14.07.15

Lo que sé de mí lo sé porque tú me iluminas


No saben lo mucho que se pierden aquellos que no hacen la Liturgia de las Horas, que aunque es preceptiva para sacerdotes y religiosos, está a disposición de todos los fieles que quieran crecer en gracia mediante la oración, la lectura de la Escritura y las perlas de grandes padres de la Iglesia y santos como San Agustín. 

Precisamente el día de hoy encontramos en el Oficio de lecturas esta joya del santo obispo de Hipona:

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9.07.15

Silvano, desde Athos (y IX)

Última entrega de la selección de textos escogidos de Silvano de Athos, monje ortodoxos canonizado por la Iglesia Ortodoxa.

El Señor tiene compasión de todos. Y quiere que amemos de la misma forma a nuestros hermanos. Por eso: ama a los hombres hasta el punto de cargar sobre ti el peso de sus pecados. 

Yo entré al monasterio poco después del servicio militar. Pero pronto me asaltaron las dudas y quise volver al mundo y casarme. Sin embargo me dije enérgicamente: es aquí que quiero morir a causa de mis pecados. Durante algún tiempo viví en la desesperación. Me parecía que Dios me había repudiado y que no había más salvación para mí. Me parecía que Dios no tenía piedad. Y estos pensamientos eran tan atormentadores que, aún hoy, no puedo recordar ese tiempo sin sentir espanto. El alma no tiene fuerza para soportarlo. 

Adán, padre de la humanidad, había conocido la felicidad del amor de Dios en el Paraíso, y por eso sufrió amargamente cuando el pecado lo expulsó del Edén y le hizo perder el amor y la paz de Dios. Llenó el desierto con sus lamentos y el recuerdo de lo que había perdido atormentó su alma: ¡He ofendido al Señor amado! 

Deseó de tal forma el Paraíso y su belleza, que sufrió por haber perdido el amor que atrae continuamente al alma hacia Dios… Toda alma que, después de haber conocido a Dios en el Espíritu Santo, ha perdido la gracia, vuelve a sentir el sufrimiento de Adán. Ella está enferma y triste por haber afligido al Señor amado. 

Adán lloró amargamente. La tierra no le dio más ninguna alegría y su grito recorrió el desierto: “Mi alma desea al Señor y lo busca con lágrimas. ¿Cómo no buscar al Señor? Mi alma estaba feliz en El y en paz, y el enemigo no estaba dentro mío. Ahora el espíritu de malicia ha adquirido poder sobre mí, mi alma está en la incertidumbre y bajo sus golpes. También ella languidece por el Señor y lo desea a muerte. Mi espíritu tiende hacia Él, nada sobre la tierra me regocija más, ¡nada puede consolar mi alma!

Yo quiero ver al Señor y en Él ser saciado. No puedo olvidarlo y grito en la plenitud de mi pena: “¡Dios, mi Dios, ten piedad de mí, ten piedad de tu criatura caída!” Así se lamentaba Adán. Las lágrimas caían sobre sus mejillas, bañaban la tierra a sus pies; el desierto escuchó sus gemidos, los pájaros se callaron de dolor. Y así toda paz abandonó la tierra. Cuando vio a Abel muerto por su hermano Caín, no contuvo más su dolor y llorando gritó: “de mí saldrán los pueblos que se multiplicarán, pero ¡vivirán en la enemistad y se matarán!" 

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5.07.15

Tu sacrificio al Señor

Texto patrístico de hoy en el Oficio de Lecturas de la Liturgia de las Horas

De los Sermones de san Agustín, obispo.(Sermón 19, 2-3: CCL 41, 252-254)

Yo reconozco mi culpa, dice el salmista. Si yo la reconozco, dígnate tú perdonarla. No tengamos en modo alguno la presunción de que vivimos rectamente y sin pecado. Lo que atestigua a favor de nuestra vida es el reconocimiento de nuestras culpas. Los hombres sin remedio son aquellos que dejan de atender a sus propios pecados para fijarse en los de los demás. No buscan lo que hay que corregir, sino en qué pueden morder. Y, al no poderse excusar a sí mismos, están siempre dispuestos a acusar a los demás. No es así cómo nos enseña el salmo a orar y dar a Dios satisfacción, ya que dice: Pues yo reconozco mi culpa, tengo presente mi pecado. El que así ora no atiende a los pecados ajenos, sino que se examina a sí mismo, y no de manera superficial, como quien palpa, sino profundizando en su interior. No se perdona a sí mismo, y por esto precisamente puede atreverse a pedir perdón.

Cuando Adán pecó, quiso echar la culpa de su pecado a Eva. Cuando Eva pecó, quiso echar la culpa de su pecado a la serpiente. ¿Cuántas veces no hacemos lo mismo? ¿cuántas veces miramos el pecado ajeno sin reparar en el propio? ¿No seremos a veces como Caín, que quiso huir de su pecado desviando la atención a una supuesta falta de obligación de cuidar a aquel a quien había asesinado?

Ante Dios, no valen excusas. Solo vale el reconocimiento de la culpa. Y no cualquier reconocimiento. No basta con decir “oh, sí, Señor, no lo he hecho bien pero es que mira…". No, no hay nada que mirar. Si somos templo de su Espíritu -y si no lo eres es porque no lo has pedido-, no busquemos explicación a la profanación que hacemos cada vez que nos alejamos de su voluntad, porque no la hay. Aunque creamos tener una paja en tu ojo, eso no nos da derecho a ver la viga en el ojo ajeno. Porque es más fácil que nuestra paja sea viga que cualquier viga auténtica que pueda haber en los ojos de quienes, por las razones que sean, no han sido todavía iluminados por Cristo.

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3.07.15

¿Ven ustedes como Mons. Reig Pla tenía razón? Son abominables

El 25 de septiembre del 2014, en InfoCatólica dimos una noticia que empezaba así:

El obispo de Alcalá de Henares ha escrito una carta en la que, citando la encíclica «Sollicitudo rei socialis», sentencia que los partidos políticos mayoritarios en España se han constituido en «verdaderas estructuras de pecado»

Aunque las palabras de Mons. Reig Pla estaban motivadas por la retirada de la pseudo-reforma de la ley del aborto por parte del gobierno del PP, el obispo indicaba otras materias en las que ese partido era una sola cosa con el resto. Sigo citando:

Mons. Reig Pla cree que es el momento de decir «con voz sosegada pero clara, que el Partido Popular es liberal, informado ideológicamente por el feminismo radical y la ideología de género, e «infectado» como el resto de los partidos políticos y sindicatos mayoritarios, por el lobby LGBTQ; siervos todos, a su vez, de instituciones internacionales (públicas y privadas) para la promoción de la llamada «gobernanza global» al servicio del imperialismo transnacional neocapitalista».

Aunque nadie con un mínimo de identidad católica en su alma podría dudar seriamente en esos momentos que el obispo de Alcalá de Henares tenía razón, hoy se ha vuelto a demostrar la verdad que hay en sus palabras. No es solo que todos los partidos parlamentarios hayan decidido que en el Congreso se exhiba la bandera del lobby gay. Es que además, el presidente de dicha institución, el señor Jesús Posada, ha dicho que la sociedad española ya ve las uniones de personas del mismo sexo como algo «bueno para todos», lo que, a su juicio implica que se ha dado «un gran paso».

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30.06.15

Estoy de acuerdo con el obispo Hilarión: debemos volver al entendimiento del primer milenio

Hilarión Alfeyev es sin duda una de las figuras más destacadas de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Hombre sabio, multifacético y con gran capacidad de comunicación, lo cual le ha llevado a ser responsable de las relaciones externas del patriarcado de Moscú. Es autor de más de 300 publicaciones, incluidos numerosos libros en ruso, inglés, francés, alemán, italiano y finés. Y además es compositor. Su Pasión según San Mateo es sencilla y llanamante una maravilla. Valga como ejemplo el vídeo del principio de esa obra.

En la entrevista concedida al Corriere della Sera y que Infocatólica ha traducido para los católicos de lengua española, suelta perlas magníficas. Por ejemplo:

Como bien sabe, habitualmente el análisis y el entenimiento del cristianismo está basado en categorías y hechos europeos. Y por lo tanto, puede llevar al error. Nos enteramos de que en Holanda han cerrado miles de parroquias, mientras que se desconoce que, al contrario, se han abierto veintisiete mil iglesias ortodoxas en el mundo en los últimos 27 años, unas tres al día. Y continuamos construyendo más.

En otras palabras. Mientras que buena parte de la Europa católica y protestante muere miserablemente, los ortodoxos gozan de muy buena salud. A decir verdad, hay una Europa católica que no tiene mucho que “envidiar” a los ortodoxos. Ahí está Polonia, con un catolicismo pujante y único país del mundo donde el descenso de abortos ha sido brutal, cosa que no se puede decir de Rusia, aunque también están mejorando las cosas en la nación de Hilarión.

Especialmente acertada es esta declaración del metropolita ortodoxo sobre la Unión Europea:

Creo que es un modelo positivo su capacidad de unir diferentes países en una unión geopolíticoa. Pero veo una desviación de la trayectoria de los fundadores como el alemán Konrad Adenauer y el francés Frenchman Robert Schumann. Ellos fundaron una asociación de países cristianos con raíces cristianas. Ahora esas raíces han sido no solo ignoradas sino rechazadas en el nombre de valores secularistas y humanistas. La secularización es un fenómenos que vemos un por todas partes en Occidente. No es necesariamente algo malo. Lo es cuando muestra su forma anti-religiosa, como ocurre en gran parte de Europa. Ante la creciente presencia islámica, me parece que la Unión Europea no están posición de responder de forma efectiva. Si ustedes abandonan los valores cristianos, ¿qué pueden oponer al Islam? Piense en la familia. Si queremos una Europa fuerte, necesitamos una familia fuerte, que enfrente la desfavorable tendencia demográfica. No podemos responder a eso con matrimonios del mismo sexo, con familias donde no hay una madre y un padre.

No se puede decir más y mejor en menos palabras. Mayor Oreja, dicho sea de paso, afirmó ayer en Yuste algo parecido.

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