InfoCatólica / Caballero del Pilar / Archivos para: Febrero 2024, 20

20.02.24

Alberto Bárcena: "A todos nos salpica la sangre inocente del holocausto del aborto, hay que actuar"

El pasado sábado 17 de febrero, Barcelona acogió el II Encuentro 40 Días por la Vida. El auditorio del Colegio Real Monasterio de Santa Isabel fue testigo de este encuentro, que contó con la presencia de Isabel Vaughan, activista provida y coordinadora de 40 Days for Life Birmingham, y Alberto Bárcena, doctor en Historia por la Universidad San Pablo CEU de Madrid.

Tras entrevistar a Isabel Vaughan en este medio, hacemos lo propio con el profesor Alberto Bárcena, que impartió una conferencia titulada «Católico, despierta: la batalla cultural y el aborto».

¿Qué supuso para usted participar en el II Encuentro de 40 días por la Vida en Barcelona junto a una activista provida de reconocido prestigio internacional como Isabel Vaughan?

Fue una experiencia reconfortante: ver a tantas personas apoyando la lucha por la vida, el principal de los derechos humanos, sin el que resulta imposible construir cualquier declaración de derechos con vocación de permanencia y justicia; hablar con rescatadores que logran salvar a los más inocentes, cuando ya parecían condenados a no ver la luz, comprobar la alegría que experimentan al conseguirlo, y como, a pesar de la demoledora y omnipresente propaganda contraria, no se dejan engañar: saben que defienden la Verdad -la fe y la razón-, la ley de Dios y la dignidad de la persona humana, única criatura hecha a imagen y semejanza del Creador.

En cuanto a Isabel Vaughan, fue un honor conocerla; con su sola presencia dio mayor visibilidad al encuentro, convertida como ha sido, merecidamente, en ejemplo de valor y coherencia a nivel internacional; con sus palabras y sus declaraciones nos edificaba desde la fe y la esperanza, con la convicción, razonada, de que Satanás va perdiendo el combate; como ya sabemos que ha perdido también el definitivo, a pesar del daño inmenso causado a tantas almas, incapaces ya de distinguir entre el bien y el mal, entre legalidad y legitimidad; a pesar de tantas muertes de hijos de Dios, eliminados inicuamente en todo el planeta. “En la raíz de cada violencia contra el prójimo se cede a la lógica del maligno, es decir de aquel que era homicida desde el principio (Jn 8, 44) como nos recuerda el apóstol Juan…” nos decía San Juan Pablo II, hablando del aborto en Evangelium vitae. El aborto tiene sus días contados, como los tiene la influencia del ángel caído sobre el género humano.

¿Por qué en su conferencia llamó a los católicos a despertar y dar la batalla cultural frente al aborto?

Porque no podemos desentendernos del holocausto; la sangre de los inocentes nos salpica a todos; los que con nuestros impuestos pagamos, aunque no queramos verlo, su muerte; no podemos permitirnos ese fatalismo, como si esto no fuera con nosotros. Se nos pedirán cuentas de tanta maldad; el católico está llamado a ser luz en medio del mundo, no puede ser cómplice del mal, no podemos normalizarlo, ni permanecer mudos e impasibles cuando sistemáticamente y a diario se viola tan gravemente la ley suprema que debemos obedecer por encima de todo: la que Dios nos ha dado para nuestra salvación.

¿Cuándo fue el punto de inflexión en el que en poderosas convenciones internacionales se empezó a hablar de los nuevos derechos? ¿Qué son los llamados nuevos derechos, que no son tales?

Los mal llamados nuevos derechos se fueron gestando en las cumbres de la ONU, cuando ya el aborto se había ido introduciendo en la mayor parte de de Occidente, con deferentes matices y subterfugios; como si fuera una especie de mal menor. Se trataba, para los involucrados en esta operación de ingeniería social, de darle ya el rango de derecho universal; con el objetivo de reducir drásticamente lo que llaman “fertilidad” por razones económicas, de explotación egoísta de los recursos naturales al más bajo coste. Pero no solo; se trataba también de establecer un nuevo paradigma humano situando al hombre en el lugar de Dios, conforme al pensamiento masónico, de peso concluyente en todo el proceso; aunque para ello curiosamente proyectaran la eliminación de millones de personas, desde los no concebidos hasta los que, ya en el seno materno, serían privados de la vida por diferentes métodos, a cual más brutal. Necesitaban para llevar a cabo tamaño despropósito inventar una nueva religión, que sería panteísta.

Así en la Cumbre de Río, o de la Tierra, celebrada en 1992, se acordó la redacción de La Carta de la Tierra, cuyo redactor más destacado, Mijaíl Gorbachov, declaraba en 1997: “Necesitamos encontrar un nuevo paradigma que reemplace los vagos conceptos antropológicos… El mecanismo que utilizaremos será el reemplazo de los Diez Mandamientos por los principios contenidos en esta Carta o Constitución de la Tierra". En el programa de Acción de Río ya se hablaba de controlar la producción, el desarrollo y la reproducción. Huelga decir que desde el primer momento se percibía que el principal escollo de aquellos ingenieros del Nuevo Orden Mundial lo encontrarían en la Iglesia Católica, y como enemiga sería tratada en adelante.

Leer más... »