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28.08.12

Ecos Eternos

Hace cuatro años leí el libro de Gustavo Daniel Casetta, El código sombrío. Lo oculto en El Código Da Vinci, Editorial Candelero, Rosario (Argentina), 2006. Ante todo felicito al autor por su firme defensa de la fe católica frente a los ataques del famoso libro de Dan Brown, El Código Da Vinci. Se necesitan muchos apologistas católicos para contrarrestar la actual oleada de anticatolicismo, especialmente en el mundo de la cultura.

Por otra parte, no puedo ocultar que, pese a su evidente buena intención y a su ferviente piedad, el autor incurre a mi juicio en varios errores teológicos importantes. A continuación señalaré y comentaré dos de ellos, que provienen de sendas citas aprobatorias del libro Ecos Eternos, de John O’Donohue.

En la p. 64, G. D. Casetta incluye la siguiente cita de John O’Donohue, Ecos Eternos: “No existe nadie que, en algún momento de la vida, no deba transitar por el oscuro valle del sufrimiento. Es un sendero sin esperanza, sin refugio ni luz. Cuando el sufrimiento entra en nuestras vidas, trae consigo una gran soledad y aislamiento”.

Considerada literalmente, esta visión tan negativa del sufrimiento no es compatible con la fe cristiana. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento nos enseñan a conservar firme la esperanza en Dios incluso en medio del mayor sufrimiento.

Véase por ejemplo el Salmo 22: “Yahveh es mi pastor, nada me falta. Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce, y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre. Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan. Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa. Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días.”

Véase también las Bienaventuranzas, en la versión de Lucas 6,20-23: “Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas.”

Véase también cuántas veces Jesús y los ángeles de Dios nos dicen: “No temáis” y cómo Jesús promete a sus discípulos que Él estará con ellos todos los días hasta el fin del mundo y que ellos recibirán la ayuda y el consuelo del Espíritu Santo. Y así podríamos multiplicar las citas bíblicas contra lo dicho por O’Donohue. Tal vez él pretendía referirse al sufrimiento del hombre en pecado mortal, apartado totalmente de Dios, pero en ese caso debió aclararlo para evitar confusiones.

En las pp. 73-74, G. D. Casetta incluye esta otra cita de John O’Donohue, Ecos Eternos: “Aunque vivamos y trabajemos en la luz, fuimos concebidos y formados en las tinieblas. La oscuridad es una de nuestras compañías más íntimas. En realidad, nunca puede sorprendernos, algo en nuestro interior conoce la oscuridad más profundamente de lo que conoce la luz. La oscuridad es más antigua que la luz. En el comienzo todo era oscuridad. La primera luz nació de las tinieblas. Tenemos un parentesco interior con la oscuridad, que nada puede disolver.”

Aquí O’Donohue manifiesta de nuevo una visión no cristiana del hombre y del mundo. Compárese el texto de O’Donohue con el comienzo del Evangelio de Juan: “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.” (Juan 1,1-5).

En el principio no era la oscuridad, sino la luz. Dios es Luz y en Él no hay tiniebla alguna. La oscuridad no es más antigua que la luz. Dios es anterior al mundo y es el Creador de todo lo que existe.

Es cierto que la Biblia comienza diciendo: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz.” (Génesis 1,1-3).

Aquí, haciendo uso de una cosmogonía arcaica, se enseña que Dios creó gradualmente un cosmos ordenado. Filosóficamente se puede demostrar que el caos o desorden depende del orden y no al revés. Un caos absoluto no podría existir. Incluso modernas teorías científicas muestran que tras el caos hay un orden subyacente y que en el comienzo de la historia conocida del mundo hubo un estallido de energía (el Big Bang). Además, la Escritura dice que el Espíritu de Dios (“un viento de Dios”) aleteaba por encima de las aguas del abismo primordial, incubando su vitalidad y su sentido. Resulta pues abusivo interpretar este pasaje en el sentido de un mundo sometido constitutivamente a la oscuridad. Que la luz no surge de la oscuridad sino de la palabra creadora de Dios (“Hágase la luz”) está manifiesto en este mismo pasaje.

No fuimos formados en las tinieblas, sino creados por Dios a su imagen y semejanza en un mundo luminoso y considerado bueno por Dios. Lo más íntimo a nosotros mismos (nos enseña San Agustín) no es la oscuridad, sino Dios mismo, que es Luz. La Gracia de Dios vence al pecado que hay en el hombre, lo santifica verdaderamente y no sólo putativamente, en el sentido pesimista de Lutero.

Buscando en la Wikipedia, me he enterado de que John O’Donohue (1956-2008) fue un poeta irlandés, filósofo hegeliano y sacerdote católico que abandonó el sacerdocio. La Wikipedia dice que O’Donohue es conocido sobre todo por su “popularización de la espiritualidad céltica”. Véase: http://en.wikipedia.org/wiki/John_O’Donoghue_(poet)

La obra de John O’Donohue no parece ser una referencia adecuada para la apologética católica.

Daniel Iglesias Grèzes


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22.05.12

Publicación del libro: María Cristina Araújo Azarola, ¡Atrévanse a pensar!

El Centro Cultural Católico “Fe y Razón” se complace en anunciar la publicación del décimo título de su Colección de Libros “Fe y Razón” y agradece el apoyo de Margarita Araújo de Miller, Horacio Bojorge SJ y Alberto Caturelli para su realización. Se trata de una obra de la Prof. María Cristina Araújo Azarola (1945-2003): ¡Atrévanse a pensar! Selección de escritos filosóficos.

Este libro de 146 páginas contiene un prólogo del Dr. Alberto Caturelli y Sra., catorce capítulos, un epílogo y dos anexos. A continuación reproducimos los títulos de los capítulos:

1. ¿Qué es una clase de filosofía? – 2. Una reflexión sobre el ser y el conocer – 3. Los fundamentos filosóficos del desarrollo de la inteligencia – 4. Los derechos humanos en la formación del educando – 5. Sentido y fundamento de la tolerancia – 6. Breve diálogo sobre el cristiano y la secularización de la ética – 7. Reflexiones sobre una carta del Dr. Eugenio Espejo – 8. Quién es Edith Stein – 9. Logoterapia y educación – 10. La democracia en el pensamiento de Juan Zorrilla de San Martín – 11. Alberto Zum Felde, pensador uruguayo – 12. Alberto Zum Felde y la identidad de la cultura sudamericana – 13. Los caminos de la negación de Dios y América Latina – 14. La filosofía en el proceso de inculturación de la fe en el Uruguay actual.


El libro puede ser adquirido, usando una tarjeta internacional, en Lulu, el mayor sitio de auto-publicación del mundo, en dos modalidades diferentes:

Como libro electrónico (e-book), en: http://www.lulu.com/shop/mar%C3%ADa-cristina-ara%C3%BAjo-azarola/%C2%A1atr%C3%A9vanse-a-pensar/ebook/product-20135167.html
El e-book cuesta US$ 5. Es descargado inmediatamente por el comprador en formato PDF.

Como libro impreso, en: http://www.lulu.com/shop/mar%C3%ADa-cristina-ara%C3%BAjo-azarola/%C2%A1atr%C3%A9vanse-a-pensar/paperback/product-20135155.html
El libro impreso cuesta US$ 10 más el costo de envío desde Estados Unidos. Lulu ofrece varios modos de envío, que difieren entre sí por su costo, rapidez y grado de seguridad. Es recomendable utilizar una forma de envío “rastreable” (garantizada por Lulu). Se puede comprar cualquier cantidad de ejemplares (de uno en adelante). Lulu imprime la cantidad de ejemplares pedida y los envía al comprador. Se permite ver la tapa y algunas páginas del libro, sin comprarlo.


Texto de la contratapa:

En la clase de filosofía se ejercita el derecho a expresar libremente el pensamiento y se aprende en la práctica lo que éste significa: no es decir lo que se nos ocurra movidos por el rencor o el entusiasmo. Es comunicar la verdad encontrada, o la duda, o la ambivalencia de opiniones. Y la ignorancia es un límite al ejercicio de este derecho. La verdad es el motor.

La clase de filosofía es uno de los canales por los cuales los alumnos se promueven en el ejercicio de su derecho a ser cultos. También dispone a la ejercitación del derecho humano a pensar sobre sí mismo, para conocerse.

La clase de filosofía es el ámbito donde se ejercita el derecho humano a pensar por sí mismo, buscando la verdad. Es evidente que esta concepción de la clase de filosofía se presenta en un contexto de formación de la persona integral, en su doble dimensión: inmanente y trascendente.

La trascendencia no es sólo un nivel humano temporal (horizontal), sino también vertical. Somos capaces de dialogar con el Tú Absoluto, realmente existente.


María Cristina Araújo Azarola nació en la ciudad de Paysandú (Uruguay) en 1945. Cursó educación primaria y secundaria en su ciudad natal. En 1963 ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República y en el Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras. Haciendo una opción radical por la Filosofía, abandonó los estudios de Derecho. Se graduó en Filosofía por el Instituto mencionado y por la Pontificia Universidad Católica de Chile.

En la década del ’80 participó en Seminarios de investigación filosófica en San Pablo y Río de Janeiro (Brasil), organizados por la Asociación Interamericana de Filosofía. Su presidente era el Dr. Stanislavs Ladusans SJ. También participó en varios Congresos Nacionales organizados por la Sociedad Católica Argentina de Filosofía y por la Fundación Veritas, en Córdoba (República Argentina); en el Simposio Internacional de Filosofía realizado en Villa María (Córdoba-Argentina, 1996); en las IV Jornadas sobre el Descubrimiento y la Evangelización de América (UCA, Buenos Aires, 1990). Asistió al Simposio Homenaje al Dr. Alberto Caturelli, invitada por la SITA (Sociedad Internacional Tomás de Aquino) Argentina (Universidad Fasta, Mar del Plata, 2001). En Uruguay, participó en el 1er Encuentro Nacional de Filosofar Latinoamericano (1989) y en el 2º Congreso Nacional de Educación Católica.

Dictó conferencias sobre Eugenio Espejo en la Universidad Católica del Uruguay y sobre la ética fenomenológica de Max Scheler en la Cátedra Alicia Goyena (Montevideo), entre otras.

Desde su aparición (1981) hasta 1987, fue secretaria de Redacción y Colaboradora de la Revista Estudios de Ciencias y Letras, órgano del Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras. Colaboró en Soleriana, publicación de la Facultad de Teología del Uruguay “Monseñor Mariano Soler”.

Gozando de una beca otorgada por el Intercambio Cultural Alemán-Latinoamericano y dirigida por el Dr. Juan Villegas SJ, investigó sobre José Pedro Varela. Fruto de esta investigación fue la publicación Contexto filosófico y religioso de la propuesta educativa de José Pedro Varela (1989).

La Comisión Pro-Canonización de Monseñor Jacinto Vera publicó un estudio de la profesora titulado: Monseñor Jacinto Vera en sus Cartas Pastorales (1995).

En su actividad docente enseñó en la Educación Secundaria Oficial, en la Escuela de Servicio Social del Uruguay, en la Escuela de Psicología, en los Departamentos de Historia y de Filosofía del Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras. También desempeñó su docencia en el Centro Superior Teológico-Pastoral, desde su creación; en el Departamento de Filosofía del Instituto Teológico del Uruguay “Mons. Mariano Soler”, hoy Facultad de Teología del Uruguay; en el Colegio Sagrado Corazón (de la Compañía de Jesús) y en el Colegio Santa Teresa de Jesús. Colaboró también en la Sociedad Uruguaya de Logoterapia.

El día 20 de septiembre de 2001, en su domicilio (en Montevideo), fue fundada la Sección Uruguay de la SITA. En ese mismo acto fue elegida como primera Directora de la SITA Uruguay. En dicha calidad organizó el Simposio Rioplatense de Bioética, que tuvo lugar en Montevideo del 12 al 15 de mayo de 2003.

Falleció en la paz del Señor el día 29 de diciembre de 2003.


Toda la Colección “Fe y Razón” está disponible en: www.lulu.com/spotlight/feyrazon

28.02.12

Nuevo libro de Daniel Iglesias Grèzes: Soy amado, luego existo. Reflexiones sobre el darwinismo, el diseño inteligente y la fe cristiana

El Centro Cultural Católico “Fe y Razón” se complace en anunciar la publicación del noveno título de su Colección “Fe y Razón”. Se trata de una obra del Ing. Daniel Iglesias Grèzes: Soy amado, luego existo. Reflexiones sobre el darwinismo, el diseño inteligente y la fe cristiana.

Este libro de 166 páginas, cuya edición estuvo a cargo del propio autor, contiene un prólogo, diez capítulos y un epílogo. A continuación reproducimos los títulos de los capítulos:

1. Introducción al darwinismo – 2. Introducción a la crítica científica del darwinismo – 3. Críticas científicas al darwinismo. Proceso a Darwin – 4. Críticas científicas al darwinismo. La caja negra de Darwin – 5. Introducción a la teoría del diseño inteligente – 6. El debate sobre el diseño inteligente – 7. La doctrina católica sobre la creación y la evolución – 8. El debate teológico sobre la evolución – 9. El Big Bang y la creación del universo – 10. El diseño inteligente del universo. El planeta privilegiado


El libro puede ser adquirido, usando una tarjeta internacional, en Lulu, el mayor sitio de auto-publicación del mundo, en las siguientes direcciones:

Como libro electrónico: http://www.lulu.com/product/ebook/soy-amado-luego-existo/18921025
Como libro impreso: http://www.lulu.com/product/paperback/soy-amado-luego-existo/18920997

Allí se permite ver la tapa y algunas páginas del libro.

El libro electrónico cuesta US$ 5. Es descargado inmediatamente por el comprador en formato Adobe Digital Editions. Bajar ese programa excelente y gratuito, siguiendo las instrucciones de Lulu, es fácil y rápido.

El libro impreso cuesta US$ 10 más el costo de envío desde Estados Unidos. Lulu ofrece varios modos de envío, que difieren entre sí por su costo, rapidez y grado de seguridad. Es recomendable utilizar una forma de envío “rastreable” (garantizada por Lulu). Se puede comprar cualquier cantidad de ejemplares (de uno en adelante). Lulu imprime la cantidad de ejemplares pedida y los envía al comprador.

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19.01.12

La caja negra de Darwin (13) – Consideraciones finales

Comentario de: Michael J. Behe, Darwin’s black box: the biochemical challenge to evolution, Free Press, New York 2006; 10th anniversary edition, with a new afterword.

La edición del décimo aniversario de “La caja negra de Darwin” (del año 2006) contiene un nuevo Epílogo (titulado “Diez años después”). Al comienzo de ese epílogo, el autor sostiene que, a pesar del gran progreso de la bioquímica en los diez años transcurridos, de cientos de comentarios críticos a su libro y de la oposición implacable de algunos científicos muy influyentes, hay muy pocas cosas del texto original que cambiaría si lo volviera a escribir. En cambio hay mucho que podría agregar. A medida que la ciencia avanza, el fundamento molecular de la vida se está revelando exponencialmente más complejo; y así el argumento del diseño inteligente de la vida se vuelve exponencialmente más fuerte.

A continuación el autor analiza las principales críticas a su libro. Sostiene que las mayores fuentes de confusión son los malentendidos sobre el concepto de complejidad irreducible y sobre la naturaleza del argumento a favor del diseño. Con respecto al primero de estos dos puntos, Behe refuta detalladamente las críticas de tres autores: el filósofo de la ciencia Robert Pennock, el bioquímico Ken Miller y el biólogo Allen Orr. En pocas palabras, Pennock y Miller tergiversan la definición de complejidad irreducible, volviendo la tesis de Behe lo más frágil posible para poder refutarla fácilmente. Por su parte, Orr pretende resolver el problema de la evolución darwinista de los sistemas irreduciblemente complejos de un modo abstracto, con una explicación vaga e hipotética, sin ninguna referencia concreta a los problemas bioquímicos reales.

El argumento a favor del diseño ha sido caricaturizado por muchos críticos como un “argumento basado en la ignorancia”. Behe responde que los sistemas bioquímicos irreduciblemente complejos permiten desarrollar dos argumentos, uno negativo y otro positivo. El argumento negativo muestra que tales sistemas resisten una explicación darwinista (que requeriría una evolución mediante pasos pequeños). El argumento positivo es que sus partes aparecen ordenadas para cumplir un propósito, lo cual es exactamente la forma en que detectamos un diseño. Según Richard Dawkins, esta apariencia de diseño forma parte de la mismísima definición de la biología: “La biología es el estudio de cosas complicadas que dan la apariencia de haber sido diseñadas para un propósito.” (p. 264). Más aún, Dawkins admite que esa apariencia de diseño es abrumadora: “Los resultados vivientes de la selección natural nos impresionan abrumadoramente con la apariencia de diseño como por un maestro relojero, nos impresionan con la ilusión de diseño y planificación.” (p. 264).

A continuación el autor afirma que, después de diez años, el darwinismo sigue siendo tan especulativo como siempre. “Todas las ciencias comienzan con la especulación; sólo el darwinismo termina rutinariamente en ella.” (p. 268). Behe revisa las críticas a sus capítulos de ejemplos de sistemas bioquímicos irreduciblemente complejos y muestra la invalidez de esas críticas. En 1996 el microbiólogo James Shapiro declaró: “No hay explicaciones darwinistas detalladas de la evolución de ningún sistema bioquímico o celular fundamental, sólo una variedad de especulaciones ilusionadas.” (p. 271). Behe agrega: “Diez años después, nada ha cambiado. Llámenlas especulaciones ilusionadas o escenarios plausibles –ambos sólo significan una falta de respuestas reales.” (p. 271).

Behe concluye el epílogo afirmando que las perspectivas futuras para la hipótesis del diseño inteligente son excelentes y que estudiantes avanzados y destacados de disciplinas científicas demuestran mucho interés en el diseño inteligente.

El libro termina con un Apéndice (“La química de la vida”) que es una breve introducción a la bioquímica.

En mi opinión, a través de la noción de “complejidad irreducible”, Behe ha hecho un aporte fundamental al debate entre el darwinismo y el diseño inteligente. “La caja negra de Darwin” demuestra sobradamente que los abundantes sistemas bioquímicos irreduciblemente complejos representan un obstáculo formidable para la teoría darwinista de la evolución; un obstáculo que no hay razón para suponer que ésta pueda superar algún día.

En cuanto al argumento positivo de Behe a favor del diseño, pienso que, aunque es esencialmente correcto, necesita ser reforzado por medio de una formulación matemática. En este sentido, los aportes de los dos principales exponentes del movimiento del diseño inteligente (Michael Behe y William Dembski) se complementan entre sí: la teoría matemática de Dembski sobre la información con complejidad especificada da una forma más rigurosa a la inferencia de diseño. (Fin).

Daniel Iglesias Grèzes

Nota: Las citas han sido traducidas por mí.

18.01.12

La caja negra de Darwin (12) – Ciencia, filosofía y religión

Comentario de: Michael J. Behe, Darwin’s black box: the biochemical challenge to evolution, Free Press, New York 2006; 10th anniversary edition, with a new afterword.

En el Capítulo 11 (“Ciencia, filosofía y religión”) el autor se plantea la siguiente cuestión: después de 40 años de grandes esfuerzos acumulados para investigar la vida en el nivel molecular, el resultado es un grito fuerte y claro de “¡diseño!” Este resultado debería ser considerado como uno de los mayores logros de la historia de la ciencia. Sin embargo, en lugar de la gran celebración colectiva que cabría esperar, un silencio embarazoso rodea la espantosa complejidad de la célula. ¿Por qué la mayoría de la comunidad científica se resiste a admitir una teoría bien fundada (el diseño inteligente) con posibles consecuencias teológicas? Behe analiza cuatro razones.

La primera razón es de orden sociológico: una especie de patrioterismo científico que se manifiesta en una lealtad exagerada o desordenada hacia las ideas predominantes en el ámbito científico.

La segunda razón es de orden histórico. Algunos científicos y algunos teólogos o creyentes se han enfrentado acerca de la teoría de la evolución de Darwin, y de allí muchos han sacado la errónea conclusión de que existe o debe existir una guerra entre la ciencia y la religión.

Los sentimientos o emociones relacionados con estos dos primeros factores no tienen en sí mismos un valor intelectual y no deberían interferir con el debate científico sobre el diseño inteligente. En cambio los dos factores filosóficos que examinaremos a continuación afectan directamente a la cuestión en el nivel intelectual.

La tercera razón es la concepción naturalista de la ciencia. El autor ofrece una cita de Richard Dickerson, un prominente bioquímico, que es representativa de esta concepción: “La ciencia, fundamentalmente, es un juego. Es un juego con una regla primordial y definitoria: Regla Nº 1: Veamos cuán lejos y hasta dónde podemos explicar el comportamiento del universo físico y material en términos de causas puramente físicas y materiales, sin invocar lo sobrenatural.” (p. 238). Behe subraya que esta regla no es científica sino filosófica y responde que la ciencia no es un juego, sino un vigoroso intento de hacer afirmaciones verdaderas acerca del mundo físico, por lo que la ciencia debería seguir la evidencia física a dondequiera que ella conduzca, sin restricciones artificiales. Behe responde a algunas objeciones, afirmando que el temor a una proliferación de lo sobrenatural en la ciencia es una pomposa exageración, y destacando que, aunque el diseñador inteligente no puede ser objeto de observación o experimentación directa, podemos estudiar sus efectos, de forma análoga al caso del meteorito que destruyó a los dinosaurios hace millones de años.

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