El padre Ma Xianshi afronta juicio en China por la venta de un libro de cantos religiosos

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El padre Ma Xianshi afronta juicio en China por la venta de un libro de cantos religiosos

El padre Ma Xianshi, de la diócesis de Wenzhou, compareció ante el Tribunal del Pueblo de Yiwu acusado de «venta ilegal» de una publicación litúrgica. El proceso ha despertado la preocupación de la comunidad católica por el creciente control sobre las actividades religiosas.

(AsiaNews/InfoCatólica) La mañana del 13 de noviembre de 2025 tuvo lugar en la Sala 1 del Tribunal del Pueblo de Yiwu, en la provincia china de Zhejiang, la vista pública del caso contra el padre Ma Xianshi, antiguo responsable «patriótico» de la diócesis católica de Wenzhou, y el laico Zhuang Qiantuan. Ambos fueron acusados de comercializar un libro de cantos religiosos. La sesión se extendió hasta las 14:30 y finalizó sin sentencia inmediata.

Durante la audiencia, acusación y defensa centraron sus argumentos en la calificación jurídica de los hechos y en la pena posible por la venta del libro Tianlu Miaoyin («Melodías celestes»), editado por la diócesis de Wenzhou. La publicación contaba con autorización oficial de impresión emitida por el departamento religioso de Zhejiang, por lo que no era considerada ilegal. Sin embargo, su venta en una tienda de artículos varios de Yiwu, gestionada por el laico Zhuang, llevó a las autoridades a considerar que vulneraba la norma que restringe la distribución de materiales religiosos al ámbito interno de las comunidades de fe.

El debate principal consistió en determinar si el padre Ma debía responder a título personal o como representante de una institución. El libro habría superado las 50.000 copias vendidas, con un volumen económico estimado en 1,5 millones de yuanes (unos 181.000 euros), ingresados en una cuenta bancaria privada a su nombre. La gravedad del delito de «comercio ilegal» depende del volumen económico y de la condición del acusado, sea persona física o jurídica.

Los abogados defensores explicaron que, debido a las circunstancias particulares en que la Iglesia debe operar en algunas diócesis chinas, es frecuente que los fondos parroquiales se gestionen desde cuentas a nombre de los sacerdotes. Presentaron extractos bancarios, registros de gastos e incluso el testamento del padre Ma para acreditar que el dinero se destinaba exclusivamente a las actividades pastorales, sin ánimo de lucro. La defensa añadió que el libro había sido autorizado por los órganos religiosos competentes y que su venta no causó perjuicio a la sociedad. Por ello, solicitó la exoneración del sacerdote.

El padre Ma intervino personalmente ante el tribunal. Explicó que actuó como sacerdote al servicio de la Iglesia, sin beneficio propio, y rechazó toda culpabilidad individual.

Por su parte, el laico Zhuang Qiantuan reconoció los hechos y pidió una reducción de la pena para poder reunirse pronto con su familia.

La vista había sido programada inicialmente para el 1 de julio, pero fue suspendida la noche anterior. Más de trescientos fieles habían viajado hasta Yiwu para asistir. En la nueva fecha, el 13 de noviembre, varios sacerdotes, religiosas y laicos que deseaban asistir informaron de haber recibido advertencias para que no acudieran. Finalmente, solo dos sacerdotes de Wenzhou pudieron entrar en la sala, acompañados por funcionarios públicos.

Los presentes indicaron que el espacio era limitado y que gran parte de los asientos estaban ocupados por representantes de oficinas religiosas. Ante la gran afluencia, el tribunal habilitó salas contiguas con retransmisión en vídeo, de manera que los fieles pudieran seguir la audiencia y acompañar espiritualmente a sus pastores.

Testigos de la sesión relataron que el padre Ma se mostró sereno y confiado en su fe. Muchos se sintieron reconfortados al verle hacer la señal de la cruz al entrar y salir, y bendecir a los presentes antes de retirarse, manifestando así su fidelidad sacerdotal incluso en la adversidad. Tanto él como el laico Zhuang, detenidos desde hace un año, han continuado ayudando a otros internos y manteniendo su testimonio cristiano.

Una feligresa de edad avanzada, que no pudo asistir, describió al padre Ma como un sacerdote íntegro, respetado y querido. Tras el fallecimiento del obispo Zhu Weifang, el actual obispo, monseñor Shao Zhumin, ha continuado su labor pastoral, mientras que el padre Ma ha acompañado fielmente a la comunidad diocesana. Según esta mujer, la situación que atraviesa «es una cruz que lleva con dignidad y fe».

Otro católico señaló que, aunque el caso se ha presentado como una cuestión de «venta ilegal de publicaciones religiosas», el trasfondo parece más complejo. Recordó que en el pasado circularon rumores infundados sobre su viaje a Roma y su participación en decisiones eclesiales, pero destacó que el padre Ma siempre ha permanecido fiel a la Iglesia.

Varios fieles lamentaron que algunos sectores se hayan apresurado a juzgar al sacerdote antes de que exista una sentencia definitiva. «Debemos rezar con urgencia —dijo uno de ellos— para fortalecer la vocación sacerdotal del padre Ma y pedir por todos los que sufren injusticias por su fe».

Otros testigos expresaron preocupación por las tensiones dentro de la comunidad católica de Wenzhou, donde conviven fieles de comunidades reconocidas oficialmente y otras no registradas. A pesar de las dificultades, los católicos de la diócesis mantienen su unidad en la oración y en la esperanza.

Un católico originario de Wenzhou y residente en Shanghái resumió así la situación: un sacerdote fiel y querido por los fieles no siempre es comprendido por las autoridades civiles. Explicó que en algunos lugares se exige que los líderes religiosos sean «confiables políticamente, preparados teológicamente, moralmente respetables y capaces de actuar cuando sea necesario». Señaló que esta visión se enmarca en la llamada «sinización» del catolicismo, proceso que busca armonizar la práctica religiosa con las políticas nacionales, y que cada obispo debe vivir con prudencia y fidelidad a la Iglesia universal.

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