Abuso de autoridad: otro motivo para la caridad
San Cipriano (+258):
«Sea nuestra conducta como conviene a nuestra condición de templos de Dios, para que se vea de verdad que Dios habita en nosotros. Que nuestras acciones no desdigan del Espíritu: hemos comenzado a ser espirituales y celestiales y, por consiguiente, hemos de pensar y obrar cosas espirituales y celestiales» (Sobre Padrenuestro 11-12).
De su autoridad podría abusar desde un hermano mayor, pasando por un padre o madre de familia, hasta un funcionario público o eclesial.