Para nariz, tetas y chichas, sí; para abortar, no
Uno que está a punto de cumplir los 40, poniendo la cara B del disco, y para quien adquiere insospechada significación expresiones del tipo «juventud de espíritu» o «ser joven por dentro», comprenderéis, que tenga la capacidad de asombro muy mermada. Por eso, valoro especialmente los intentos de la progresía por provocar el pasmo, cualquier otra explicación me llevaría a pensar que son idiotas.
Hace pocos días ReL adelantaba algunas directrices de la nueva ley del aborto. Ley diseñada para quitarle trabas al negocio de muerte, que deja todavía más indefenso al niño y a la madre. Entre las progresistas incorporaciones está que cualquier mujer pueda abortar a partir de los 16 años sin el consentimiento de los padres, que no tienen que ser informados —no vaya a ser que perjudiquen el negocio—. Es de justicia apuntar que Gay-ardón ya se les adelantó (progresismo de derechas, que se dice).
Pues hace dos días, la Junta de Andalucía aprobó un decreto que regula las garantías de salud para los jóvenes y las condiciones del consentimiento informado en las intervenciones de cirugía estética.
Últimos comentarios