10.06.08

Dios y el Mal. Primeras reflexiones

Mowly y el Rey LouieHace una semana El País brindaba instantes warholianos a Peter Singer con un inspirador artículo: ¿El Dios del sufrimiento? Ya saben el Rey Louie, el de yo quiero ser hombre como tú / y la ciudad gozar /como hombre yo quiero vivir /¡ser tan mono me va a aburrir!, el padre y fuente de inspiración del Proyecto Gran Simio que llevó Zapatero al parlamento hace un par de años.

Creo que la cuestión merece detenernos un poco. Para Santo Tomás de Aquino el tema del mal era la primera dificultad para admitir la existencia de Dios, y no creo que pueda despacharse con dos o tres citas; es quizá una de las preguntas profundas, graves y complicadas de la teología y la teodicea, pero no sólo para el teísmo si no también para el ateismo.

El artículo de Singer no es muy brillante, pero sirve como punto de arranque. Propongo tratar primero algunos aspectos de contexto y otros días ir acercándonos al fondo del asunto, así no mezclamos temas.

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5.06.08

Y a mí, que lo de Sistach me parece bien

Lirio

Hablo en nombre propio, y como muestra de la libertad de expresión que se permite en medios como este, así que lo reitero: que Sistach haya dicho lo que ha dicho sobre Losantos, la COPE y demás, en La Vanguardia Expañola me parece buena noticia.

Por ejemplo:

1.- Muchos han empeñado tiempo en que Nostach se transformase en Sistach. Se ha dado el primer paso, ahora es Sistach para lo que quiere. Pero algo es algo. En la escala de valores del cardenal para decidir los temas importantes y urgentes no entro; los hechos son los que son. La noticia es buena, ha generado precedente.

2.- Habla en nombre propio y ejerciendo sus funciones, esta vez no se esconde. Con rapidez y valentía. ¿No queríamos eso?, pues ya lo tenemos. ¿Que quizá haya otros temas más importantes? Seguro que Su Eminencia los tratará.

3.- El cardenal Sistach es miembro del comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal y nos recuerda que una de sus funciones es "velar por la adecuación de la COPE al ideario aprobado en asamblea plenaria el año 1994". Su deber de conciencia y la responsabilidad en su función le lleva a tomar una posición. Nada que objetar, lo aplaudo. La decisión de la ejecutiva fue otra —¿sin motivos?—, no entro a juzgar el concepto de lealtad, publicidad y colegialidad en el gobierno de la CEE que tiene el Cardenal.

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2.06.08

Padres increíbles

Los Increíbles

Cualquiera que tenga niños en la era del DVD sabe que cuando dicen «quiero ver una película», en realidad están diciendo quiero ver por n-ésima vez la última película que entró en casa. Durante semanas, los diálogos forman parte de las referencias culturales de la familia. De todas ellas mi preferida es Los Increíbles; la recomiendo, en especial, antes de que la califiquen «para mayores de 18 años con reparos»: familia numerosa, un padre y una madre, casados, cada uno con su rol en la casa, importancia del esfuerzo, del mérito, de la excelencia, del sacrificio, del darse a los demás; padres preocupados por sus hijos, e hijos que darían la vida por sus padres. Aunque no aparezca un solo crucifijo en la película, son el enemigo a batir, en un mundo que no quiere ser salvado.

Pues hoy he conocido a muchos increíbles. Era la fiesta de fin de curso del colegio de mis hijos. Un colegio nuevo, en un barrio nuevo, concertado, no confesional. Hacía unos días el director, en plena asamblea de padres, recomendó la objeción de conciencia a la asignatura de EpC. El colegio la impartiría —lo exige la ley— de acuerdo al ideario propio del centro —hasta aquí nuestra conciencia a salvo—, pero por principios y en solidaridad con todas las familias de España nos animaba a ejercer un derecho como medio concreto para cumplir con nuestra obligación de padres. Animó a que nos informásemos sobre la asignatura. Me acordé de la FERE y sus colegios, ¡qué contraste! Me acordé de muchos padres que en otras Autonomías lo tienen todavía más difícil, ¡ánimo!.

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26.05.08

El corazón de Europa es Nazi

Aktion T4: Vidas dignas de ser vividas. Cartel de propaganda nazi.

El exprimer ministro Guy Verhofstadt presenta en el parlamento belga una ampliación de la Ley de Eutanasia de 2002, que «extiende» su ámbito a quienes no pueden pedirla por ser menores o tener una incapacidad mental.

La semana pasada repasábamos el triunfo de los mengelillos británicos, hoy le toca el turno a los herederos de Ernst Rüdin, Bernard Shaw o Salvador Allende, todos socialistas —da igual nacionalsocialismo, que fabianismo o que marxismo—, todos partidarios de la raza pura, todos progres y demócratas. La semana pasada le tocaba turno mancillar la dignidad humana en su origen, hoy a la eliminación de las Lebensunwerten Leben (vidas indignas de ser vividas).

En abril de 2002, Holanda promulgaba la primera ley de Eutanasia, en la que se despenalizaba el suicidio asistido no sólo para los enfermos adultos que la pidieran de forma «explícita, razonada y repetida» y para los jóvenes de 16 a 18 años que formularan esta petición escrita, sino para los adolescentes capaces de consentimiento, de 12 a 16 años, con la condición de que los propios padres o quien tuviera la tutela jurídica añadieran su consentimiento a la petición personal de los sujetos afectados por enfermedad incurable o por dolor. En mayo del mismo año, Bélgica imitaba a los holandeses, en principio con una ley más restrictiva, en la práctica más laxa pues permitía poner fin a la vida de pacientes en situaciones excepcionales de sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable (similar al grave peligro para la vida o salud física o psíquica de la embarazada de España para el aborto, que ya sabemos en lo que ha degenerado).

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21.05.08

Híbridos humanos

Escultura de Patricia Piccini

El Parlamento británico debate sobre la tramitación de la nueva Ley de Fertilización Humana y Embriología. Ley que barre todos los aspectos en los que se puede degradar la naturaleza humana en sus primeros instantes: el hombre-vaca, el hermano-cobaya, el hijo-gay y el indefenso asesinado; un verdadero programa de «cultura de la muerte». Los dos primeros aspectos han salido adelante —alborozo en los aprendices de doctor Moreau—, los dos segundos se resuelven hoy —expectación en el lobby homosexual y matarife—. No he podido esperar más a conocer el resultado final para comentarlo: una monstruosidad.

La ley tiene al menos dos virtudes. La primera, coherencia. Máscaras fuera. Todos los elementos juntos y revueltos, un tratamiento global de indignidad; un tratamiento maligno pero consistente, quizá de las pocas veces en las que no se esconde, ni por estética, la trabazón entre los temas. La segunda, su enemigo: la cultura de la vida, defendida una vez más en exclusiva por la Iglesia. Parte del debate ha estado centrado en la libertad de voto que ha tenido que conceder el Partido Laborista a los diputados católicos. ¿Y los anglicanos?; debatiendo sobre el sexo del clero.

Hace pocos días terminaba un post con una cita de la entrevista de Peter Seewald a Ratzinger en Dios y el Mundo. Hoy quiero volver a recordarla. Preguntaba el periodista sobre la ruptura del último tabú: el árbol de la vida, mandado proteger por Dios a los querubines en el Paraíso. La repuesta del cardenal profética:

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14.05.08

Ventilar iglesias irrespirables

Cuando el otro día el cardenal Kasper animaba a los anglicanos a tomar posición sobre su «catolicidad» la sensación fue agridulce. En principio, bien. Le pegaba poco a Kasper este tipo de declaraciones, pero bien. Sin embargo se me antojaba algo de hipocresía. Creo que es fantástico alentar a los anglicanos a definirse, pero también, y en primer lugar, a los de la propia casa. Si no, ¿a qué catolicidad se refiere Kasper?, ¿a Castillo, Tamayo, Masiá, Torres Queiruga o Vidal?, para eso que se queden como están.

Yo estimularía a muchos clérigos y religiosos a definirse con la misma fuerza que se lo exigimos a los anglicanos. No es de recibo que desde un púlpito, una clase o una cátedra se enseñen las neuras, traumas y complejos de fulanito o menganito, y no el magisterio, la tradición y la Sagrada Escritura.

Soy el primero en defender el derecho a pensar y decir lo que se quiera, eso sí, que no intenten colárnoslo como «catolicismo», como una interpretación moderna y actualizada del mismo, profundizar que se dice ahora. Y en el campo el diálogo interreligioso o ecuménico menos, el fin no justifica los medios, y presentar un catolicismo rebajado o aparente no es ningún servicio ni a la verdad, ni al ecumenismo.

Ya sabemos que el P. Masiá no es teólogo católico, pero alardea de tal y de experto en diálogo con los budistas y demás religiones del Extremo Oriente. En su serie de artículos «de desmitificación» de los dogmas católicos, que corren paralelos a su celebración litúrgica, esta semana, en un vil artículo, le ha tocado el turno al Espíritu Santo: Ventilar iglesias irrespirables. Vileza en sus citas, vileza en su desarrollo.

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