John Henry Newman, precursor del Concilio Vaticano II (1)
1. Introducción
En su primera versión (de 1998), este trabajo no era más que un resumen (que preparé para un grupo de estudio) de: Charles Stephen Dessain, Vida y pensamiento del cardenal Newman, Ediciones Paulinas, Madrid, 1990. La segunda versión fue el texto utilizado en una conferencia que dicté en la Universidad de Montevideo en 2001, con motivo del bicentenario del nacimiento de Newman. La tercera versión fue la empleada en mi tercer libro (véase la nota final). Incluso esta actual versión sigue dependiendo mucho de esa excelente biografía de Newman, aunque por simplicidad yo no haya indicado a cada paso las referencias correspondientes. Aquí, pues, dejo constancia de que utilicé ampliamente la obra de Dessain, sobre todo en los apartados biográficos, pero también en la descripción de los aportes teológicos de Newman.
Mi interés por Newman proviene de un comentario efectuado por el Papa Pablo VI en una entrevista. Pablo VI sostuvo que a menudo la obra de un teólogo sólo da frutos plenos en la Iglesia mucho tiempo después de su muerte. Así, por ejemplo, la teología de Santo Tomás de Aquino fue asumida plenamente en el Concilio de Trento, tres siglos después de la muerte del santo doctor. Enseguida Pablo VI añadió esta afirmación que en su momento me pareció asombrosa: cuando se analice la cuestión con profundidad, se verá que el Concilio Vaticano II fue el Concilio de Newman.