El pobre san Cayetano
Me lo encontré al llegar a la iglesia de Gandullas. Sobre una destartalada estantería colocada en el atrio del templo parroquial estaba el pobre san Cayetano. Una imagen de escayola, en torno a cincuenta centímetros de altura, con algún desperfecto de pintura y la falta de un piececito y una mano del niño Jesús que lleva en sus brazos.
Me producía una cierta tristeza. El templo de Gandullas está bien, tiene sus imágenes, especialmente la Virgen de la Paz, patrona y titular de la parroquia, y san Antonio, a quien tienen grandísima devoción. Llegaba el momento del rosario, la exposición, la misa, y todos en el templo menos él. Especialmente duro en los días de fiesta grande, cuando el templo se llena y la liturgia es solemne. Y yo me decia… y este pobre, ahí fuera, como si no tuviera que ver con nosotros, como si estuviera castigado.

Mañana del 4 de agosto. La Iglesia universal celebra hoy a san Juan María Vianney, patrón de los párrocos, y, permítanme, muy especialmente de los párrocos rurales. Un lenguaje de vida que hoy nos llevaría a decir, como a los discípulos ante las enseñanzas de Jesús, eso de: “!¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?”
El pasado mes de marzo despedimos al que fue nuncio en España desde octubre de 2019 hasta marzo de este presente año. Un buen nuncio al que se le pusieron palos en las ruedas sobre todo al imponerle una famosa comisión de ayuda al nuncio, que acabó convirtiéndose en grupo de presión y puenteo. Pero sí, un muy buen nuncio a pesar de esos pesares, hondos pesares.
Permítanme que comience este post agradeciendo a dos buenos amigos, Specola de Roma y Paco Pepe Fernández de la Cigoña sus amabilidades y referencias a un servidor. Que dos auténticos influencers desde hace años reconozcan la labor de un servidor me llena, como diría un conocidísmo personaje de la vida española, “de orgullo y satisfacción". Paco Pepe es, sin duda, el gran referente de la información y la opinión sobre la Iglesia, con millones y millones de visitantes a sus páginas. Specola son años de escribir su crónica diaria ofreciéndonos una información vaticana de primerísimo orden. Suelo decir que lo que no conoce Specola es porque, directamente, no ha sucedido. Un servidor algo va haciendo.