteja:

31 así alabaré con cantos el nombre de Dios,

y proclamaré su grandeza dando gracias;

32 esto agradará al Señor más que un toro,

más que un novillo con cuernos y pezuñas.

33 Que lo vean los humildes y se alegren,

que vivan los que buscan al Señor:

34 porque el Señor escucha a los pobres

y no desprecia a sus cautivos.

35 Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar,

y todos los seres que se mueven en ellos;

36 porque el Señor salvará a Sión

y volverá a edificar las ciudades de Judá:

37 el linaje de sus servidores la tendrá como herencia,

y los que aman su nombre morarán en ella.

Salmo 68



En Jesús, reconócete pequeño y podrás ver el poder y majestad de Dios. 

19.06.20

Para no perder de vista

Dijeron que las parejas infértiles debían tener derecho a ser padres y legalizaron la FIV (a pesar de que en nuestro país  se practican con éxito métodos menos agresivos para enfrentar la infertilidad).; dijeron que la ley sobre el aborto era insuficiente (cuando la existente ha funcionado perfectamente) pero están por legalizar el nuevo protocolo del aborto; dijeron que había que otorgar mayores derechos de los que ya gozan (y otros de los que podrían gozar sin necesidad de llamarlo “matrimonio") a las parejas del mismo sexo y legalizaron el matrimonio igualitario. Ahora les resulta inconveniente que la religión católica sea la oficial del Estado (cuando en la práctica somos ya un estado laico) por lo que están determinados a erradicarla de la Constitución.

Observen cuánto han logrado en solo dos períodos consecutivos de gobierno y de qué manera van venciendo con la Ley a los principios morales universales nada más que para descristianizar la sociedad.

Estas cosas no se vencen solo con protestas, mucho menos con guardar silencio, se vencen con ayuda de Dios mediante el voto con el que se le diga a los candidatos de qué lado deben ponerse para ganar.

Se vence colocándose del lado de Dios y de quienes se han puesto a su servicio; si es un gobernante o un obispo, pues, mejor. 

Por eso está muy bien que nuestros obispos respondan hasta a la más  mínima expresión de parte de funcionarios públicos que agreden el derecho a la libre expresión, religiosa y de culto.
  
Está bien que lo hagan ahora, no después, ya que -cuando nos “conviertan” en Estado Laico- no tendrán manera ni de chistar; ni ellos, ni nosotros tendremos oportunidad de hacerlo; deberemos quedarnos mudos, so pena de multas o cárcel.

Por eso es correcto que nos pongamos de su lado en lugar de batallar en su contra tal como viene sucediendo desde que los obispos decidieron y pidieron obedecer las normas sanitarias.

Es lo prudente e inteligente estar con los obispos en este momento.

La Segunda Lectura del Oficio de Lectura de hoy Viernes XI, T.O. dice lo siguiente:

“Dios quiere que seamos pacíficos y concordes y que habitemos unánimes en su casa, y que perseveremos en nuestra condición de renacidos a una vida nueva, de tal modo que los que somos hijos de Dios permanezcamos en la paz de Dios y los que tenemos un solo espíritu tengamos también un solo pensar y sentir. Por esto, Dios tampoco acepta el sacrificio del que no está en concordia con alguien, y le manda que se retire del altar y vaya primero a reconciliarse con su hermano; una vez que se haya puesto en paz con él, podrá también reconciliarse con Dios en sus plegarias. El sacrificio más importante a los ojos de Dios es nuestra paz y concordia fraterna y un pueblo cuya unión sea un reflejo de la unidad que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”
San Cipriano

De tal forma que, ya que empezaremos a asistir de nuevo a misa este fin de semana, vayamos habiéndonos puesto en paz con nuestros hermanos obispos y con quien fuere, particularmente, con quienes pretenden arrebatarnos derechos fundamentales.
Así todos veremos la gloria de Dios.

7.05.20

¡He comulgado!

El padre Iraburu sabe cuánto he buscado un confesor y/o director espiritual. Llevo años en eso, lecturas, oración, discernimiento y decenas de intentos por aquí y allá.
Hace unos cuatro meses conocí al padre E, religioso y maestro en el seminario que construyó su congregación hace cuatro décadas cerca de mi casa.
Una sola misa bastó para que comprendiera que Dios había escuchado mis oraciones. Una sola.
Cuando, terminada la misa, estaba subiendo al carro, el padre pasaba por ahí y se puso a conversar con mi hermano. Aproveché para presentarme y a la vez agradecerle por su misa tan bella.
El caso es que, poco he podido encontrarme con él, solo dos veces: una, para confesarme (fue la mejor y más larga confesión que he tenido, tal vez una hora) y, otra para sacar cita para confesión antes de la pandemia, cosa que –obviamente- nunca sucedió.
No fue hasta esta semana que decidí que ya era tiempo de indagar si podría confesarme “aunque fuera en los jardines” –le dije- “así, no más, a grito pelado; no importa si alguno escuchara por accidente”–pensé- “ya que mis pecados son los mismos de todo el mundo”, me dije, un poco riendo de misma.  
Me he confesado y fue espectacular ya que, como había hecho concienzudo examen de mis pecados durante Cuaresma, los llevaba anotados por lo que fue muy sencillo decir nombres, pecados, actos de reparación que tenía pensados o había realizado, etc.
Recibí la absolución tan agradecida que no saben cuánto!; pero, lo mejor estaba por venir: así, como quien no quiere la cosa, se vuelve el padre y me dice en un tono de voz sin adorno de nada, como lo más lógico y normal: - “Espere para traerle la comunión!”
No podía creerlo!
Así, de rodillas, (no voy a mentir, tenía lágrimas en los ojos) esperé a que el padre regresara y, para cuando tuve a Nuestro Señor delante, no podía apartar la mirada y hasta me descubrí perturbada, siendo yo tan pecadora como soy, tan frágil e impotente para todo.
Pero, “no importa”, pensé en el instante, “Él se ha dado todo a mí y ahora, y siendo que toda me doy, esto no es más que la realización de nuestro ansiado encuentro”; así que, comulgué.
Personas del orbe entero: He comulgado!
De repente, tuve conmigo a todos esos santos que solo podían comulgar pocas veces al año. Los comprendí perfectamente y supe que mi gozo era el suyo y, además, de que estaban contentos de que hubiese aprendido la lección. Los ángeles, lo mismo. Y, María; Ella, por ahí estuvo, sonriendo en complicidad con Nuestro Señor. Sin duda.
Hoy leí sobre ese joven catalán de nombre Ricardo al que, con 21 años, le diagnosticaron cáncer en el pulmón durante la pandemia, quien dijo: - “Bien vale un tumor maligno para la hermosura de lo que estoy viviendo”; pues yo, aunque sin cáncer pero dependiente de Dios en todo sentido, digo también que “bien vale lo que estoy pasando por la hermosura de lo que estoy viviendo

Tengo muy claro que la obediencia a los obispos es obediencia a Cristo, así como tengo claro que necesito de la Eucaristía y los sacramentos; sin embargo, de no haberme visto en el deber de obedecer y privada de los sacramentos, no habría comprendido que Dios, en su Divina Providencia, nos da todo a su tiempo.

Recibir “gracia sobre gracia” significa haberlo comprendido.

Ya llegará el día, en que –dado el caso- conozca que es la hora de defender ante el Estado mi derecho a la libertad de culto y de conciencia; pero, ese será tema para otro momento.