Misa de comunión
Revisando papeles, archivos… he encontrado una cosa curiosa de un día de fiesta en un pueblo. Tenían previstas varias misas, y una de ellas se presentaba como “misa de comunión", lo que, claramente, quiere decir que las otras misas no eran de comunión, misas sí, pero donde no comulgaban los fieles.
Recuerdo hace muchos años, siendo servidor un jovencísimo religioso agustino, que cada 28 de febrero se celebraba en la basílica del Monasterio del Escorial un solemnísimo funeral por los reyes de España al que acudían el jefe del estado, el gobierno, representantes de las instituciones del estado y una amplísima concurrencia de embajadores y otros miembros del cuerpo diplomático. En esa misa jamás se distribía la comunión a los fieles. Los religiosos comulgábamos en el coro al acabar el rezo de laudes.
A lo mejor lo que voy a decir es un disparate o tal vez no tanto. Pero lo mismo no era ninguna barbaridad que en algunas misas, donde se prevé una gran asistencia de público mayoritariamente no creyente o alejados, se optara por no distribuir la comunión a los fieles previniendo cualquier abuso en su recepción.
Poer supuesto que yo no sé en qué condiciones se acerca cada uno a comulgar. Lo más que puede uno es sacar sus siempre pobres conclusiones desde lo que se va observando en la celebración. El cura más simple se da cuenta, nada más empezar, de lo que tiene delante. Comienzas y la gente no responde a nada, ni siquiera rezan el padrenuestro, no tienen ni idea de gestos y posturas corporales y, de repente, llega la hora de la comunión y ahí están en la fila, sin saber qué hacer, ponen la mano de cualquier manera, cuando depositas al Señor en su mano y dices “el cuerpo de Cristo” se callan o te sueltan un “gracias” y si no estás muy atento se van a su sitio con el Señor en la mano.
Es verdad que antes de la comunión puedes dar un aviso: “recuerden que para comulgar se necesita estar en gracia de Dios", cosa que sirve de poco porque no saben qué es eso y porque encima te cuestionan con un “y quién es el cura para decirme si puedo comulgar o no". El hecho es que te encuentras, sobre todo en funerales, familiares y amigos que, por culpa de un desconocimiento total de los fundamentos de la fe, ese día se acercan a comulgar aunque lleven sin pisar una Iglesia, no digo sin confesarse, desde el día de la primera comunión si es que la hicieron.
Insisto que la solución no es fácil, porque entran en juego la esencia misma de la celebración eucarística, facilitar la comunión de los fieles y, al mismo tiempo, velar para que no se produzcan sacrilegios y barbaridades a la hora de distribuir la eucaristía.
Una posibilidad podría consistir en seguir como siempre en las misas parroquiales y celebrar misas sin comunión de los fieles en bodas, funerales y algún caso más, salvo casos muy partuculares.
Vamos a pensarlo. Lo mismo no es tan disparatado.
Y no me vengan ahora con que a lo mejor esos alejados son más dignos que un servidor y que el mismo papa.
19 comentarios
Como usted ha dicho, no es fácil, pero yo abogo por volver la vista a esos primeros siglos. Nuestra sociedad se asemeja mucho a aquella sociedad pagana donde el cristianismo empezó a dar sus primeros pasos y creo que muchas de las soluciones que adoptaron serían válidas para nuestro tiempo.
¿Esto que comento tiene alguna verosimilitud? Ya sabe que la misa moderna tiene un gusto recalcitrante por la participación del pueblo (muy protestante) para que cante, rece bien fuerte, dé palmas, abrazos y hasta bailes si se tercia.
Lo comento porque me parece muy duro dejar sin comulgar a los fieles que sí pueden hacerlo, la verdad. Sobre todo, en los funerales, pensando en la familia del difunto. A mí me daría mucha pena no poder comulgar (en funerales o en cualquier otra Misa). Comprendo el grave problema de las profanaciones y sacrilegios y, sin duda, hay que evitarlo. Pero si se puede encontrar una solución que no sea dejar a los fieles que de verdad lo sean sin recibir al Señor, mucho mejor.
No sé cuál es la causa de que no se distribuyera la comunión, porque oíamos dos misas ese día.
No le puede venir ahora nadie con que a lo mejor esos alejados son más dignos que usted y que el mismo papa, porque no es verdad. Quien lo diga se equivoca o miente, porque san Pablo enseña que quien come del pan y bebe del cáliz del Señor indignamente, es reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Quien come y bebe sin discernir el cuerpo come y bebe su condenación.
Es una gran verdad que un cura como Dios manda y visto como está el patio, useasé, la Iglesia, debería antes de la comunión dar un aviso: “recuerden que para comulgar se necesita estar en gracia de Dios" y explicar además: “si no se han acercado al sacramento de la confesión y han cometido pecados mortales, no están en gracia de Dios y no pueden comulgar”. Pero para evitar que se marche la clientela o por progresismo apóstata, la mayoría, es decir, la clerigalla calla y se hace cómplice vergonzante u orgullosa de estos continuos sacrilegios. No tienen ni respeto ni amor a Cristo. Son en el mejor de los casos funcionarios cínicos o cobardes que temen los avisos y amenazas del obispo. O lobos comunistas que odian a la Iglesia, que es para ellos una institución que Cristo no instituyó.
Cuando falleció mi abuelo paterno, mi abuela, la viuda, pidió varias misas tras el funeral. A ésas acudieron muchas menos personas que al propio funeral. Los que pueden comulgar siempre van a hallar cómo poder recibir al Señor. Incluso si estuvieran lejos de poder asistir a un templo, a recibirla materialmente, siempre les quedaría el corazón.
Conmigo no hubiera tenido problema. Yo me sentaba sin molestar cuando sabía que no debía comulgar, así se levantara todo el mundo. Pero otros no solo no están en situación de hacerlo, sino que tampoco lo están de entender por qué no deben. #El adentrarse humildemente en la Misericordia de Dios sin violentarta#. Siempre será complicado estar en el filo. Ni impedir el acceso con mayores exigencias de las debidas, ni creerse por encima de todo y de todos, y pretender asistir al Misterio como un elefante en una cacharrería.
Ave María...
Quienes querían comulgar, debían estar dispuestos a llegar antes o a quedarse hasta después de la Misa, por lo que estarían naturalmente más dispuestos.
Y, como beneficio adicional, la Misa era más corta (en sus palabras: "nunca me aburrí en Misa de niño, porque las misas eran cortas, no más de media hora los domingos).
Cualquiera sabe qie una misa, a.diferencia de una boda o un bautizo, no son una mera celebración de la Palabra. Son Eucaristía. Se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
El Cura no es un policía que debe discriminr quien está en Gracia y quien no. Salvo pecador público m, debe dar la Comunión a Todos. Sí. Todos los que se ponen en la cola. Punto pelota.
Ahora bien, quien comulgue en pecado debe saber que se condena. Esto deben decirlo los curas. Pero claro. Si un cura dice esto, peor que si se niega a aplicar la Fiducia. Por eso no le pasa nada, pero por advertir de que es sacrilegio y se condenan, apartado mínimo el mismo tiempo que el Padre Delgado.
Advertir del Sacrilegio y la condenación de quien comulgue en pecado es más eficaz que el prohibixionismo tuchista de cura metido a policía. Seamos serios y dejémonos de inventos sinodales.
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