InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Anti-magisterio

26.07.15

La gran farsa ha de acabar

Sí, es la gran farsa. Consiste en la idea de que pueden permanecer en un mismo cuerpo eclesial personas que profesan una fe radicalmente distinta. Consiste en la idea de que la verdad y la mentira pueden ir de la mano. Consiste en la idea de que se puede ser católico y pensar como un protestante liberal, un budista o un sintoísta.

Cualquier católico digno de dicha condición entiende que el artículo que el sacerdote Pablo D´Ors publicó en Vida Nueva (más bien Herejía de Siempre), es radicalmente incompatible con la fe que profesa. Es más, no hay asomo de catolicismo en las palabras de ese presbítero madrileño y, en no pocos aspectos, tampoco lo hay de otro tipo de cristianismo no católico.

Tanto Mons. Munilla como Mons. Rico Pavés se han encargado de recordar que las tesis de D´Ors no tienen encaje en la Iglesia. Y sin embargo, y aquí está el escándalo y la farsa, estamos ante un sacerdote que fue nombrado recientemente consultor del Pontifico Consejo para la Cultura, que preside el cardenal Ravasi. Hace años un español que trabajaba en el Vaticano me dijo que se le conocía como el último bultmaniano de la curia. Me temo que ya no está solo.

No hace falta ser obispo ni haber estudiado en la Gregoriana para entender que no puede ser catolico, y mucho menos sacerdote, si se piensa esto:

Y eso de reservar la eucaristía en un sagrario, ¿a qué viene?

La pregunta es a qué viene que Pablo D´Ors pueda consagrar, siendo que no cree ni por un casual en la doctrina sacramental de la Iglesia.

Otro ejemplo de la gran farsa es la presencia en órdenes religiosas de personajes que se chotean del carisma de sus fundadores y que pisotean su condición de personas consagradas. Sinceramente, ¿alguien puede explicarnos qué hace Sor Lucía Caram en la misma orden que Sor María Pilar Cano? La primera tiene de monja dominica lo que yo de lama tibetano. Y la segunda se encarga de recordarlo con palabras claras, contundentes:

En este sentido he tenido con dolor que escuchar de ti y ver actitudes en ti que desdicen de una persona, y más de una religiosa, ya que dividimos a los hermanos en lugar de dar ejemplo de integración y de acogida.

Termino con un último consejo desde mi experiencia de ser una hermana de tu Orden: Nuestra misión y vocación necesita espacios de relación comunitaria y con Dios, cuidando las relaciones fraternas con las demás hermanas, la comunión con todas. Si dices al mundo que monja de clausura, no. Monja de silencio, no…de obediencia, no ¿qué es lo que queda de consagrada?

La cosa empeora, y mucho, cuando vemos que hay cardenales y obispos participando en un sínodo con la intención de cargarse la fe de la Iglesia y el mandato de Cristo sobre el sacramento del matrimonio. Sí, ciertamente hay otros dispuestos a no ceder, pero, ¿cómo pueden unos y otros formar parte de la misma Iglesia? ¿qué tipo de engaño quieren colarnos? ¿acaso el catolicismo es una copia barata del anglicanismo, donde lo mismo da pensar una cosa que la contraria en doctrinas fundamentales?

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4.06.15

Satanás se ríe ahora, pero venceremos por Cristo y en Cristo

Al cardenal Kasper le parece fabuloso que Irlanda haya aprobado el “matrimonio” homosexual. Le parece igualmente necesario que la Iglesia reconozca las cosas buenas en las uniones homosexuales prolongadas. Pide además que se supere la, según él, discriminación injusta contra ellos. Y, faltaría más, reclama a la Iglesia que adopte un nuevo lenguaje. Es más, avisa que esa cuestión será central en el próximo Sínodo.

A mí no me cabe la menor duda de que Satanás está partiéndose de risa en estos momentos. Ni en su sueño más onírico llegó a pensar que alguna vez la Iglesia Católica asistiría al espectáculo de que en un sínodo, -o mejor dicho, en dos sínodos- se discutiría siquiera sobre la aprobación, siquiera sea parcial, de algo que se acerca mucho a la abominación desoladora descrita en la Escritura. Los textos sobre la homosexualidad en la Biblia y en la Tradición son tan claros y contundentes que solo alguien que desprecie la Revelación puede plantear cualquier reconocimiento a unas relaciones contrarias a la ley natural y que Dios considera abominables.

Por otra parte, el argumento del cardenal Kasper para admitir el resultado del referendo en Irlanda valdría igual para aceptar el aborto, la eutanasia y cualquier barbaridad que surgiera de “la voluntad del pueblo". Para ese “príncipe” -ay, ay, ay- de la Iglesia, lo que importa de verdad es lo que diga el mundo,no lo que Dios haya dispuesto.

Satanás se carcajea de que el cardenal Pell tuviera razón al indicar en octubre pasado que:

«La comunión para los divorciados vueltos a casar es para algunos padres sinodales -muy pocos, ciertamente no la mayoría- solo la punta del iceberg, el caballo de Troya. Ellos quieren cambios más amplios, el reconocimiento de las uniones civiles, el reconocimiento de las uniones homosexuales. La Iglesia no puede ir en esa dirección».

Lucifer disfruta viendo como se cumplen las profecías de la Virgen en Akhita sobre su obra dentro de la Iglesia:

La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos.

Eso lo tenemos ya delante de nuestros ojos. Y recordemos que en junio de 1988, Joseph Cardinal Ratzinger, por entonces Prefecto de la Congregación para la  Doctrina de la Fe, impartió el juicio definitivo sobre los eventos y mensajes de Akita, juzgándolos confiables y dignos de fe. Quien luego ha sido Papa con el nombre de Benedicto XVI, observó que Akita es una continuación de los mensajes de Fátima.

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8.04.15

Son un insulto a la memoria de San Ignacio de Loyola

El pasado domingo de Resurrección, publicamos un artículo de Mons. José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, en el que el obispo se limitaba a recordar que es doctrina católica -y de paso de ortodoxos y protestantes evangélicos (no liberales)- algo tan elemental como que Jesucristo resucitó de verdad y que tal hecho, además de ser un dogma de fe, es historico. Además, arremete contra los que niegan dicha historicidad.

Decía el obispo:

Algunos teólogos, en su intento de conseguir que la fe cristiana esté plenamente integrada en los parámetros de la cultura contemporánea, pretendieron realizar una reinterpretación de la resurrección, de forma que la fe cristiana en la resurrección de Jesucristo no implicase la historicidad del sepulcro vacío, la revivificación del cadáver, ni las apariciones de Jesucristo resucitado a los apóstoles. Todo eso no serían más que construcciones literarias de los evangelios. Para estos autores, la resurrección de Cristo se reduce a la experiencia subjetiva de que Jesús vive dentro de nosotros, y de que inspira nuestra existencia.

Pues hete aquí que el “teólogo” José María Castillo se ha enfadado con el prelado vasco. Y no ha tenido mejor idea que escribir otro artículo diciendo que tal resurrección no es un hecho histórico sino, ojo al dato, meta-histórico. Así lo explica:

El obispo Munilla se ha puesto nervioso porque algunos se atreven a decir que la resurrección de Cristo no es un hecho histórico. Los entendidos en historiografía discuten lo que se debe entender cuando hablamos de un “hecho histórico". Sea cual sea la postura que cada cual adopte en esa discusión, lo que parece que se puede afirmar con seguridad es que un hecho se puede considerar como histórico cuando ese hecho sucede dentro de la historia. Lo que le ocurra (o le pueda ocurrir) a un ser humano después de su muerte, eso ya no está, ni puede estar dentro de la historia, sino más allá de la historia.En tal caso, ya no estamos hablando de lo “histórico", sino de lo “meta-histórico“. Por supuesto, puede haber personas (y las hay en abundancia) que, por sus creencias (religiosas, filosóficas o de otra índole), están persuadidos de que un difunto vive, ya sea en el cielo, junto a Dios, en la eternidad o en alguna otra modalidad que los humanos podemos imaginar o idealizar. Pero, cuando esto sucede, ya no estamos hablando de la historia, sino de lo que trasciende la historia. En otras palabras, una cosa es “lo histórico” y otra cosa es “lo trascendente". Que puede ser “real", pero no es “histórico".

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25.03.15

Respecto al pecado mortal del adulterio

Como ya he comentado en alguna ocasión, las palabras “pecado mortal” parecen haber sido arrancadas del lenguaje habitual de multitud de pastores y fieles. Sobre todo si dicho pecado tiene algo que ver con el sexto mandamiento del Decálogo. Siempre se ha dicho que la Iglesia parecía obsesionada con dicho pecado, pero ahora parece que la obsesión consiste en restarle importancia.

Me produce enorme tristeza que se esté dando en la Iglesia la imagen de que el pecado del adulterio o el de la fornicación ha de tener un tratamiento especial, en plan “bueno, no está bien, pero no os obsesionéis, que tampoco es para tanto” o llamándolo simplemente “situación irregular".

¿Cómo que no es para tanto? ¿Acaso no escribió San Pablo que ese tipo de pecados son especialmente graves?:

Huid de la fornicación. Todo pecado que un hombre comete queda fuera de su cuerpo; pero el que fornica peca contra su propio cuerpo. 

¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis? 

Habéis sido comprados mediante un precio. Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo. 
1ª Cor 6,18-20


El apóstol nos pide que huyamos de ese pecado, ¿y nosotros nos ponemos a discutir sobre si los que VIVEN en él que pueden acercarse a comulgar al altar como si tal cosa? ¿a cuento de qué?

No piensen ustedes que esto es cosa solo de los prelados alemanes o de algún obispo cuasi-apóstata. El otro día el cardenal Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, hizo unas declaracions a TV3 de las que se hace eco Europa Press de la siguiente manera:

… Martínez Sistach, se mostró convencido de que se hallarán soluciones para que separados y divorciados católicos vueltos a casar puedan comulgar y vivir su fe de forma normal, aunque dejó claro que no se cambiarán cuestiones doctrinales.

Recordó, asimismo, que el Papa Francisco está preocupado por esta cuestión, y por ello la abordó en dos sínodos, uno de ellos extraordinario. Y explicó que los divorciados que se han vuelto a casar o se han juntado con otra persona son miembros de la Iglesia, no están excomulgados y la comunidad cristiana les debe ayudar y acoger.

“Tengo la esperanza de que se encontrarán caminos, algún camino que ayudará si no a una solución total, sí a una solución de misericordia y fidelidad“.

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11.02.15

Es otro evangelio, por tanto, anatema

Aquellos que predican contra la Escritura y afirman que vivir en adulterio no es siempre pecado… 

Aquellos que predican contra las palabras de Cristo y dicen que no son adúlteros quienes se han vuelto a casar tras divorciarse de un matrimonio unido por Dios. ..

Aquellos que predican que la misericordia divina consiste en que Dios puede ser cómplice del pecado y no busca la conversión… 

Aquellos que predican que hay algo de positivo cuando dos cristianos viven amancebados, fornicando sin pasar por el sacramento del matrimonio…

Aquellos que predican que puede haber algo bueno en el pecado nefando, abominable a los ojos de Dios, consistente en mantener relaciones sexuales estables entre personas del mismo sexo…

Aquellos que predican sobre la gracia como el heresiarca Lutero, indicando que la justificación consiste en una especie de contrato legal por el cual el hombre se mantiene igual de pecador que antes de ser justificado, sin necesidad de cambio de vida… 

Aquellos que predican que se puede profanar lo más santo de la fe católica, comulgando en pecado mortal… 

Aquellos que predican que se puede conceder la absolución a quienes no tienen intención de abandonar una vida de pecado…

Aquellos que predican contra todo lo que la Iglesia de Cristo ha enseñado durante veinte siglos…

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