El respetable y hacerse respetar
Eso de “el respetable” lo aprendió un servidor del mundo taurino. Cuando un torero se refiere a los espectadores del espectáculo siempre lo hace hablando “del respetable", porque todos esos que ocupan los tendidos y las gradas han accedido pagando su entrada y se merecen un respeto. Punto.
Hace mucho que, entre otras cosas, llamo a mis feligreses “el respetable”, porque llevan manteniendo sus parroquias por generaciones, porque son muchos los que se dejaron su vida, su fe, su generosidad en nuestros templos y comunidades, y porque hoy siguen cuidando de sus parroquias y aportando el dinero necesario para su mantenimiento y el mantenimiento de los sacerdotes. Esa gente se merece un respeto.