Un muy buen fin de semana con sorpresa final en Piñuécar
En nuestros pueblos todo es igual y todo es nuevo. El fin de semana normalito se compone de una misa vespertina en Gandullas el sábado y las tres dominicales de La Serna, Piñuécar y Braojos. Pero siempre hay algo que sorprende.
Grupo de fin de semana en la casa parroquial de Braojos, de la que hablaré en los próximos días. Problemas para acudir a misa el domingo, tenían algunos universitarios y venía gente de lejos, así que decidieron incorporarse a la misa de víspera de Gandullas. Perfecto. La iglesia llena. Y un ruego: ¿tras la misa nos podría exponer el Santísimo? ¿Y podríamos contar con usted para confesiones? Por supuesto. Una hora de exposición y un servidor que no paró de confesar. Buen comienzo. Buen grupo.
Tranquilidad en La Serna, ahí estaba la señora Juana como siempre y todavía acudieron dos más.
En Braojos, tercer domingo de mes, misa y al acabar, procesión de minerva con el Santísimo por toda la iglesia parroquial. Solemne: insignias, palio, incienso… Y así desde el año 1589.

Esta mañana he celebrado misa en el noviciado de las religiosas de María Inmaculada en Buitrago del Lozoya. Es un noviciado internacional, pero noviciado. Creo que ahora están ahí como ocho o diez novicias. Hasta ahora he ido acudiendo esporádicamente cuando ha sido necesaria alguna suplencia. Este año me han hecho “fijo": acudiré dos días por semana para celebrar. Otros días cuentan con otros sacerdotes del arciprestazgo.





