Darwin a juicio (6) – El problema fósil
Comentario de: Phillip E. Johnson, Darwin on Trial, InterVarsity Press, Downers Grove – Illinois, 2010, 3rd edition; foreword by Michael Behe.
En el Capítulo 4 de este libro (titulado “El problema fósil”) el autor muestra que el registro fósil se aleja muchísimo de lo que cabría esperar según la teoría darwinista de la evolución. El propio Darwin concedió que el estado de la evidencia fósil era “la más obvia y grave objeción que puede ser instada contra mi teoría” y que esto explicaba el hecho de que “todos los más eminentes paleontólogos… y todos nuestros más grandes geólogos… han mantenido de forma unánime, y a menudo vehemente, la inmutabilidad de las especies.” (pp. 68-69).
A continuación describiré cuatro características del registro fósil que son inconsistentes con el darwinismo.
1. Aparición súbita
Los fósiles muestran un patrón consistente de aparición súbita de las especies. En palabras de Gould: “En cualquier área local, una especie no surge gradualmente por la transformación constante de sus ancestros; aparece súbitamente y “completamente formada”.” (p. 73). Los darwinistas ortodoxos generalmente pretenden explicar esta aparición súbita ateniéndose a la tesis tradicional de Darwin: la existencia de brechas en un registro fósil incompleto. Pero a medida que transcurre el tiempo y se descubren más y más fósiles sin que el patrón básico cambie, este problema se hace cada vez más grave para el darwinismo.
2. Stasis
Además, la aparición súbita de una especie es seguida generalmente por un largo período de estabilidad (esta característica es llamada stasis). Escuchemos de nuevo a Gould: “La mayoría de las especies no exhiben un cambio direccional durante su permanencia en la tierra. Ellas aparecen en el registro fósil luciendo muy similares a cuando desaparecen; el cambio morfológico es usualmente limitado y sin dirección.” (p. 73). En este punto los neodarwinistas recurren a la “selección estabilizadora”, una forma de selección natural que impide el cambio eliminando todas las innovaciones, a veces durante millones de años y a pesar de condiciones ambientales cambiantes. Johnson comenta: “La selección natural aparece aquí en su formulación como una tautología con demasiado poder explicatorio, una explicación invisible para todo propósito, para cualquier cambio o falta de cambio que haya ocurrido.” (pp. 75-76).