¿Es hereje el Prepósito General de la Compañía de Jesús?
Por segunda vez, al menos, en declaraciones púlbicas, el P. Arturo Sosa se ha apartado de la doctrina católica en una cuestión tan “delicada” como la existencia de Satanás como ángel caído. Esta semana ha dicho:
Padre Sosa, ¿existe el diablo?
De diferentes maneras. Necesitamos entender los elementos culturales para referirnos a este personaje. En el lenguaje de San Ignacio, es el mal espíritu el que te lleva a hacer cosas que van en contra del espíritu de Dios. Existe como el mal personificado en diferentes estructuras pero no en las personas, porque no es una persona, es una forma de implementar el mal. Él no es una persona como una persona humana. Es una forma de maldad que está presente en la vida humana. El bien y el mal están en una lucha permanente en la conciencia humana, y tenemos formas de indicarlos. Reconocemos a Dios como bueno, completamente bueno. Los símbolos son parte de la realidad, y el demonio existe como una realidad simbólica, no como una realidad personal.
Y el 31 de mayo del 2017, el diario El Mundo publicó una entrevista -titulada “El único jefe del Papa”-, en la que dijo:
Desde mi punto de vista, el mal forma parte del misterio de la libertad. Si el ser humano es libre, puede elegir entre el bien y el mal. Los cristianos creemos que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto Dios es libre, pero Dios siempre elige hacer el bien porque es todo bondad. Hemos hecho figuras simbólicas, como el diablo, para expresar el mal. Los condicionamientos sociales también representan esa figura, ya que hay gente que actúa así porque está en un entorno donde es muy difícil hacer lo contrario.
Como es habitual en los modernistas, el P. Sosa juega a la ambiguedad de no negar algo sino darle un significado totalmetne diferente. Ya hay quien le defiende asegurando que él no niega la existencia del demonio, sino que simplemente la explica de otra manera. Pero eso es como si yo digo que Dios existe pero no es trino sino multifacético y poliédrico, o que en realidad es una construcción mitológica para expresar una realidad inaprensible.