Lineamenta del Sínodo de la Familia -Respuestas a las preguntas 35-40
XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos
La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo
Respuestas a las preguntas de los Lineamenta
para la recepción y la profundización de la Relatio Synodi
Tercera parte – La confrontación: perspectivas pastorales ( C)
La introducción a las preguntas 35-39 dice lo siguiente:
“Cuidar a las familias heridas (separados, divorciados no vueltos a casar, divorciados vueltos a casar, familias monoparentales) (nn. 44-54)
En el debate sinodal se evidenció la necesidad de una pastoral recta del arte del acompañamiento, dando «a nuestro caminar el ritmo saludable de la proximidad, con una mirada respetuosa y llena de compasión pero que al mismo tiempo sane, libere y aliente a madurar en la vida cristiana» (Evangelii Gaudium, 169).”
Es muy negativo que en la lista de “familias heridas” se haya colado la categoría de los divorciados vueltos a casar. Éstos no constituyen una familia herida, porque no constituyen familia alguna. La familia se basa en el matrimonio, y el adulterio no es matrimonio.
Por otra parte, las “heridas” aquí enumeradas son o pueden ser de muy distintos tipos: por ejemplo, dos esposos pueden estar “separados” por razones graves de violencia doméstica o porque el esposo, manteniéndose fiel a su esposa, emigró –provisoriamente solo– en busca de una mayor prosperidad para su familia; otro ejemplo: una familia puede ser “monoparental” porque el padre abandonó a la madre y a sus hijos o porque simplemente falleció. A menudo (como en estos casos) la utilización de un lenguaje sociológico (en lugar de uno teológico) tiende a confundir los males físicos con los males morales.
Por otra parte, las metáforas como el “acompañamiento” no dicen nada decisivo sobre los temas principales que se van a discutir en el próximo Sínodo: la comunión a los divorciados vueltos a casar y la admisión de las uniones homosexuales.